Miles de inmigrantes de origen latinoamericano en Estados Unidos fueron afectados por el huracán Katrina, y al menos tres de ellos murieron. Gobiernos y organizaciones no gubernamentales intentan asistirlos, pero tropiezan con restricciones impuestas por Washington.
Autoridades consulares latinoamericanas calculan que unas 300.000 personas originarias de México, América Central y América del Sur vivían en los estados del sur estadounidense en los que zonas enteras fueron devastadas por la tormenta tropical de la semana pasada y por las consecuentes inundaciones.
Gran parte de esta población se quedó sin empleo y perdió sus pertenencias.
"La situación es muy difícil ahora, pues tenemos problemas para contabilizar a los afectados y llegar con ayuda. Además, el Departamento de Estado (cancillería) limita por ahora el trabajo que podríamos hacer", dijo a IPS el embajador de Honduras en Estados Unidos, Norman García.
Según el diplomático, sólo en Nueva Orleans y sus alrededores, una de las zonas más afectadas, vivían unas 140.000 personas de origen o ascendencia hondureña. Casi todos fueron damnificados, inclusive los funcionarios del consulado en esa ciudad.
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García lamentó que toda la ayuda en alimentos, medicinas y apoyo logístico ofrecida por varios gobiernos de América Latina y el Caribe, no se hayan materializado. "Es que el gobierno de Washington sólo permite por ahora ayuda en dinero y a través de la Cruz Roja", explicó en entrevista telefónica.
Katrina ingresó a territorio estadounidense desde el golfo de México el 29 de agosto y causó una destrucción que tardará años en ser superada, según declaró el presidente George W. Bush. Algunas estimaciones indican que 10.000 personas podrían haber muerto.
El gobierno de México informó que unos 100.000 ciudadanos de su país están entre los afectados por el huracán, cuyas lluvias inundaron parte de los estados de Alabama, Mississippi y Louisiana.
De momento, existe el reporte de tres mexicanos muertos, indicó este lunes el canciller Luis Derbez, quien viajará en los próximos días a la zona afectada con otros funcionarios.
Honduras, Nicaragua, Perú y El Salvador movilizaron a funcionarios consulares hacia las zonas afectadas, habilitaron números telefónicos especiales para atender pedidos de ayuda y acudieron a refugios abiertos en diferentes puntos de Estados Unidos para recibir a los damnificados.
"Pero los consulados no pueden operar como se quisiera en la zona afectada, ya que el Departamento de Estado no nos lo permite", indicó el embajador hondureño. Su gobierno envió al comisionado presidencial, René Becerra, para trabajar directamente con las víctimas.
"Tenemos informes sobre 300 compatriotas damnificados, que están a salvo, pero no sabemos más ni tenemos informes de muertos, pues por ahora está vetado el acceso a los registros que está llevando el gobierno de Estados Unidos", añadió el diplomático.
Washington aceptó la asistencia de México, que enviará un equipo de militares, médicos y socorristas, dijo este lunes el gobierno de Vicente Fox.
Honduras y otros países como Brasil, Cuba, México, Panamá, Guatemala y Venezuela ofrecieron ayuda a Washington, incluyendo médicos, equipos de rescate, medicinas y alimentos. Pero las autoridades estadounidenses no han contestado.
Carlos Ávila, funcionario del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), informó a IPS desde sus oficinas en Honduras, que la entidad trabaja en el diseño de un proyecto para auxiliar a los damnificados del istmo.
"En América Central tenemos experiencia con el huracán Mitch de 1998 y sabemos que luego del golpe inicial, viene para los damnificados un proceso difícil de reinserción a la vida, pues muchos perdieron su patrimonio, su empleo, y los jóvenes dejaron hasta la escuela", señaló.
El plan, aún en etapa de formulación, busca coordinar esfuerzos con Washington para asesorar a los afectados. "La idea es buscar la forma de reinsertarlos a la sociedad", explicó Ávila.
El BCIE está conformado por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, y tiene como miembros asociados a Argentina, Colombia, España, México y China.
A través del Banco, los países centroamericanos financian y coordinan tareas de reconstrucción ante desastres naturales, habituales en el istmo.
En 1998, el huracán Mitch dejó más de 7.000 muertos en Honduras y 3.000 en Nicaragua. Las pérdidas económicas se calcularon en 4.788 millones de dólares.
Según el embajador hondureño, Katrina dio pie a una "extraordinaria movilización de la comunidad latina". Varios consulados trabajan juntos en la identificación y asistencia de personas, y coordinan tareas con organizaciones no gubernamentales que apoyan a los inmigrantes, explicó.
Pero la situación es muy compleja, pues muchos quienes viven sin autorización en Estados Unidos evitan acudir a los albergues y solicitar ayuda, advirtió Carlos González, cónsul de México en Houston, ciudad a la que han llegado cientos de evacuados.
"El indocumentado vive en un estado de terror, y algunos creen que los van a agarrar y los van a repatriar", señaló el funcionario.
Datos de la estatal Oficina del Censo de Estados Unidos indican que la comunidad latinoamericana en Estados Unidos es de 39,9 millones de personas, la mayoría mexicanas, en una población total de 290,8 millones. Unos cinco millones no tienen residencia legal.