AMBIENTE-EEUU: Pérdida de humedales agrava efecto de Katrina

La destrucción masiva de humedales y el rampante desarrollo de las costas en el sudeste de Estados Unidos figuran entre los factores que agravaron los efectos del huracán Katrina.

"Esto se pronosticó. No sorprende que una tormenta categoría cuatro como Katrina dejara tal devastación. Pero es difícil entender el alcance de los daños", dijo a IPS Robert Twilley, director del Instituto de Biogeoquímica de Humedales de la Universidad del Estado de Luisiana.

De todos modos, los perjuicios habrían sido mucho menores si Luisiana no hubiera perdido un tercio de sus humedales costeros, lamentó Twilley.

Los humedales abiertos y arbolados de las costas actúan como protección natural contra tormentas y contra la elevación del nivel del mar, explicó.

"Ese es uno de los servicios que nos brindan los humedales, pero no apreciamos su valor hasta que ocurre algo catastrófico", sostuvo el experto.
[related_articles]
El huracán Katrina golpeó los estados de Luisiana y Mississippi, en el golfo de México, el lunes 29 de agosto. Un millón de personas quedaron sin techo. La ciudad de Nueva Orleans, en Luisiana, está casi totalmente sumergida por las aguas.

Reconstruir la ciudad insumirá miles de millones de dólares y varios años, según las autoridades.

"Dada la continua pérdida de tierras, muchas de las áreas costeras pobladas de Luisiana, como Nueva Orleans, están casi completamente expuestas al golfo de México", sostuvo Valsin A. Marmillion, portavoz de la organización no gubernamental America's Wetland.

Una de las lecciones del tsunami registrado en diciembre en el sur y el sudeste de Asia fue que los manglares de zonas costeras ayudan a reducir el impacto de ese tipo de catástrofes al absorber parte de la energía de las olas.

Fotos satelitales demostraban con claridad cómo regiones con manglares costeros permanecieron relativamente intactos, y que aquellas que carecían de éstos terminaban frecuentemente devastadas.

Los humedales son la vanguardia en la defensa contra las tormentas, dijo Kip Patrick, portavoz de America's Wetland en Nueva York.

"Por cada 2,7 millas (4,34 kilómetros) de humedales, las oleadas por tormenta se reducen un pie (30,5 centímetros)", sostuvo Patrick. "La triste paradoja es que los diques del río Mississippi tienen la consecuencia no deseada de depositar residuos en los humedales que constituyen la principal protección natural del estado", agregó.

El Mississippi, segundo río de Estados Unidos por su longitud, cruza Nueva Orleans hacia el golfo de México. Desde comienzos de la década del 1900, esa vía fluvial fue sometida a intensas obras de ingeniería para impedir inundaciones y para mejorar las condiciones de navegabilidad.

Así, se enderezó el cauce del río, se construyeron diques en sus afluentes, se dragaron canales y se construyeron cientos de miles de diques y bombas.

Nueva Orleans se encuentra tres metros por debajo del nivel del mar, y está rodeada por diques con una altura de 4,5 a seis metros.

"El delta del río Mississippi es uno de los más industrializados y con más ingeniería del mundo", destacó Twilley.

Los enormes esfuerzos de ingeniería transformaron la zona en un gran puerto y una importantísima zona de procesamiento de petróleo, gas y productos químicos. Pero también causaron un grave daño ecológico a toda la costa del Golfo.

Millones de toneladas de sedimentos del río ya no llegan a los humedales del delta. Mientras, empresas de gas y petróleo hicieron canales a través de esos humedales para extraer petróleo. Esto hiz que la tierra se hundiera y el agua salobre se filtrara, matando la vegetación.

Más de 50.000 kilómetros cuadrados de humedales costeros se han perdido. Luisiana tiene 40 por ciento de la superficie de humedales costeros del territorio continental de Estados Unidos.

"Pese a su reconocida importancia, todavía perdemos unos 44 kilómetros cuadrados de humedales cada año", lamentó Twilley.

Eso es una mejora con respecto a los 130 kilómetros cuadrados que se perdían cada año en la década de 1970, pero como ya han desaparecido tantos humedales, cualquier pérdida adicional tiene un impacto desproporcionado. Las inundaciones se han vuelto un fenómeno regular en la región.

"Tormentas menores, que hace 20 o 30 años no causaban ningún impacto, provocan inundaciones ahora. Es alarmante", dijo Twilley.

La alarma y las abundantes pruebas científicas condujeron en 2002 a un plan de 14.000 millones de dólares para construir nuevas islas-barrera, fortalecer los diques y reencauzar hasta un tercio del río para restaurar los humedales, en un plazo de 30 años.

Sin embargo, el gobierno de George W. Bush sólo aprobó un gasto de 2.000 millones de dólares.

Según informes publicados en el diario New Orleans Times-Picayune, muy poco de ese dinero se ha desembolsado, pese al riesgo aumentado de huracanes. El gobierno atribuyó las demoras en el desembolso a la guerra en Iraq y el nuevo ministerio de Seguridad Interna, que exigieron recorte de gastos en otros rubros.

Pero el costo del proyecto parece ahora muy pequeño en vista del desastre causado por Katrina. "Sabemos cómo proteger y restaurar los humedales. Sólo precisamos los fondos para comenzar", concluyó Twilley. ***** +CAMBIO CLIMÁTICO: Katrina es sólo una muestra (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=34993) +ESTADOS UNIDOS: Katrina deja a Bush con el agua al cuello (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=35000) +America's Wetland, en inglés (http://www.americaswetland.com/index.cfm) (FIN/IPS/traen-mlm/sl/ks/en/05)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe