De forma inesperada, el canciller mexicano Luis Ernesto Derbez retiró su candidatura a la secretaría general de la OEA y despejó el tránsito al cargo del ministro de Interior de Chile, José Miguel Insulza, tras un intrincado proceso que exhibió grandes divergencias.
Derbez, que empató con Insulza en las cinco votaciones realizadas el 11 de este mes, decidió abandonar su candidatura en el marco de su presencia en Santiago y a sólo tres días de la fecha pactada para que 34 delegados del continente intenten una vez más elegir al secretario general de la OEA (Organización de Estados Americanos), en su sede de Washington.
El retiro tiene el propósito de favorecer la unidad del foro americano, justificó el ahora ex postulante mexicano al hacer el anuncio tras una larga reunión con Insulza y otros diplomáticos, entre ellos la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, en un aparte de la III Conferencia de la Comunidad de las Democracias, realizada el jueves y este viernes en Chile.
Insulza agradeció el gesto y se dio un fuerte abrazo con quien hasta pocos minutos antes era su oponente. Hubo aquí un acto de una verificación del consenso y luego un acto de generosidad y yo agradezco muy profundamente y de todo corazón, declaró el chileno.
Fuentes mexicanas, que prefirieron el anonimato, comentaron este viernes que el retiro de Derbez se debió a que al menos dos países, Paraguay y República Dominicana, habrían decidido cambiar el sentido de su voto y apoyar al candidato chileno.
En la primera ronda de votaciones los dos postulantes obtuvieron en cinco ocasiones consecutivas 17 votos cada uno, es decir la mitad de los países miembros activos de la OEA, todos los de América a excepción de la suspendida Cuba desde 1962.
Es inesperado lo que sucedió, pero es mejor que México haya decidido salir con dignidad de la contienda antes que aceptar una derrota, pero seguro que la decisión será a cambio de algo, dijo a IPS el internacionalista mexicano Rolando Chacón.
Se especula que posiblemente los cancilleres que se reunieron con Derbez negociaron el retiro de su candidatura con el compromiso de apoyar a un mexicano como postulante a algún otro cargo regional, que se menciona podría ser la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo.
Derbez e Insulza, que afirmaban estar listos para ganar la elección del lunes próximo, recibieron los últimos días fuertes presiones de otros países para que negociaran una salida a su empate o que al menos cedieran el paso a un nuevo candidato.
El nuevo postulante mencionado era el ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, Pierre Pettigrew.
Para cualquiera de los dos candidatos a la secretaría de la OEA perder se hubiera traducido en un duro golpe a su prestigio y al de sus respectivos países, mientras que ganar de forma apretada hubiera dejado detrás profundas divisiones regionales.
Lo más decente era que los dos candidatos encontraran una salida, pues de lo contrario hubieran dejado muchas heridas abiertas en la región, señaló Chacón.
Con Derbez se habían alineado Estados Unidos, Canadá, los países de América Central y algunos del Sur y el Caribe, mientras que a Insulza lo apoyaban caribeños y la mayoría de los América del Sur, en torno a Argentina, Brasil, Venezuela y Uruguay, países comandados por gobiernos de izquierda o centro izquierda.
Cuba, pese a no participar en el foro continental, también jugó cierto papel en el proceso. Su presidente, Fidel Castro, quien tiene gran influencia en todo el Caribe, comentó con dureza que la OEA es una porquería y el candidato mexicano un fracasado que responde a los intereses de Estados Unidos.
El respaldo de Washington, comprometido a Derbez, se consideraba decisivo para llegar a la secretaria de la OEA, por su peso como potencia, tener la sede en su capital y aportar 60,2 por ciento del presupuesto del foro, que este año es de 76,2 millones de dólares.
Castro cuestionó con fuerza los últimos días la política interna y externa de México, luego que a mediados de mes ese país votará, junto a Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea, contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas.
El gobierno mexicano de Vicente Fox, embarcado en el objetivo de llevar a Derbez al liderazgo de la OEA, se limitó a contestar que eran lamentables las declaraciones del mandatario cubano.
Horas antes de que el mexicano anunciara su retiro, la secretaria de Estado (cancillería) estadounidense alabó las dotes profesionales y personales de los dos candidatos, pero aclaró que su país apostaba sobre todo por la unidad de la OEA.
El persistente empate en la elección del 11 de abril había evidenciado que las posiciones de los países eran irreductibles en cuanto a sus apoyos.
La jefatura de la OEA está acéfala desde octubre, cuando el ex presidente costarricense Miguel Ángel Rodríguez debió renunciar al cargo pocas semanas después de asumir, tras ser acusado ante la justicia de su país de actos de corrupción durante su gobierno de 1998 a 2002.
Además, el foro continental sufre una aguda crisis financiera y de prestigio, terrenos en los que aparece cubierto por la sombra del dominio estadounidense.
Derbez había reconocido ante periodistas que existía la posibilidad de que se presentara como nuevo candidato el canciller de Canadá, país que lo apoyó en su primer intento. No obstante, informó que esa opción permanecía estancada, pues Chile no había dado señales de apertura hacia la misma.
La Junta de Coordinación Política del Congreso legislativo de México sugirió a Fox hacer las gestiones necesarias para que tanto Derbez como Insulza retiraran sus candidaturas como una contribución a la concordia y el equilibrio regional. Ante el pedido, Santiago respondió que se trataba de una postura respetable, pero que su candidato no se retiraba.
Mientras, observadores locales lamentaron que México haya gastado tanta energía en tratar de llevar a su canciller a la secretaría la OEA, un cargo que en el pasado este país nunca buscó.
Finalmente y al parecer obligado por la perdida de algunos apoyos y la oferta de algún otro cargo hemisférico, Derbez abandonó su intento de comandar la OEA, con lo que el ministro del Interior de Chile puede ya considerarse el nuevo secretario del organismo.
Su elección, que posiblemente sólo tenga un carácter formal, pues de antemano ya se conoce el resultado, llevará a la secretaría general de la OEA por primera vez en 11 años a un dirigente político que no pasó antes por la presidencia de su país. De los ocho secretarios que ha tenido el foro desde su fundación en 1948, cinco han sido ex mandatarios.
El nuevo secretario tendrá un mandato de cinco años, con posibilidad de reelección por un periodo más.
La OEA ha sido dirigida hasta ahora por representantes de Chile, Uruguay, Ecuador, Argentina, Brasil, Colombia y Costa Rica.