POBLACIÓN-EEUU: De ensaladera a crisol

El número de matrimonios interraciales en Estados Unidos se multiplicó por más de 10 entre 1970 y 2000 como consecuencia de un cambio radical en la actitud de la sociedad hacia esas uniones, según un nuevo estudio.

Debido en parte al aumento de la inmigración y de las personas que reciben educación terciaria, el porcentaje de parejas de diferentes etnias creció de uno por ciento en 1970 a más de cinco por ciento en 2000, concluyó el Population Reference Bureau (PRB, Oficina de Referencia sobre Población), de Washington.

Las parejas interraciales aumentaron de unas 300.000 en 1970 a 1,5 millones en 1990 y a más de tres millones en 2000, dice el informe de 36 páginas, titulado ”Nuevos casamientos, nuevas familias: El matrimonio interracial e interhispano en Estados Unidos”.

Esta tendencia, que no muestra señales de debilitarse, sugiere que Estados Unidos se está transformando de una ”ensaladera” (en que cada grupo racial mantiene su identidad separada y se resiste a los casamientos con otros grupos) en un ”crisol”, mucho más abierto a las relaciones, incluso a los matrimonios, interraciales.

A su vez, los casamientos interraciales implican el nacimiento de más niños birraciales o multirraciales. De los 281 millones de estadounidenses registrados en el censo de 2000, más de 2,4 por ciento, o siete millones de personas, declararon ser ”multiétnicos”. El PRB sugirió que probablemente esa cifra sea mayor.

El censo de 2000 fue el primero que incluyó la categoría ”multiétnica”, junto con otras 15 categorías raciales, 11 de ellas de Asia y el Pacífico.

La metáfora del crisol comenzó a tomar forma hace unos 10 años, cuando ejecutivos de publicidad modificaron la imagen de Betty Crocker, una marca de la empresa de alimentos General Mills, Inc, señaló Rochelle Stanfield en The National Journal.

”El retrato de Betty se encuentra en su octava encarnación desde el primero, en 1936, con piel muy blanca y ojos azules”, escribió Stanfield en 2000.

”Ahora es de ojos castaños y cabello oscuro. Es de piel más morena que sus siete predecesoras, y representa a una mujer de origen blanco, hispano, indio, africano y asiático. Una computadora creó a la nueva Betty a mediados de los 90 mezclando fotos de 75 mujeres diferentes”, explicó.

Para los fines del nuevo estudio, el PRB consideró los siguientes grupos étnicos: blancos (75 por ciento del total de la población), negros (12 por ciento), isleños de Asia y el Pacífico (cuatro por ciento), indígenas estadounidenses (uno por ciento), otras razas (seis por ciento, casi todos hispanos) o de múltiples razas (dos por ciento).

También incluye la categoría ”interhispanos”, aplicable a individuos de origen hispano que se casaron con no hispanos.

Los que se identificaron como hispanos constituyeron 13 por ciento del total.

Además del notable aumento de las parejas interraciales, PRB concluyó que la típica pareja de ese tipo está constituida por un integrante blanco y otro no blanco, y que el matrimonio entre dos personas de diferentes grupos raciales minoritarios es poco frecuente.

Además, los hombres negros son más propensos a casarse con personas de otras razas que las mujeres negras, y las mujeres asiáticas, más propensas que los hombres asiáticos.

Mientras, un cuarto de las parejas hispanas son ”interhispanas”, y los estadounidenses jóvenes y con alto nivel educativo son más propensos al matrimonio interracial que los de más edad y menos educados.

Asimismo, entre 1970 y 2000, el número de niños que viven en familias interraciales se multiplicó casi por cuatro, de 900.000 a más de tres millones, mientras los que viven en familias interhispanas se multiplicaron casi por tres, de 800.000 a dos millones, concluyó BPR.

El cambio en las actitudes raciales en los últimos 30 años tuvo un papel fundamental en el florecimiento de las uniones interraciales, que a fines del siglo XIX eran ilegales en la mayoría de los estados.

Después de la segunda guerra mundial, las leyes comenzaron a cambiar a medida que soldados estadounidenses se casaban con mujeres japonesas y que el movimiento por los derechos civiles comenzaba a impugnar normas discriminatorias en los tribunales.

En 1967, la Corte Suprema de Estados Unidos determinó que todas esas leyes eran inconstitucionales, aunque Alabama recién derogó la suya en 2000.

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