Más de dos semanas después que el huracán Katrina barriera la sudoriental ciudad de Nueva Orleans, el presidente estadounidense George W. Bush lucha por mantenerse a flote en medio del descontento popular.
Una serie de encuestas revelaron esta semana que la confianza pública en el liderazgo de Bush y en su manejo de una variedad de asuntos (desde la ayuda de emergencia hasta la guerra en Iraq) ha caído a niveles sin precedentes, y que el ánimo nacional se ha vuelto claramente negativo.
Aun más preocupante para las esperanzas de Bush de retener su poder político, republicanos moderados están desertando del partido de gobierno y autodeclarados independientes dicen que se proponen votar al opositor Partido Demócrata en las próximas elecciones legislativas, por un margen de dos a uno.
Según una encuesta del Centro de Investigaciones Pew para la Gente y la Prensa, casi la mitad de todos los entrevistados quieren que la mayoría de los miembros del Congreso legislativo, controlado por republicanos, sean expulsados de sus escaños en las elecciones del año próximo.
Tal grado de insatisfacción con los legisladores nacionales sólo fue superado antes de los comicios de 1994 cuando, en un terremoto político, los republicanos tomaron el control de la Cámara de Representantes por primera vez en 40 años.
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Estos resultados "sugieren que vendrán días de inestabilidad en la asamblea republicana", dijo al diario The Wall Street Journal el encuestador republicano Bill McInturff.
En un análisis de su propio sondeo, realizado junto con el canal de televisión NBC News, el periódico concluyó que los legisladores republicanos del noreste y el medio oeste estarán bajo fuerte presión para distanciarse de Bush debido al gran descontento en esas dos regiones con la gestión presidencial.
Las últimas encuestas fueron realizadas entre el 8 y el 13 de este mes, y se publicaron en la víspera de un discurso de Bush a la nación desde Nueva Orleans, en la noche del jueves 15. En su alocución, el mandatario anunció una reconstrucción masiva con fondos federales en los estados de la costa del Golfo devastados por el huracán Katrina.
Todos los sondeos sugieren que al presidente le resultará difícil sostener su plan de "mantener el rumbo" en Iraq y en la "guerra mundial contra el terrorismo" si persisten las actuales actitudes.
Aunque una estrecha mayoría (51 por ciento) de los encuestados por el Centro Pew todavía cree que los soldados estadounidenses deben permanecer en Iraq hasta que la situación se estabilice, una mayoría más importante (55 por ciento) de los entrevistados por el Journal y NBC opinaron que el número de soldados en Iraq se debe reducir.
Cincuenta y siete por ciento de los encuestados por Pew expresaron su voluntad de que se fije un plazo para el repliegue, frente a 49 por ciento el pasado julio.
Además, la confianza en el manejo de la guerra por Bush sigue deteriorándose, en especial entre demócratas e independientes, según Pew. Cuatro de cada 10 votantes creen ahora que Iraq puede convertirse en otro Vietnam, en comparación con 29 por ciento hace un año.
El sondeo del Journal y NBC también indicó que cuatro de cada 10 estadounidenses consideran que "reducir el gasto en la guerra en Iraq" es la mejor forma de financiar la recuperación de las áreas afectadas por Katrina.
Quizá la conclusión más notable de ambas encuestas y de una tercera realizada por The New York Times y CBS News, publicada el jueves, es el ánimo pesimista del público y su falta de confianza en el liderazgo de Bush.
El sondeo del Times y CBS sugiere que más de 60 por ciento de los estadounidenses siente que el presidente no comparte sus prioridades nacionales, y que un porcentaje similar considera que el país está en el mal camino.
Mientras, 45 por ciento opinaron que Bush carece de "fuertes calidades de líder". Este es el porcentaje más alto desde que la misma pregunta fue planteada en encuestas en 1999, cuando el mandatario se preparaba para postularse para la presidencia.
El público está repartido en mitades en cuanto a su evaluación de la capacidad de Bush de manejar una crisis, y sólo 43 por ciento considera que el mandatario tiene "fuertes" cualidades de líder, reveló la encuesta del Journal y NBC.
El mismo sondeo reveló que el público se ha vuelto muy pesimista sobre la economía: 49 por ciento prevé que empeorará el año próximo, y sólo 16 por ciento cree que mejorará. En enero, los porcentajes eran exactamente inversos.