Tras padecer escasez de alimentos y ser víctima del trabajo forzado, una mujer de 30 años de la minoría étnica karen huyó de su aldea en Birmania hacia la frontera con Tailandia.
El trato recibido por un joven karen de 19 años a manos del ejército birmano en su aldea no fue mucho mejor. Nos golpeaban regularmente y debíamos hacer mucho trabajo pesado. Me daban puñetazos en la nariz y el resto del rostro, y me golpeaban con una vara en las piernas, contó.
Otra mujer karen relató el brutal asesinato de su hija por parte de militares. Cuando los soldados le dispararon a mi hija de 13 años, sus intestinos se le salieron. Sufría mucho y gritaba, pero no podíamos hacer nada por aliviarla. Murió después de una hora, dijo.
Estos testimonios, publicados en un informe lanzado este jueves por la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), son los últimos en un creciente cúmulo de pruebas que apunta al régimen militar de Birmania como el peor abusador de las comunidades minoritarias de toda Asia sudoriental.
La discriminación de minorías está muy extendida en Birmania. No existe un abuso tan sistemático en otras partes del sudeste asiático, declaró Brad Adams, director de HRW para Asia, en una entrevista tras el lanzamiento del informe de 70 páginas sobre los desplazamientos forzados y otros abusos contra la etnia karen.
Aunque el mundo condenó acertadamente el tratamiento a Aung San Suu Kyi (líder opositora en prisión y premio Nobel de la Paz por su resistencia pacífica a la dictadura militar), también debe concentrarse en el desplazamiento brutal de los karen y otras comunidades étnicas, exhortó Adams.
HRW entrevistó a 46 miembros de la etnia karen sobre sus experiencias de desplazamiento forzado. En conjunto, los 46 dijeron haber sido desplazados más de 1.000 veces en su vida, cinco de ellos más de 100 veces.
Las mujeres son las más vulnerables de estos abusos, que se extienden a otras minorías, dijo a IPS Gum Khong, investigadora de la Asociación de Mujeres Kachin de Tailandia (KWAT).
La junta militar reprime los derechos religiosos y culturales de los kachin, dijo. No podemos construir iglesias y discriminan nuestra literatura, agregó Khong.
Un informe publicado por KWAT a mediados de mayo arrojó luz sobre otros factores, como política sde desarrollo insustentable y el abandono económico de la región kachin.
Muchas mujeres kachin cayeron víctimas de traficantes que las llevan a China para obligarlas a ejercer la prostitución o venderlas como esposas, dice el informe. Varias han desaparecido sin dejar rastro, agrega.
Entre tanto, mujeres de la etnia shan han sufrido violaciones sistemáticas de parte de soldados birmanos. La violación de mujeres se ha transformado en una política del ejército en sus ataques a comunidades étnicas, dijo Hseng Noung, de la Red de Acción de Mujeres Shan, en declaraciones a IPS.
Dos informes publicados por la red en 2003 y 2004 documentaron más de 700 casos de violación de niñas y mujeres por soldados birmanos en la región de los shan, en el este del país.
Estos abusos aprobados por el gobierno afectan a casi todas las minorías étnicas, señaló Hseng Noung. Por supuesto que la junta militar trata de negarlo, pero es la realidad. Las minorías no están protegidas, dijo.
Las etnias karen, shan, kachin, mon y karenni constituyen casi 35 por ciento de los 62 millones de habitantes de Birmania, de mayoría birmana.