Legisladores de todo el mundo exigieron al FMI y al Banco Mundial que le asignen a los parlamentos la última palabra en los acuerdos que esas instituciones suelen sellar con la rama ejecutiva de los gobiernos.
El pedido fue presentado en una carta el fin de semana, cuando estos organismos multilaterales celebraron en Washington su reunión conjunta de la primavera boreal, en medio de un gran operativo de seguridad.
Los legisladores exhortaron al FMI (Fondo Monetario Internacional) y al Banco Mundial a asegurar que los representantes electos democráticamente en los países prestatarios sean los árbitros finales de toda política económica.
El FMI y el Banco Mundial fueron creados en una conferencia celebrada en la localidad estadounidense de Bretton Woods, en 1944, para establecer un nuevo orden financiero y económico internacional.
Es vital que los parlamentos nacionales de los países prestatarios tengan el derecho y la obligación de estar completamente involucrados en el desarrollo y escrutinio de todas las medidas asociadas con las instituciones de Bretton Woods y las actividades al interior de sus fronteras y asumir el poder final de ratificación , señala la petición, firmada por más de 800 legisladores de todo el mundo.
Los organismos habitualmente exigen a los países receptores de sus créditos que deprecien sus monedas, liberalicen la industria y el mercado, reduzcan el gasto público, desmantelen los subsidios a la producción y concedan beneficios al sector privado.
Sin embargo, públicamente aseguran respetar la decisión de los gobiernos sobre sus propias políticas económicas.
El FMI anunció que está mejorando las condiciones de los préstamos y que en las reuniones de Washington se analizaron diversas alternativas.
Los legisladores pidieron que no sean las juntas de los organismos, dominadas por países ricos, sino los parlamentos nacionales los que decidan sobre las políticas económicas exigidas.
Activistas señalan que las políticas del FMI y del Banco Mundial sólo han aumentado la pobreza, socavado la democracia y generado inestabilidad social en los países pobres.
Asegurar la primacía de los parlamentos nacionales soberanos ayudará a la puesta en práctica de políticas para reducir la pobreza, mejorar la gobernanza y promover la democracia, señala la petición.
Los parlamentarios recordaron en la carta que, en 2003, el déficit presupuestal de la ex república soviética de Georgia superó el límite establecido por el FMI.
El organismo pidió al gobierno que introdujera cambios en la política económica para reducirlo, pero éstos fueron bloqueados por el parlamento. En respuesta, el FMI suspendió su programa de préstamos, mientras que el Banco Mundial amenazó con detener todos sus proyectos en el país.
Las instituciones de Bretton Woods señalan que las condiciones tienen el único objetivo de asegurar que sus recursos ayuden a los países a solucionar sus problemas. Luego, deben ser devueltos.
Las condiciones le garantizan al país en cuestión que continuará recibiendo financiamiento mientras ponga en práctica las políticas previstas dentro de un programa respaldado por el FMI, señala un informe interno presentado el fin de semana por el director general de la institución, el español Rodrigo Rato.
En los últimos días se realizaron manifestaciones callejeras en Washington contra las reuniones de los organismos. Los activistas subrayaron el fracaso de los modelos impuestos por el FMI y el Banco Mundial en África, América Latina y Asia.
El análisis pierde el punto. El problema no es el número de las condiciones de préstamo, sino la eficacia de las reformas neoliberales a las que están asociadas, sostuvo el analista Rick Rowden, de la organización ActionAid International.
En Washington estamos hablando de cambiar detalles aquí y allá, sacar esa pelusa o la otra, mientras afuera la casa se incendia. Sólo en un ambiente aislado como éste puede darse ese análisis, añadió.
(*) Esta versión corrige el entrecomillado de la anterior, con problemas de formato.
