La magnitud de la puesta en juego con la gobernanza de Internet, calibrada por sus 1.000 millones de usuarios y los beneficios derivados, impidió llegar a un acuerdo entre gobiernos para determinar las formas de control de esa red mundial de computadoras.
Las diferencias se hicieron notorias durante las dos semanas de discusiones, finalizadas este viernes en Ginebra, del último comité preparatorio de la segunda fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), que se reunirá del 16 al 18 de noviembre en Túnez.
Casi la totalidad de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) propician cambios en el actual mecanismo que otorga al gobierno de Estados Unidos la regulación técnica a la Internet Corporation for Assigned Names and Numbers (Icann) y la competencia de supervisión.
En el bloque de partidarios de las reformas se ubican, con apenas ligeros matices, la gran mayoría de los países en desarrollo y, desde esta semana, la Unión Europea, que inclinó la balanza al proponer un modelo de gobierno de Internet con participación privada, pero también con injerencia de los estados.
Enfrente, los que tienen intereses creados en el sistema vigente, el sector privado y el gobierno de Estados Unidos, defienden el statu quo.
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La cumbre, concebida para adoptar políticas que corrijan los desequilibrios entre países ricos y pobres en el acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones y también para democratizar su empleo, deliberó en su primera fase en diciembre de 2003 también en Ginebra.
En aquel momento ya apareció el tema del gobierno de Internet como el más espinoso y finalmente quedó inconcluso. Los gobiernos optaron por la idea de negociar un acuerdo en el intervalo hasta la etapa última de la cumbre.
Pero, finalizado ese período, el bloqueo persiste. Las diferencias de opinión son muy profundas, describió Yoshio Utsumi, secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la entidad que actúa como secretaría de la cumbre por mandato de la ONU.
Los países participantes del comité preparatorio discuten este fin de semana las formas de proseguir las negociaciones en el plazo que resta antes de la cumbre de Túnez.
El presidente del comité preparatorio, el letón Janis Karklins, estimó que los debates podrían proseguirse en Túnez, en tres días de sesiones especiales a celebrarse desde el 13 de noviembre hasta la apertura de la cumbre.
Sin embargo, la presidenta de la Conferencia de Organizaciones No Gubernamentales en Relación Consultiva con las Naciones Unidas (Congo), Renate Bloem, dijo en una asamblea de grupos de la sociedad civil que el gobierno de Túnez ya había adelantado que enfrentará dificultades financieras para sufragar los gastos de tres días más de sesiones.
Ante ese obstáculo, las autoridades del comité preparatorio evaluaban la posibilidad de continuar las negociaciones en Ginebra y en dos grupos de redacción para preparar los textos que se someterán a los jefes de Estado y de gobierno en Túnez.
Uno de los grupos se encargaría de preparar el texto del marco operativo, como se denomina a la declaración política que sustentará las disposiciones. El otro grupo redactará los documentos de los demás temas pendientes, incluido el punto clave de la gobernanza de Internet.
Bloem observó que ese procedimiento adolecería de fallas, porque numerosos países que carecen de misiones diplomáticas en Ginebra no podrían seguir el desarrollo de las negociaciones. Entre las variadas alternativas mencionadas para reemplazar al actual sistema de administración de Internet, la propia UIT ha sido mencionada como una probable depositaria de esa responsabilidad.
Utsumi observó que en la UIT están representados los gobiernos y la industria de las telecomunicaciones, pero no tienen participación los usuarios.
La UIT nació en el siglo XIX para homogeneizar los sistemas de la entonces recién llegada telegrafía y bien podría ahora cumplir funciones similares con la interconexión de la red mundial de computadoras, dijo.
A la pregunta de si era posible que la UIT se haga cargo de la regulación de Internet, el jefe de la institución respondió que era posible.
Por su parte, Karklins comentó que las necesidades de los usuarios son bien atendidas con el actual sistema de Icann y otorgó importancia a la historia de Internet, relacionada con el papel cumplido por el gobierno de Estados Unidos desde los comienzos de la estructuración de la red.
Los dos argumentos mencionados por el presidente del comité preparatorio refuerzan la idea del statu quo. Sin embargo, Karklins también aludió al informe preparado por un grupo de trabajo sobre la gobernanza de Internet, creado por la ONU.
El veredicto de ese organismo, integrado por expertos, excluyó la posibilidad de que el sistema de Internet siguiera bajo el control de un solo país, como ocurre actualmente con Estados Unidos.
Las dos semanas de sesiones del comité preparatorio dejaron numerosos temas irresueltos, además del más crítico del futuro de Internet. Bloem indicó, por ejemplo, que queda por definirse todavía la forma en que la sociedad civil participará de la última etapa.
Ese sector de organizaciones independientes protestó sonoramente porque sus representantes fueron excluidos de las sesiones de algunos grupos de redacción de los documentos de Túnez.
Bloem mencionó que muchos gobiernos han demostrado buena voluntad con el sector y "predisposición a escucharnos, porque dicen tener un gran respeto" por la sociedad civil.
"En todo este proceso de la CMSI, la sociedad civil ha hecho progresos que nosotros estamos muy interesados en mantener", resumió la presidenta de Congo.