GRUPO DE LOS OCHO: Bush bloquea acuerdo sobre cambio climático

Los líderes del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos terminaron este viernes su reunión de tres días en este centro escocés de golf divididos sobre el problema del recalentamiento global.

”Aquellos de nosotros que ratificamos el Protocolo de Kyoto celebramos su entrada en vigencia y trabajaremos para que sea un éxito”, señaló un documento del G-8. No era difícil adivinar que Estados Unidos no estaba incluido.

El comunicado final subraya principios generales sobre el cambio climático, pero no incluye acuerdos específicos para la reducción de emisiones de ”gases invernadero”, como exigían los ambientalistas.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, había dicho poco antes de la cumbre de Gleneagles, iniciada el miércoles, que intentaría convencer a sus pares sobre la necesidad de apostar al desarrollo de nuevas tecnologías, en vez de confiar en el Protocolo de Kyoto.

El G-8 está integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

En la declaración de este viernes, los líderes del grupo reconocieron que existía suficiente evidencia científica para justificar medidas ”para detener y luego revertir el aumento de los gases invernadero”, y destacaron la importancia de trabajar junto a los países del Sur en desarrollo.

”Está en nuestro interés trabajar juntos y en sociedad con las principales economías emergentes para encontrar formas de lograr reducciones sustanciales de las emisiones de gases invernadero y nuestros otros objetivos clave, como la promoción de sistemas de energía de baja emisión. Los países industrializados tienen la responsabilidad de actuar”, señalaron.

La mayoría de científicos coinciden en que el recalentamiento del planeta es provocado por las actividades humanas, sobre todo por el efecto de los gases liberados por la combustión de petróleo, gas y carbón, el principal de los cuales es el dióxido de carbono.

Esos gases se acumulan en la atmósfera y, por su gran capacidad para retener el calor de los rayos solares, acentúan el llamado ”efecto invernadero”.

El Protocolo de Kyoto entró en vigor en febrero e impone a los países industriales que lo firmaron y ratificaron la obligación de reducir sus emisiones de gases a volúmenes 5,2 por ciento inferiores a los de 1990. El plazo para operar esas reducciones vence en 2012.

Estados Unidos es el principal emisor de gases invernadero, con una cuarta parte del total mundial. Bush retiró en 2001 la firma del acuerdo que había sido estampada por su antecesor, Bill Clinton (1993-2001), arguyendo que afectaría la economía nacional.

”Prepararnos a los impactos del cambio climático, resultante tanto de causas naturales como humanas, es una prioridad absoluta de todos los países, sobre todo en aquellas regiones que experimentan los cambios mas grandes, como el Ártico, África subsahariana y otras zonas semiáridas, costeras y pequeños estados isleños afectados por el aumento del nivel del mar”, señaló este viernes el G-8.

”Trabajaremos con los países en desarrollo para ayudarles a construir su capacidad de superar esos problemas e incluir sus objetivos de adaptación (al cambio climático) en sus estrategias de desarrollo sustentable”, añade el comunicado.

El G-8 anunció que promovería un diálogo con los países del Sur sobre cambio climático, energías limpias y desarrollo sustentable. Blair anunció una primera reunión para el 1 de noviembre en alguna ciudad de Gran Bretaña.

Representantes de organizaciones ambientalistas internacionales señalaron que el comunicado de este viernes carece de sustancia.

”La comunidad internacional está varada en el tema del cambio climático. George W. Bush no ha cambiado, ni tampoco los otros siete”, dijo a periodistas en Gleneagles Stephen Tindale, de la organización ambientalista Greenpeace.

”Gracias a Bush no pudimos avanzar”, dijo Jennifer Morgan, del Fondo Mundial para la Naturaleza.

”El comunicado no nos lleva a ningún lado. Hablan sobre reducir las emisiones, pero no dicen cuándo, cuánto y ni siquiera qué clase de emisiones”, añadió.

Tindale sostuvo que todo esfuerzo por avanzar en asuntos vinculados con el cambio climático debería llevarse adelante sin la participación de Bush.

”Traer a Bush es descender a un nivel de vaguedad tan grande que no serviría de nada”, indicó, y sugirió que Estados Unidos sólo podría reintegrarse a las discusiones sobre el recalentamiento planetario ”con otro presidente”.

Tony Juniper, de Amigos de la Tierra, sostuvo que la cumbre en Gleneagles fue ”una oportunidad perdida para que el G-8 asumiera toda su responsabilidad”.

No obstante, destacó que la fuerte campaña no gubernamental para que el tema ambiental estuviera en la agenda del G-8 ”mejoró la conciencia pública en los últimos seis meses”.

”Aunque George W. Bush no entendió el mensaje, sí lo han hecho cientos de millones de personas en todo el mundo”, afirmó.

El comunicado de este viernes es una versión bastante diluida de lo que proponía Blair, anfitrión de la cumbre. El borrador incluía montos específicos de dinero para alcanzar metas definidas de reducciones, que no aparecen en la versión final.

Tindale aseguró que no menguarían los esfuerzos de los activistas contra el cambio climático. ”Éste no es el fin del juego”, afirmó.

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