Los precios del petróleo regresaron este viernes a sus máximos históricos, alrededor de 62 dólares por barril, tras los descensos del jueves a raíz de la depresión de algunos mercados por los atentados terroristas en Londres.
En tanto, el huracán Dennis, con el mismo nombre de la tira cómica de David Law la amenaza o el travieso, avanzaba con fuerza hacia el golfo de México, obligando a retirar trabajadores y a cerrar instalaciones que producen unos 200.000 barriles diarios de crudo. En cinco días de avance de este meteoro, el mercado tendrá un millón de barriles menos.
Esa circunstancia animó las compras del petróleo disponible y recuperó este viernes los precios, que en la víspera habían caído 2,5 por ciento (1,50 dólares por barril de 159 litros) cuando el mercado percibió, durante las horas angustiosas que siguieron a las explosiones en Londres, que la economía mundial podría contraerse y, con ello, la demanda de petróleo..
Al cierre de esta jornada, el crudo dulce ligero estadounidense, West Texas Intermediate (WTI), se cotizaba en Nueva York a 61,75 dólares por barril, acercándose al máximo histórico de 62,10 dólares, logrado justo una hora antes de que estallasen las primeras de las cuatros bombas en el sistema de transporte público londinense.
Precisamente, el crudo Brent del Mar del Norte, referencia europea, recuperó en el mercado de la capital británica casi un dólar sobre su cotización del jueves y se transó al cierre de la semana en 59,28 dólares por barril.
Los promedios semanales fueron de 59,82 dólares para el WTI, 58,58 dólares para el Brent y 53,90 dólares para la cesta de 11 crudos que utiliza la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), informó el Ministerio de Energía en Venezuela.
Los precios están más de tres dólares por encima de los promedios de junio, a pesar de que en ese mes la OPEP agregó al mercado 210.000 barriles diarios y la oferta de sus 11 miembros ya pasa de 30 millones de barriles por día, en un mercado mundial que demanda casi 84 millones de unidades en cada jornada.
La OPEP está integrada por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela, y al igual que los exportadores ajenos a este grupo, ya produce prácticamente al máximo de su capacidad.
Para el último trimestre del año se estima que la demanda crecerá sobre los 86 millones de barriles diarios, cuando el frío del invierno boreal calce con el crecimiento de la economía mundial, calculado en al menos cuatro por ciento para este año.
De allí la actividad de los operadores y especuladores en los mercados de petróleos a futuro, una de las razones del alza de precios según el informe del Ministerio venezolano de Energía, por la preocupación acerca de suministros suficientes en el mediano plazo.
El cierre temporal de instalaciones en el golfo de México eleva los precios porque desata la competencia de los refinadores por los crudos más livianos y dulces (con menor contenido de azufre), en vez de los que entrega la nueva producción de la OPEP, por ejemplo, que son más pesados y ácidos, más difíciles de destilar.
Ese cuello de botella en el parque refinador, sobre todo de la cuenca atlántica, conspira contra la mayor demanda de derivados livianos, como gasolinas, diesel, combustible de aviación y el de calefacción (fuel oil) que resta después que extraen los productos blancos o ligeros.
Si la tendencia se mantiene no habrá quien detenga la carera de los precios, que pueden llegar a 80 dólares el barril, dijo en Venezuela el analista José Prats.
No me sorprendería ver los precios cerca de 70 dólares cada barril, opinó el analista Tetsu Emori, de la firma de futuros Mitsui Bussan, mientras que su colega Bruce Evers, de la banca de inversión Investec en Londres, sostuvo que el umbral de 50 dólares ya es un recuerdo lejano.
Mientras, los líderes del Grupo de los Ocho (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia), reunidos del miércoles a este viernes en la localidad escocesa de Gleneagles, instaron a efectuar nuevas y mayores inversiones en energía, como una respuesta ante la cercana escasez de hidrocarburos frente al crecimiento de la economía global.
Anteriores citas anuales de las ocho potencias industriales habían exhortado a la OPEP a incrementar su producción, y la nueva propuesta parece reconocer que ya llega a su límite la capacidad del grupo exportador del Sur para ofrecer más combustible.
Los líderes del G-8 dijeron que es preciso gastar más dinero en la exploración, producción e infraestructura en energía, y deben considerarse medidas para animar la expansión de la capacidad de refinación.
En Estados Unidos, por ejemplo, no se construye una refinería desde hace 30 años. Los precios de la gasolina en ese país promedian 2,22 dólares por galón (3,8 litros), 33 centavos por encima de los valores hace un año. (