La agricultura brasileña interrumpió este año su marcha triunfante y sintió un retroceso de 5,7 por ciento en su producción de granos y abultadas pérdidas de ingresos, aunque mantuvo la expansión de sus exportaciones.
La cosecha de cereales, leguminosas y oleaginosas de este año debe de limitarse a 112,4 millones de toneladas, según la última estimación de la Compañía Nacional de Abastecimiento del Ministerio de Agricultura. En 2004 había alcanzado 119 millones de toneladas, lo que constituyó un aumento de 43,5 por ciento respecto de 2000.
Más grave aun, el ingreso total del sector caerá en 14,6 por ciento, lo que equivale hoy a unos 11.700 millones de dólares, según estimó la Confederación Nacional de la Agricultura y Ganadería (CNA).
Antes de la siembra de fines del año pasado, se preveía que la producción agrícola crecería cerca de diez por ciento en este país que se ha convertido en una de las grandes potencias agroexportadoras del mundo. Pero la expectativa se frustró por una fuerte sequía en el sur del país y la caída de algunos precios.
Sin embargo, el factor más negativo es la política monetaria equivocada del gobierno, que mantiene elevados intereses bancarios, y la sobrevaluación del real, la moneda nacional, dijo a IPS Homero Pereira, vicepresidente de la CNA.
El año pasado, los agricultores tuvieron que adquirir o financiar sus insumos importados, como fertilizantes y herbicidas, cuando el dólar se cotizaba a más de 3,10 reales, y ahora deben vender al exterior sus cosechas, con la divisa estadounidense a menos de 2,50 reales, explicó.
Esa diferencia de 20 por ciento determinó costos de producción muy elevados y precios de venta rebajados por el cambio desfavorable y por un mercado internacional algo más deprimido que en años anteriores, destacó.
Esta situación afecta directamente al agronegocio exportador, especialmente al sector de la soja. Pereira es dirigente de los grandes agricultores del centrooccidental estado de Mato Grosso, el de mayor producción de esa leguminosa en este país.
La sequía en el estado de Rio Grande do Sul provocó graves pérdidas en la sojicultura local, pero por sí sola no justifica la reducción de 18,2 por ciento en la cosecha de este año. De 61,4 millones de toneladas en 2004, la producción sojera brasileña caerá a 50,2 millones en el año en curso.
Tmbién los cultivadores de maíz, frijoles, arroz y trigo destinados al mercado interno, sufren los efectos de la política económica, por ejemplo la caída del poder adquisitivo de la población, observó Pereira.
Ante las dificultades creadas por ese conjunto de factores negativos —la caída del dólar, la sequía y los precios internacionales bajos— los grandes agricultores representados en la CNA protagonizaron un mes atrás un tractorazo, la invasión de Brasilia por unos 20.000 cultivadores en 2.000 tractores y máquinas agrícolas.
El reclamo de asistencia al sector resultó en promesas oficiales de créditos adicionales por 3.000 millones de reales (1.200 millones de dólares), negociación de las deudas y mecanismos para seguros. Ese paquete es insuficiente, pero permite seguir adelante, opinó Pereira.
La agricultura es una actividad especial en todo el mundo, sujeta a factores incontrolables como el clima y las variaciones de precios y que necesita algún seguro, sostuvo. En Brasil, es el sector más competitivo de la economía y el que asegura el gran superávit comercial del país, acotó.
La próxima siembra que se iniciará en octubre, se presenta en malas condiciones, con el sector endeudado y sin capacidad de ampliar las inversiones. En Mato Grosso, el área sembrada de soja se reducirá en diez por ciento, prevén los productores.
Como máxino, Brasil podrá recuperar la producción de granos del año pasado, de 119 millones de toneladas, según Pereira. El ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues, más optimista, espera 125 millones de toneladas.
Una pequeña ayuda al sector en el inicio de este año habría ahorrado muchas pérdidas ahora inevitables, evaluó el ministro.
De todos modos, el sector agrícola mantuvo su empuje exportador en el primer semestre. Sus exportaciones alcanzaron 20.200 millones de dólares, 9,2 por ciento por encima de igual período del año pasado. Pero en la primera mitad de 2004, las exportaciones habían registrado un aumento de 35,8 por ciento.
Las fuertes pérdidas de la soja, principal producto exportado, se vieron compensadas por la expansión de las carnes, el alcohol, el azúcar, el café y el jugo de naranja. El meridional estado de Sao Paulo se benefició, pues es el mayor exportador de derivados de la caña de azucar y de cítricos, agravando las desigualdades nacionales, ya que se trata del distrito más rico del país.