EEUU: Rita y Katrina fosilizan política ambiental de Bush

Mientras Estados Unidos intenta reponerse del daño humano y económico del huracán Katrina y recibe en sus costas al Rita, el gobierno sigue negando la relación entre el uso de combustibles fósiles y el cambio climático, que nuevos estudios confirman.

Informes científicos definen un vínculo claro entre las tormentas que se agravaron en los últimos 35 años y el recalentamiento del planeta, atribuido a la liberación de gases invernadero a la atmósfera como consecuencia de la quema de combustibles fósiles como petróleo, gas y carbón.

Pero el gobierno de George W. Bush impedirá que el consenso científico al respecto se convierta en una unanimidad con consecuencias políticas, según Vicki Arroyo, directora de análisis de políticas en el Centro Pew sobre Cambio Climático Global, con sede en Virginia.

Resulta imposible identificar a los huracanes Katrina y Rita como productos del cambio climático inducido por la acción humana, pero la ciencia demuestra que océanos más cálidos y niveles del mar más elevados generan huracanes más fuertes, dijo Arroyo a IPS.

La casa de Arroyo, en Arlington, Virginia, está lleno de familiares procedentes de Nueva Orleans, inundada a causa de Katrina, que no saben cuándo podrán regresar a su ciudad, y ni siquiera si podrán hacerlo en el futuro.
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"La gente en la costa del golfo de México está comenzando a preguntarse qué está pasando", dijo.

Se prevé que el huracán Rita golpee la costa del golfo de México, al este de la ciudad de Houston, Texas, el sábado, poco más de tres semanas después que Katrina matara a más de 1.000 personas y causara daños por 200.000 millones de dólares.

A las 21.00 horas (GMT) de este viernes, Rita todavía estaba a unos 200 kilómetros de Texas, pero las fuertes lluvias del huracán ya habían azotado Nueva Orleans durante varias horas.

Algunos diques construidos para contener las aguas que rodean la ciudad se han derrumbado de nuevo, como sucedió en ocasión del huracán Katrina, y la ciudad vuelve a inundarse.

Mientras, en Texas, el estado del presidente Bush, millones han huido de la inminente tormenta casi en estado de pánico, atascando cientos de kilómetros de autopistas.

Las últimas investigaciones científicas "vinculan claramente la mayor intensidad de las tormentas con el cambio climático", indicó Peter Frumhoff, científico del Programa de Ambiente Global de la Unión de Científicos Preocupados.

Otros estudios prevén que los costos sociales, económicos y ambientales del cambio climático tendrán una "escalada" si no se toman medidas urgentes para reducir las emisiones de dióxido de carbono de combustibles fósiles, dijo Frumhoff.

"No podemos orquestar soluciones para todos los impactos del cambio climático. Es mucho más fácil y menos caro reducir las emisiones de dióxido de carbono", explicó.

Para evitar las peores consecuencias del futuro cambio climático, se necesita reducir las emisiones 80 por ciento o más, según Frumhoff. "Cuanto más esperemos para actuar, mayores tendrán que ser esas reducciones", agregó el científico.

El Protocolo de Kyoto, un tratado internacional que impone a las naciones del Norte industrial reducciones de sus emisiones de gas invernadero, entró en vigencia en febrero.

El gobierno de Bush alega para rechazar el Protocolo que su país sufriría perjuicios económicos por su implementación, y que los gases invernadero no tienen vínculo con el cambio climático.

Estados Unidos produce alrededor de la cuarta parte de los gases invernadero del mundo. De Texas parten hacia la atmósfera más de estos gases que desde Francia cada año.

"Espero que comencemos a hablar más sobre esto a raíz de las tragedias en el golfo de México", dijo Frumhoff, apuntando al Congreso legislativo estadounidense.

Los europeos también tomaron nota de los cambios de clima en esta temporada.

Europa sufrió en 2002 sequías que costaron miles de millones de dólares; en 2003, una ola de calor que mató a miles de personas, y en el último verano boreal, inundaciones sin precedentes, enumeró Ken Caldeira, climatólogo y químico oceánico del Departamento de Ecología Global del Instituto Carnegie.

Caldeira afirmó que los patrones actuales permiten prever que las costas estadounidenses del golfo de México serán sacudidos por huracanes aún más poderosos durante cientos de años en el futuro.

"No puedo probarlo científicamente, pero no es irracional decir que esto es posible", agregó.

De cualquier manera, Caldeira aseguró que la ciencia ya permite afirmar que las emisiones de gas producto de la quema de combustibles fósiles han impactado en el clima mundial, y que si esto continúa las consecuencias serán aun mayores.

"No podemos decir que no sabemos lo que hacemos. La pregunta es: ¿qué riesgos estamos dispuestos a correr en el futuro?", añadió.

Las propias investigaciones de Caldeira concluyen que si el mundo continúa utilizando igual que hasta ahora combustibles fósiles la temperatura promedio se elevará en breve otros 12 grados, el nivel del mar se incrementará varios metros y aumentará el contenido ácido de los océanos, que serán incapaces de albergar vida.

Si bien admitió que pronosticar todos los cambios posibles, especialmente a nivel regional y local, es imposible, Caldeira advirtió que "la Tierra no será muy parecida a la de hoy dentro de 100 o 200 años".

La política del gobierno de Bush es dejar el problema a las futuras generaciones, según el experto.

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