DERECHOS HUMANOS-ZIMBABWE: Iglesias al rescate de los desplazados

Iglesias católicas de Sudáfrica enviaron ayuda esta semana para más de 700.000 víctimas de una operación gubernamental de desalojo y demolición de barrios periféricos en las principales ciudades del vecino Zimbabwe.

La operación, que comenzó en mayo, se denomina ”Murambatsvina”, un término shona que significa ”sacar la basura”, y apunta a desplazar a los habitantes de esos barrios hacia el campo ”para librar a las ciudades de los asentamientos ilegales y la delincuencia”, explicaron autoridades.

Los desalojos se realizaron en la estación más fría de Zimbabwe y dejaron a las víctimas sin recursos mínimos de subsistencia.

Los suministros enviados por las iglesias sudafricanas incluyen 4.500 frazadas y 37 toneladas de maíz, frijoles y aceite. ”Todavía no recibimos confirmación de la llegada de la ayuda”, dijo a IPS un portavoz del Consejo Sudafricano de Iglesias (SACC, por sus siglas en inglés).

”Lo que ha sucedido no se puede revertir”, pero ”ahora es importante tomar medidas para proteger los derechos de estas personas a una vivienda adecuada, alimentos, agua y cuidados médicos, así como a un acceso igualitario de los niños y niñas a la educación”, declaró Walter Kälin, representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos de las Personas Desplazadas.
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Kälin urgió al gobierno de Robert Mugabe a tomar medidas para poner fin a las ”violaciones de las garantías fundamentales que están ocurriendo a escala masiva”.

Tras enterarse de la operación de desalojo, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, la consideró ”una injusticia catastrófica” y envió a Zimbabwe a Anna Tibaijuka, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Habitat) a evaluar la situación.

”La operación comenzó en la capital, Harare, y se convirtió rápidamente en una campaña nacional de demoliciones y desalojos, llevada adelante por la policía y el ejército”, relató Tibaijuka en un informe publicado el 22 de julio.

”Popularmente conocida como 'Operación Tsunami' por su rapidez y ferocidad, la campaña incluyó la destrucción de viviendas, comercios y puestos de venta. Unas 700.000 personas perdieron su casa, su medio de vida o ambos en ciudades de todo el país, y otros 2,4 millones resultaron afectadas indirectamente en diverso grado”, informó.

”Cientos de miles de hombres, mujeres y niños quedaron sin hogar ni acceso a alimentos, agua, saneamiento y atención de la salud”, agregó Tibaijuka.

El secretario general del SACC, Molefe Tsele, pidió fondos adicionales de ayuda en una conferencia realizada el lunes en Johannesburgo, el centro financiero de Sudáfrica.

”Todos deberían unirse a las iglesias para ofrecer un rayo de esperanza a nuestros vecinos de Zimbabwe”, dijo.

Ivan Abrahams, obispo de la Iglesia Metodista, anunció el envío de más suministros a Zimbabwe el 18 de este mes. ”Tendremos apoyo logístico del gobierno de Sudáfrica. Usaremos camiones del ejército”, explicó a IPS el martes.

Las iglesias juntaron hasta ahora unos 76.000 dólares, y además abrieron una cuenta bancaria en Sudáfrica para que los ciudadanos realicen donaciones para las víctimas de los desalojos en Zimbabwe.

”Ha habido una muy buena respuesta. Todas las iglesias tienen socias en Gran Bretaña o Alemania, que también expresaron su deseo de colaborar”, destacó Abrahams.

Los suministros de emergencia serán distribuidos por el Consejo de Iglesias de Zimbabwe en salones parroquiales o campamentos en las ciudades más afectadas por la operación ”Restauración del Orden”, como se llama oficialmente: Harare, Bulawayo y Mutare.

La embajada de Sudáfrica en Harare controlará que la ayuda llegue a sus destinatarios.

La campaña coincide con una crisis alimentaria causada por la sequía y por la reducción de la producción interna de alimentos desde que Mugabe se incautó en 2000 de las tierras de 4.500 agricultores blancos para entregarlas a campesinos de la mayoría negra, en general sin experiencia en el manejo de las granjas.

Grupos de la sociedad civil y partidos de oposición acusaron al gobierno de limitar la ayuda alimentaria a sus partidarios, pero las autoridades negaron las acusaciones.

Unos 2,9 millones de personas, que incluyen a 36 por ciento de la población rural, precisarán ayuda alimentaria este año, según un informe conjunto de agencias de la ONU y la Comunidad de Desarrollo de África Austral, publicado en junio.

El gobierno anunció un plan para importar 1,2 millones de toneladas de maíz, pero el Programa Mundial de Alimentos anunció igualmente un plan de contingencia para ayudar a cuatro millones de zimbabwenses este año.

Zimbabwe es motivo de preocupación para la comunidad internacional, y en especial para Gran Bretaña, su antigua metrópoli colonial, desde que el gobierno lanzó la campaña de ocupación de las granjas hace cinco años.

El opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) acusó a la gobernante Unión Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico de fraude en las elecciones de 2002, y desde entonces Londres y Washington piden la renuncia de Mugabe, de 79 años y gobernante desde la independencia en 1980.

El mismo grupo opositor también consideró fraudulentos los comicios del 31 de marzo de este año.

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