Realidades y preocupaciones muy distintas quedaron de manifiesto en los discursos durante la inauguración de la Cumbre América del Sur-Países Árabes, este martes en la capital brasileña.
El derecho del pueblo palestino a un Estado soberano, con la retirada de Israel de los territorios árabes ocupados, fue destacado en los discursos del presidente y el secretario de la Liga Árabe, respectivamente Abdelaziz Bouteflika, también presidente de Argelia, y Amr Moussa, ex canciller egipcio.
Los palestinos permanecen en una situación que niega la justicia y no lo podemos aceptar, afirmó Bouteflika, quien instó a la comunidad internacional a lograr una solución definitiva en que Israel se someta a las leyes internacionales y acepte la paz. Ignorar los derechos del pueblo palestino equivale al caos internacional, con la continuación de los conflictos y la violencia, aseveró Moussa.
La condena al terrorismo, un flagelo que afecta la estabilidad y el desarrollo de las naciones, y la fuerte inquietud por el destino de Iraq también merecieron énfasis de los dos dirigentes árabes.
Es necesario que Iraq, país hermano que tanto ha sufrido, tenga instituciones democráticamente elegidas para asegurar su unidad nacional e integridad territorial, sostuvo Bouteflika, y Moussa habló, sobre la cuestión iraquí, de reconciliación y restablecimiento de su soberanía.
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El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión y promotor de ese encuentro inédito, demandó más equidad y democracia en el sistema internacional, con un comercio más justo y equilibrado, libre de subsidios y de las asimetrías que dominan las relaciones económicas en el mundo.
A su vez, el mandatario peruano Alejandro Toledo, que actualmente ocupa la presidencia rotativa de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), pidió paz y seguridad internacional, desterrando cualquier tipo de supremacía y hegemonismo.
Esta Cumbre es el primer encuentro con otro bloque de la CSN, creada el 8 de diciembre invocando como principios la defensa de la democracia y los derechos humanos, por un lado, y el combate al terrorismo, el narcotráfico y la corrupción, por otro, señaló.
Lula destacó que la Cumbre presentó resultados positivos desde su preparación, al abrir canales de comunicación entre las dos regiones y permitir que se superara el escepticismo de los que se oponen a la exploración de todas las alternativas en el esfuerzo por crear una nueva geografía económica y comercial y nuevos rumbos para el desarrollo.
En un acto paralelo a la Cumbre se firmó este martes el Acuerdo Marco de Cooperación Económica entre el Mercado Común del Sur y el Consejo de Cooperación del Golfo, con el fin de promover el comercio y las inversiones recíprocas, además de profundizar las relaciones buscando el libre comercio.
El bloque sudamericano se compone de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, grandes exportadores agrícolas, mientras que el árabe, fuerte en petróleo, reúne a Arabia Saudita, Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar y Yemen.
De la cita inicial no se puede esperar resultados concretos, ya que es como un encuentro de novios, en que se descifran códigos con mucho cuidado, definió durante la primera sesión plenaria de la Cumbre el presidente venezolano Hugo Chávez, quien dijo estar feliz por participar en esta reunión que permite rescatar la agenda del Sur en desarrollo, continuando iniciativas del Tercer Mundo como el Movimiento de Países No Alineados.
Chávez reclamó un contenido estratégico para la Cumbre, que no se limite a cuestiones comerciales. Apuntó como blanco el imperialismo de Estados Unidos, que quiere dominar el mundo y amenaza a Venezuela, recordando que árabes y latinoamericanos ya fueron víctimas de la tragedia histórica del colonialismo y de los genocidios que representaron las cruzadas y la conquista de América por parte de naciones europeas.
Desde el final de la segunda guerra mundial, el mundo en desarrollo sufre una dominación, especialmente del sistema financiero internacional, alegó.
Sin ese tono de confrontación, el presidente chileno Ricardo Lagos defendió una actualización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo Consejo de Seguridad (en el que tienen lugar permanente y derecho a veto China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), refleja una realidad de 1945 y no de 2005, ejemplificó.
Lagos demandó un diálogo político profundo entre árabes y sudamericanos en favor de multilateralismo, comercio más justo y reglas más adecuadas para las inversiones.
Lagos recordó que una resolución de la ONU determinó en 1948 la creación de dos Estados para superar el conflicto entre Israel y palestinos, y que hasta ahora sólo hay un Estado en el territorio referido. Defendió también soluciones para Iraq dentro del sistema de Naciones Unidas.
Entre los desafíos de la globalización actual mencionó el de mantener la identidad cultural, algo que los árabes fueron capaces de hacer en muchos siglos de agresiones y amenazas. Esa fuerza cultural es algo que tenemos que aprender, opinó.
En cambio, Bouteflika calificó a América del Sur de un mosaico sin crisis, con su multiplicidad de culturas que incluye la contribución de los árabes, a través de su larga presencia en la península Ibérica y más tarde por inmigrantes que eligieron vivir tierras americanas. Ellos constituyen ahora un puente humano para el acercamiento entre las dos regiones, adujo.
Superar sus numerosos conflictos y alcanzar la paz es clave para destrabar el desarrollo del mundo árabe, porque le permitiría recuperar la condición de principal área de circulación mundial de mercancías que tuvo en el pasado, dijo a IPS Paulo Delgado, diputado brasileño y experto en relaciones exteriores del gobernante Partido de los Trabajadores.
Hace mucho el mundo busca rutas alternativas debido a las guerras en Medio Oriente, que es una vía natural por su ubicación geográfica. América del Sur, un área de convivencia pacífica, puede ayudar los árabes a darse cuenta de que los conflictos les impiden recuperar una posición estratégica en este mundo globalizado, concluyó el diputado.
