José Dirceu de Oliveira e Silva anunció este jueves su renuncia a la jefatura de la Casa Civil de la Presidencia de Brasil. Es la primera baja ministerial del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, producto de escándalos de corrupción.
Dirceu, de 59 años de edad, dijo que volvería a la Cámara de Diputados el miércoles próximo, después de que el presidente Lula elija a su sucesor como jefe del gabinete ministerial, y de que su dimisión como ministro sea publicada en el Diario Oficial, un día antes.
Su salida del gobierno era esperada desde que el diputado Roberto Jefferson, presidente del Partido Laborista Brasileño (PTB por sus siglas en portugués), comenzó a denunciar el 5 de junio que el gobernante e izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) sobornaba a diputados de otras dos colectividades para asegurar su respaldo a proyectos gubernamentales.
Dirceu fue acusado como uno de los responsables directos de los sobornos mensuales de 30.000 reales (12.000 dólares) a los parlamentarios, según el testimonio prestado el martes por Jefferson ante el Consejo de Ética de la cámara baja, aunque sin pruebas.
Dirceu dijo que reanudaría su actuación como diputado para aclarar las denuncias infundadas contra su persona, el PT y el gobierno. Además, volverá a la actuación partidaria para recorrer el país y movilizar a los militantes con el fin de combatir a los que quieren desestabilizar al gobierno, anunció.
El PT es mi vida y tiene un patrimonio ético a defender, declaró Dirceu en un acto en la sede de la Presidencia, acompañado de varios ministros y dirigentes del partido. Seguiré en el gobierno como diputado y militante del partido, acotó.
La renuncia de Dirceu desata la reforma ministerial que se hizo inevitable después de la denuncias de Jefferson, un aliado importante del gobierno que pasó ahora a ser enemigo, aunque su partido duda en dejar el oficialismo.
Los acusados de recibir las mesadas del PT pertenecen a los conservadores partidos Liberal (PL) y Progresista (PP), que suman 100 legisladores en un cuerpo de 513 miembros. Junto a los 48 diputados del PTB constituyen un apoyo indispensable para la mayoría oficialista.
Un grupo de 26 parlamentarios de las corrientes más izquierdistas dentro del PT, pidió este jueves a Lula que compusiera una nueva base de apoyo parlamentario, para alejar a los sectores afectados por sospechas de corrupción.
Además, los legisladores solicitaron al mandatario que asumiera el liderazgo de las investigaciones sobre irregularidades en el gobierno, ante la ineficacia que han mostrado los jefes parlamentarios, y que impulsara cambios en la política económica actual, que traba el crecimiento con altas tasas de interés y fuerte ajuste fiscal.
El escándalo provocó un distanciamiento entre la estructura partidaria del PT y el gobierno, con acusaciones mutuas de irresponsabilidad entre ministros y dirigentes.
Los cambios ministeriales, sin embargo, quedarán para la próxima semana, después de que Lula participe en la reunión Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) este domingo y el lunes, en Asunción.
Dirceu fue considerado una especie de primer ministro de Lula durante 2003, primer año del gobierno del PT, hasta que en febrero del año pasado un asesor de la Casa Civil, Waldomiro Diniz, fue visto en la televisión intentando obtener contribuciones ilegales de un empresario de juegos ilegales.
La dimisión del asesor y las investigaciones policiales no libraron al ministro de sospechas, forzando a Lula a quitarle algunos poderes, como el de coordinador político del gobierno. Involucrado en el nuevo escándalo de los sobornos, su permanencia en el cargo se volvió insostenible.
Lula pierde así a uno de sus compañeros más importantes desde la fundación del PT en 1980. Dirceu ocupó varios cargos en la dirección de ese partido hasta asumir su presidencia, entre 1995 y 1999, creando las condiciones para el triunfo electoral de Lula en octubre de 2002. Es considerado todavía el dirigente más influyente dentro del PT, aunque sin ocupar cargos formales.
Dirceu es además un sobreviviente de la resistencia a la dictadura militar brasileña (1964-1985). En 1969 fue preso como dirigente del movimiento estudiantil de Sao Paulo, y luego liberado en canje por el embajador estadounidense Charles Elbrick, que había sido secuestrado por grupos guerrilleros urbanos en septiembre de ese mismo año.
Enviado en un vuelo a México, vivió exiliado en Cuba y regresó a Brasil, donde asumió otra identidad para vivir clandestino durante varios años, hasta que el régimen militar dispuso una amnistía en 1979 a los opositores ilegalizados. A partir de entonces, el PT liderado por Lula fue de hecho su vida.