Organizaciones de la sociedad civil «vigilarán» el proceso por el cual el Banco Mundial y el FMI afinarán, en las próximas tres semanas, los detalles del programa de cancelación de deudas de 18 países pobres.
Las juntas del Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) acordaron el domingo, en su reunión anual conjunta, cancelar las deudas de esos países más pobres del mundo —unos 40.000 millones de dólares— con ambas instituciones.
La decisión recoge la iniciativa formulada en julio por la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo en Gleneagles, Escocia, a iniciativa de Gran Bretaña.
Los países beneficiados son 14 africanos (Benin, Burkina Faso, Etiopía, Ghana, Madagascar, Malí, Mauritania, Mozambique, Níger, Ruanda, Senegal, Tanzania, Uganda y Zambia) y cuatro latinoamericanos (Bolivia, Guyana, Honduras y Nicaragua).
En el caso de los países africanos, también será condonada la deuda con el Banco Africano de Desarrollo, rama regional del Banco Mundial.
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Todos ellos figuran entre los países pobres altamente endeudados, categoría establecida por el Banco Mundial y el FMI en 1996 al establecer mecanismos de alivio de deudas con condiciones que han sido muy cuestionadas por organizaciones de la sociedad civil.
Para acogerse al programa, los 18 países beneficiados por el programa han debido privatizar servicios como el agua, eliminar subsidios a productos básicos y liberalizar las importaciones.
Incluso el Banco Mundial y el FMI admitieron que estas condiciones no han cumplido el objetivo de "reducir a niveles sustentables la carga de deuda externa de los países pobres más altamente endeudados" y de "liberar recursos para los gastos incrementados del sector social".
El acuerdo del G-8 fue recibido con escepticismo por muchos activistas, quienes sospechan que las instituciones multilaterales de crédito podrían agregar condiciones extra. La cancelación de la deuda, de ese modo, carecería de sentido.
Por eso, las organizaciones de la sociedad civil se han concentrado en presionar a los organismos financieros para que la cancelación sea total y sin condiciones, y para que pueda alcanzar a otros países pobres.
Consultado por IPS, el director gerente del FMI, Rodrigo Rato, aseguró en conferencia de prensa que la cancelación será "completo" y "franca".
Rato agregó que los resultados del acuerdo serán revisados por el Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC, por sus siglas en inglés) de la Junta de Gobernadores del FMI.
El funcionario participó en la conferencia de prensa junto con Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, y Trevor Manuel, presidente del Comité para el Desarrollo.
El asunto central de las deliberaciones sobre cancelación de la deuda en el Banco Mundial y el FMI, desde que el G-8 lo propuso, ha sido la financiación de la Asociación Internacional de Fomento (AIF).
Esta rama del Banco está dedicada a ofrecer créditos para infraestructura y mejora de la productividad a interés bajo a los países pobres, y que cada año ascienden a 9.000 millones de dólares.
Países del Norte industrial —entre ellos algunos como Bélgica y Noruega, con una acendrada tradición de asistencia al desarrollo— manifestaron dudas sobre la sustentabilidad de la AIF en caso de que la deuda sea cancelada.
Este domingo el Comité de Desarrollo anunció que había "acordado la necesidad de un paquete independiente, que consiste especialmente en una compensación dólar por dólar para la AIF, que es ciertamente adicional a los compromisos existentes y que mantiene la integridad y capacidad financiera de la AIF para asistir a los países pobres en el futuro".
"Confiamos en que el paquete, incluyendo la financiación, las principales características técnicas de la propuesta y el compartir la carga sobre una base voluntaria proveerá estos beneficios", dijo el Comité.
Setenta por ciento de los fondos de la AIF proceden de los países del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón).
Wolfowitz acentuó la necesidad de que los países donantes cumplan sus promesas, para que el acuerdo sea exitoso.
El Banco Mundial y el FMI también "enfatizaron la importancia de que los países aptos (para la cancelación de la deuda) mantengan un desempeño económico sólido y una buena gobernanza".
Wolfowitz aseguró a los periodistas que los detalles del acuerdo serán finalizados en las próximas tres semanas.
"Todavía estamos lejos de un acuerdo final en la práctica, pese al principio de 100 por ciento de cancelación ", dijo. "Una vez que los países donantes concedan financiamiento adicional para pagar el acuerdo, entonces, particularmente en el caso del Banco Mundial, deberá clarificarse cómo impactará este desembolso de ayuda a estos 18 y a otros países que no están en la iniciativa".
"El diablo está en los detalles y seguiremos vigilándolos", dijo a IPS Antonio Tricarico, coordinador en Italia de la campaña para reformar el Banco Mundial.
"La completa cancelación de la deuda para estos países es un paso bienvenido. Sin embargo, esta cancelación equivale apenas a 10 por ciento del dinero que se necesita para lograr los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Milenio", dijo a IPS Neil Watkins, coordinador de la red estadounidense de Jubileo Internacional, organización que presiona desde hace años por la condonación.
Los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio incluyen reducir en 50 por ciento la proporción de personas que padecen indigencia y hambre, lograr la educación primaria universal, disminuir dos tercios la mortalidad infantil y tres cuartos la maternal, promover la igualdad de género, revertir la expansión del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y otras enfermedades y concretar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
Una cumbre de 189 líderes celebrada en septiembre de 2000 se comprometió a cumplir todos estos objetivos para 2015. Pero su implementación ha dependido principalmente del incremento de la asistencia al desarrollo brindada por donantes de los países industriales.
"Esto significa que estos 18 países solo deberían ser el comienzo", señaló Watkins. "El Banco Mundial y el FMI deberían extender la cancelación de la deuda a todos los países pobres si se toman en serio el alivio de la pobreza", agregó.
"La sociedad civil también debe estar vigilante, porque los detalles del acuerdo van a ser elaborados en las semanas venideras en las juntas del FMI y del Banco Mundial. Lo que tenemos en este momento es sólo un acuerdo amplio; los detalles más finos son los que importarán", explicó.
Otro tema importante discutido en las reuniones del FMI y del Banco Mundial fue el cambio climático, fenómeno al que el Comité para el Desarrollo describió en su declaración como "una de las mayores amenazas al mundo actual".
Pero los críticos alegan que el Banco Mundial sólo ha exacerbado el problema.
"Al ser uno de los principales financistas de proyectos de combustibles fósiles e ignorando incluso los resultados de la evaluación de las propias industrias extractivas, el Banco Mundial es uno de los mayores culpables de alimentar la insostenible adicción del mundo al petróleo y a otras industrias que producen dióxido de carbono", dijo a IPS Ann Petermann, de la organización Global Justice Ecology Project.
"Esta declaración no hace nada para reconocer el daño que el Banco Mundial ha hecho o incluso de dar pasos para abordar el asunto, uno de los cuales sería implementar las recomendaciones de la evaluación de las industrias extractivas", agregó.