INFANCIA-ÁFRICA: El precio de la inercia

Si el proceso de desarrollo de África subsahariana sigue su ritmo actual, la región no alcanzará la meta del milenio de reducir la mortalidad infantil antes de 2015, sino un siglo después.

Eso significa que morirán 28 millones de niños que se salvarían si se cumpliera el objetivo en el plazo acordado, advierte el último Informe sobre Desarrollo Humano, producido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

”Estas cifras deberían ser un llamado de alerta para los líderes del Grupo de los Ocho” (G-8) países más industrializados, dijo Kevin Watkins, director del informe, en una reunión en Berlín.

El informe analiza tendencias de diferentes indicadores relacionados con la mortalidad infantil, la pobreza y la educación, entre otros, y los compara con los Objetivos de Desarrollo del Milenio acordados por los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000.

Expertos señalan que, para la consecución de esas metas, es crucial que los países ricos aumenten sus fondos para actividades desarrollo y además ofrezcan condiciones de comercio más justas y alivio de la deuda externa de las naciones más pobres.

Los líderes del G-8 realizaron cierto avance en ese sentido al ofrecer la cancelación del total de la deuda de los Países Pobres Muy Endeudados, en la reunión de ministros de Finanzas celebrada en Londres el viernes y sábado últimos.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio incluyen la reducción de la pobreza extrema y el hambre a la mitad, la educación primaria universal, la reducción de la mortalidad materna en tres cuartos, de la mortalidad infantil en dos tercios, y el combate al sida, la malaria y otras enfermedades, así como la promoción de la igualdad de género.

Las metas específicas deben cumplirse antes de 2015 y tienen como referencia los niveles de 1990, pero son pocos los países que van en camino de cumplirlas en ese plazo.

”La inercia tiene un alto costo en términos de vidas y potencial humano perdidos para África”, dijo Watkings, y agregó que los números presentados son una tendencia que pueda cambiar mediante políticas nacionales y cooperación internacional eficaces.

Pero si la tendencia no cambia, 19 millones de niños y niñas estarán fuera de la escuela para 2015 en África subsahariana, dice el informe.

En esa región, la más pobre del mundo, viven 37 por ciento de los 115 millones de niños que no asisten a la escuela, pero se prevé que ese porcentaje aumentará. Tanzania, Kenia, Uganda y Ruanda realizaron cierto avance en materia de inscripción escolar, pero no en cuanto a terminación de la enseñanza primaria, agrega el estudio.

El G-8 está integrado por los siete países más industrializados (Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos) y Rusia. Del 6 al 8 de julio próximo, sus máximos gobernantes se reunirán en la localidad escocesa de Gleneagles.

Muchos grupos de la sociedad civil aguardan decisiones críticas para el desarrollo de parte de esa cumbre.

Tilmann Brück, experto en desarrollo del Instituto Alemán para la Investigación Económica, señaló que el G-8 debe adoptar cuatro medidas: aumentar la ayuda para el desarrollo, ofrecer alivio de la deuda, aceptar acuerdos comerciales justos y poner fin a los conflictos.

”Son varios sitios de construcción, pero complementarios entre sí. No se puede elegir uno y dejar otros de lado”, dijo a IPS.

Por ejemplo, para reducir la mortalidad infantil y aumentar la escolaridad, es esencial que los padres de los niños tengan empleo, para poder costear los servicios de salud y enviarlos a la escuela, explicó.

Pero los países industrializados no ofrecen a los pobres un acceso justo a sus mercados, porque levantan barreras o subsidian sus propios productos. ”Si colocamos en el mercado productos a precios muy por debajo de los costos de producción en África, los agricultores africanos no podrán vender sus productos”, observó Brück.

Casi la mitad del presupuesto de la Unión Europea se destina a subsidios agrícolas, pero el presidente francés Jacques Chirac declaró a la prensa el viernes que no estaba dispuesto a aceptar cambios al respecto.

El informe del PNUD observa que, si se alcanza el objetivo de reducir a la mitad el número de personas que viven en la extrema pobreza, con menos de un dólar al día, se deberá al extraordinario crecimiento de China e India, los países más poblados del mundo.

Pero África subsahariana ni se acercará a esa meta. Según proyecciones de la ONU, para 2015 unos 353 millones de personas de la región vivirán en la extrema pobreza: 219 millones más que hoy en día. Eso significa que la porción regional de la pobreza del planeta aumentará de 29 a 53 por ciento.

El desarrollo de África y el cambio climático figuran al tope de la agenda de la próxima cumbre del G-8. En cumbres anteriores predominaron temas puramente económicos.

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