El viejo anhelo de los emigrantes mexicanos de votar en las elecciones de su país se materializará el año próximo, gracias a una ley aprobada por el parlamento, pero su peso político será menor al esperado.
México, con más de 100 millones de habitantes, es el país del mundo con la más numerosa comunidad de emigrantes y sus descendientes: unos 30 millones, 25 millones en Estados Unidos.
Pero autoridades electorales y diputados estiman que apenas 400.000 ciudadanos que viven en el exterior votarán en los comicios presidenciales de 2006, frente a un universo local de votantes de poco más de 60 millones.
Con la ley aprobada el martes, México se suma a 69 países que permiten el voto de sus ciudadanos desde el extranjero, 29 de ellos de Europa. Son 30 los que adoptaron el sufragio epistolar. En América, Argentina, Brasil, Canadá Colombia, Estados Unidos, Honduras, Perú y Venezuela admiten que sus ciudadanos voten desde el exterior, bajo diversas modalidades.
No alcanzamos todo lo esperado, pero igual es un día histórico, pues se concretó una demanda que restituye los derechos políticos de elección a quienes por una u otra razón dejaron México, dijo a IPS el presidente de la no gubernamental Asociación de Mexicanos en el Exterior, Carlos Villanueva.
Según Villanueva, los mexicanos que residen en el extranjero se mantienen conectados íntimamente a su país con el envío de remesas a sus familiares y están informados sobre la situación política, argumento éste que ponen en duda algunos observadores. En 2004, ingresaron al país 17.000 millones de dólares en remesas.
El proyecto inicial, que contemplaba la instalación de casillas electorales en diversos países, un proceso de inscripción para los que no tuvieran credenciales de ciudadano y la apertura de oficinas especiales del independiente Instituto Federal Electoral (IFE) en el extranjero, fue desechado por oneroso y difícil de poner en marcha antes de las elecciones.
Se aprobó en cambio una iniciativa que permitirá sufragar sólo a quienes tengan documento electoral vigente y soliciten por escrito, entre octubre y enero del año próximo, ejercer su derecho al IFE desde su país de residencia. La autoridad electoral les devolverá un sobre especial en el que deberán enviar su voto por correo.
De los 10 millones de personas nacidas en este país y que residen en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, unos cuatro millones tienen credencial de ciudadano. Una cantidad menor tiene vigente ese documento, y sólo unos 400.000 llevarán a cabo el trámite para ejercer su derecho al sufragio, según estudios realizados por el IFE y los diputados.
Las elecciones presidenciales se realizarán en julio de 2006, y quien resulte ganador asumirá en diciembre el cargo que hoy ocupa Vicente Fox.
El argumento de que el voto epistolar llevaría a sufragar a millones de ciudadanos que no conocen ni siguen la política mexicana, una crítica marginal de algunos observadores, se desvaneció con la norma aprobada el martes, dijo a IPS el académico en relaciones internacionales Patricio Proaño.
Los potenciales votantes son emigrantes interesados en la política y, posiblemente, con poco tiempo viviendo en el extranjero, estimó el académico.
El debate en México sobre el voto de los emigrados está en la mesa de los políticos desde 1998, y muy pocas voces cuestionaron el ejercicio de ese derecho.
Cuestionar el derecho de voto de los emigrantes por el hecho de vivir lejos no tiene base, pues los mexicanos que estamos en el exterior tenemos instaurados lazos familiares y comerciales tan fuertes con México que somos parte activa del país, sostuvo el presidente de la no gubernamental Asociación de Mexicanos en el Exterior.
Cada año, unos 400.000 mexicanos se instalan en Estados Unidos tras burlar los estrictos controles migratorios, y más de un millón fracasan y regresan.
Las remesas que los mexicanos en Estados Unidos envían a sus familias en este país elevan la suma global de este rubro a la segunda fuente de ingreso de divisas, después de las ventas de petróleo.
Según el estudio Previsiones sobre Población Mundial, Revisión de 2004 de la Organización de las Naciones Unidas, México es ahora, y lo será hasta 2050, el mayor emisor de emigrantes en América y segundo en el mundo, sólo detrás de China.
Proaño opinó que la posibilidad de votar por correo en las elecciones presidenciales de 2006 representa un gran avance, pero no el último, pues a su entender los activistas de los grupos de emigrantes seguirán pugnando por crear nuevos mecanismos de votación en el exterior, más universales y amplios.
El voto desde el exterior es una oferta reiterada por políticos de diverso signo en los últimos cinco años, que se materializó esta semana en el Congreso legislativo.
Fox ordenó el año pasado una serie de consultas sobre el proyecto de ley. Pero el asunto comenzó a discutirse a fines de los años 90, cuando el IFE designó una comisión para estudiarlo.
No hay investigaciones claras sobre antiguas o nuevas preferencias electorales de los residentes mexicanos en Estados Unidos, pero todos los partidos tienen representación en ese país vecino y aseguran que están listos para realizar tareas proselitistas.
Sus dirigentes viajan periódicamente para tomar contacto con las comunidades de mexicanos que desde hace décadas demandan su derecho al sufragio.
Dentro del país, el aspirante a presidente mejor ubicado según las encuestas es el alcalde de la capital mexicana, Andrés López Obrador, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática.
Siguen a López Obrador el ex secretario (ministro) de Gobernación (Interior), Santiago Creel, del gobernante y conservador Partido Acción Nacional, y Roberto Madrazo, presidente del Partido Revolucionario Institucional, que gobernó México desde 1929 hasta 2000.
Ningún partido ha definido aún sus candidaturas, pero es muy probable que los tres mencionados compitan para suceder a Fox.