La justicia de Haití decidirá este fin de semana la situación procesal del ex primer ministro Yvon Neptune, detenido hace un año y en huelga de hambre desde mediados de abril, dijo este viernes su reemplazante, Gerard Latortue.
Según el primer ministro, Neptune prestó declaración hace casi 10 días por más de siete horas ante el juez competente y ahora estamos esperando su decisión, seguramente este fin de semana, para saber si va a ser condenado o no, pero el tema está estrictamente en la órbita judicial.
El estado de salud de Neptune ha motivado muchas versiones fantasiosas desde que, hace más de un mes, uno de los doctores de los 'milicos' del hospital argentino (montado por ese país en el marco de la operación de paz de la ONU) dijera que tenía una expectativa de vida de 24 o 48 horas, dijo Latortue.
Con sarcasmo, el primer ministro usó el término despectivo con que se llama a los militares en el Río de la Plata.
En conferencia con los periodistas uruguayos de visita esta semana en Haití, invitados por el contingente militar de Uruguay de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), el hombre fuerte del gobierno interino apeló a la sorna, sin ocultar su molestia ante la pregunta sobre la salud y situación del dirigente del partido Familia Lavalas.
Ustedes pueden ver, entonces, la manipulación que ha habido sobre este caso. Bueno, él tiene problemas de salud, pero si no come todos los días tendrá problemas, aunque hasta ahora no hay inquietud. De todos modos, hacemos un seguimiento cotidiano, dijo.
Neptune, primer ministro del gobierno de Jean-Bertrand Aristide, derrocado el 29 de febrero de 2004, fue recluido en una casa que es una extensión de la prisión, junto con otros cinco miembros del Lavalas, una vez que salió del hospital argentino.
Su situación es un problema político muy serio y hay muchas presiones, sobre todo con Estados Unidos, para que se lo ponga en libertad o se lo juzgue, dijo a IPS el jefe de las fuerzas militares de la Minustah, el general brasileño Augusto Heleno Ribeiro, tras una rueda de prensa.
El ex gobernante fue arrestado en junio de 2004, acusado de instigar una masacre en febrero en la septentrional ciudad de Saint Marc, y estuvo desde entonces sin comparecer ante un juez ni saber los cargos que se le formulaban.
A comienzos de mayo, el gobierno del presidente interino Boniface Alexandre le ofreció sin éxito liberarlo a cambio de que se exiliara en la vecina República Dominicana.
La Organización de Estados Americanos, los encargados de derechos humanos de la misión de paz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y entidades humanitarias internacionales denunciaron la situación de Neptune, quien ya ha perdido todo liderazgo, según dijeron a IPS altos oficiales de la Minustah.
Latortue rechazó la presión internacional, y apuntó sus dardos especialmente a la Comunidad del Caribe (Caricom), el bloque que integraba Haití y que condenó de inmediato el derrocamiento de Aristide, exiliado en Sudáfrica.
Ni la Caricom ni ninguna otra organización tiene derecho de intervenir en la liberación o situación de persona alguna en Haití, sólo le corresponde a la justicia local decidir sobre este caso, dijo Latortue ante la mención del bloque.
Interrogado por la demora de la justicia en adoptar decisión, Latortue alegó que el detenido mismo fue el responsable del atraso del proceso, al rechazar sistemáticamente presentarse en la audiencia judicial.
Tengo una lista de la cantidad de veces en que Neptune se negó a declarar, comentó.
El señor Neptune debe explicar por qué hasta ahora no ha sido posible para él hacerlo. Pero debo decirles que el gobierno de Haití no tiene ningún interés en que esté en la cárcel sin ver a un juez, y sólo esperamos que la ley se cumpla. El gobierno no interviene ni lo va a hacer en ese proceso, recalcó.
Ubicado detrás de un elegante atril en una de las decenas de salas del monumental palacio ministerial, Latortue cuestionó aspectos de funcionamiento de la Minustah, que discutirá la semana próxima con el Consejo de Seguridad del foro mundial, según informó.
La rueda de prensa comenzó con un incidente que sorprendió a los 24 periodistas uruguayos. Al ingresar en la sala, flanqueado por dos robustos guardaespaldas, Latortue detectó la presencia de la periodista Ginger Thompson, del diario estadounidense The New York Times.
Usted no es uruguaya, dijo secamente, tras lo cual la hizo salir del salón y reprendió a su jefe de seguridad por la negligencia.
De inmediato, y en tono amable, dio la bienvenida a los demás periodistas, destacando que la Minustah ha sido un instrumento muy positivo, pero existen problemas, como todo lo que hacemos en la vida.
Hay problemas de distribución de efectivos, de capacidad de los militares en situaciones en que, quizás, se requiere la presencia de más policías que militares. Hay también problemas de conocimiento del terreno, de coordinación entre la Minustah y la Policía Civil de la ONU (parte del misión) y las menguadas fuerzas policiales locales, detalló.
Latortue se pronunció por establecer un mando unificado de los distintos componentes de la misión de paz.
La próxima semana me encontraré con los oficiales de la ONU y con su Consejo de Seguridad en Nueva York para expresar la posición de Haití y discutir los cambios necesarios que tenemos que hacer después de que se vote la renovación del mandato, agregó.
El Consejo de Seguridad de la ONU resolvió el martes prorrogar hasta el 24 de este mes el mandato de la Minustah, con el fin de debatir una extensión mayor, que el secretario general del foro mundial, Kofi Annan, estima debe ser de un año.
El general Heleno Ribeiro coincide con el pedido de que se unifique el mando de las fuerzas militares, la policía civil y los funcionarios de derechos humanos y asesoramiento electoral de la Minustah
Un oficial uruguayo con varias misiones de paz en su haber manifestó a IPS su escepticismo, porque la burocracia de la ONU es un aparato muy difícil para que acepte cambios, aunque sean para mejorar la eficacia de las operaciones.
Los cambios no son para que se aumente la represión ni para incrementar la ayuda humanitaria, aclaró Latortue.
Nosotros estamos en contra de la represión, y tampoco pensamos que necesitamos militares para tareas humanitarias. Lo que precisamos es reordenar la presencia de la Minustah, con más fuerzas en las zonas conflictivas, como los barrios capitalinos de Cité Soleil y Bel-Air, desplazando a efectivos ubicados en el sudoeste, por ejemplo, donde están las tropas uruguayas, indicó.
El gobernante dijo que los problemas obedecen a que hay militares y militares, hay quienes tienen experiencia en mantener la paz y también en el enfrentamiento con pandillas, y hay quienes lo pueden hacer muy bien y otros no.
También se refirió a dificultades del ambiente de donde vienen los militares de la ONU, pero pese a la insistencia de los reporteros, no quiso opinar más de este asunto porque son cuestiones confidenciales por razones de seguridad.
En una reacción similar a la de todos los funcionarios haitianos consultados por IPS esta semana, Latortue no quiso hablar de Aristide.
Sólo comentó que hay acusaciones e investigación en su contra. Pero no un proceso, ante la pregunta sobre la situación legal del mandatario derrocado.
El primer presidente electo democráticamente en la historia de Haití denunció que fue obligado a dimitir por marines estadounidenses, y embarcado en un avión rumbo a República Centroafricana.