La falta de coordinación entre organizaciones no gubernamentales (ONG) enlentece la reconstrucción de países devastados por el maremoto del pasado diciembre en el océano Índico, advirtieron agencias humanitarias.
Sólo en la provincia de Aceh, Indonesia, y en Sri Lanka, los dos países más afectados por el desastre, trabajan cerca de 500 y 700 ONG (organizaciones no gubernamentales) respectivamente, observó Coco McCabe, de la organización humanitaria británica Oxfam Internacional.
Estos grupos varían en experiencia, capacidad, misiones y estilos de trabajo. "El problema en el terreno es que muchas agencias, en su apuro por gastar los fondos y con su falta de conocimiento del contexto, avanzan en la reconstrucción sin consultar a las comunidades locales", dijo McCabe a IPS.
Los tsunamis provocados por el sismo submarino del 26 de diciembre, con epicentro cerca del extremo norte de la isla indonesia de Sumatra, barrieron pueblos enteros en las costas de una decena de países de Asia y África y dejaron al menos 280.000 muertos, además de millones de personas sin vivienda ni medios de sustento.
La abundante ayuda de agencias humanitarias no siempre es eficaz. En Sri Lanka, por ejemplo, se han construido viviendas temporales para familias de pescadores en zonas agrícolas, siete kilómetros tierra adentro, donde no existe transporte público, explicó McCabe.
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"¿Cómo harán esas personas, sin camiones ni otros vehículos, para llevar sus embarcaciones al mar?", preguntó. "Al final, esas viviendas no se ocupan, son demolidas y reemplazadas por algo más apropiado", lamentó.
Donna Derr, directora adjunta de programas internacionales de respuesta de emergencia del grupo humanitario cristiano Church World Service (CWS), de Estados Unidos, reconoció que "algunas agencias no estaban bien preparadas para trabajar con autoridades y culturas locales".
Además, "el tsunami generó más respuestas de ONG que cualquier otro desastre", afirmó Derr, quien visitó áreas afectadas en Indonesia el pasado marzo y coordina la planificación de la ayuda de su agencia en Aceh, la provincia más devastada por el maremoto.
Sin embargo, aclaró que "pequeño" o "nuevo" no significa necesariamente ineficiente o descoordinado. "Aun las agencias más grandes tienen sus carencias y no tienen experiencia directa en el terreno", dijo a IPS.
McCabe, de Oxfam, contó que su agencia organiza reuniones para la coordinación del suministro de agua potable y saneamiento y ofrece apoyo técnico a organizaciones con menos experiencia.
Mientras, en una conferencia internacional de donantes celebrada en Tailandia el lunes, altos funcionarios de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se quejaron de que, aunque la comunidad donante prometió un total de 6.700 millones de dólares para la ayuda de emergencia y la reconstrucción post-tsunami, hasta ahora sólo desembolsó 2.500 millones.
Según estimaciones de la ONU, el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo y donantes bilaterales como Japón, el costo total de reconstrucción en los próximos tres a cinco años ascenderá a 10.000 a 12.500 millones de dólares.
Sólo Indonesia precisa 5.000 millones de dólares, y Sri Lanka, 3.500 millones. El resto se divide entre India, Maldivas y Tailandia.
El costo estimado por sobreviviente del tsunami podría superar los 400 dólares, frente a 40 dólares en la provincia serbia de Kosovo y sólo 40 centavos en Mozambique, donde hubo devastadoras inundaciones, de acuerdo con Oxfam.
"Lamentablemente, existen precedentes históricos de países que prometen fondos de ayuda en casos de desastre pero luego no cumplen esas promesas totalmente", dijo Derr, de CWS.
Pero ese no es necesariamente el caso de la reconstrucción post-tsunami, porque tanto gobiernos como organizaciones internacionales y ONG admiten que la recuperación es un proceso que llevará muchos años.
"Por lo tanto, debemos comprender que los fondos pueden desembolsarse en el curso de ese proceso, y no todos al principio", explicó.
En contraste con esta situación general, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recibió más fondos de los que pidió.
Gordon Weiss, coordinador de prensa de Unicef sobre operaciones de emergencia, dijo a IPS que su agencia pidió 144 millones de dólares para ayuda y rehabilitación para víctimas del maremoto, pero para fines de enero ya había recibido más de 510 millones, y la mayor parte en efectivo, no en promesas.
La organización debió pedir a los donantes que dejaran de enviarle dinero.
Interrogado sobre casos de corrupción en algunos gobiernos que manejan fondos de ayuda, Weiss respondió que "donde hay dinero, hay corrupción".
El funcionario relató el caso de un país asiático donde Unicef reequipó escuelas con muebles nuevos y textos escolares. "Pocas semanas después, descubrimos que estaban vendiendo las sillas en el mercado local", contó.