El Sur en desarrollo debe prepararse para repentinos ajustes económicos y achicar sus reservas en divisas, ante el riesgo que despiertan los avatares financieros y fiscales del Norte industrial, advirtió el Banco Mundial.
El crecimiento económico mundial caerá este año a 3,1 por ciento, debido al aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, la apreciación del euro y la caída en la demanda de productos del Sur, informó este miércoles el Banco, dos meses antes de la investidura de su próximo presidente, el estadounidense Paul Wolfowitz.
La institución indicó en su informe anual sobre Flujos mundiales de financiamiento para el desarrollo 2005 que el crecimiento promedio de las naciones del Sur bajará del 6,6 por ciento de 2004 a 5,7 por ciento este año. Pero esas cifras estarán aún por encima de las tendencias recientes.
Esta perspectiva será objeto de intensa discusión la semana próxima, cuando se reúnan en conjunto las direcciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en presencia de docenas de ministros de economía y de finanzas.
El pronóstico sobre la economía mundial postergará la consideración de otros asuntos propios de esas agencias, como la asistencia, los préstamos de aliento al desarrollo y la situación de las reservas en divisas de los países pobres.
El crecimiento de Asia oriental se enlentecerá este año y el siguiente, según el Banco Mundial, pero se mantendrá en niveles elevados, de 7,4 y 6,9 por ciento para cada uno de esos años.
El aumento de los precios del petróleo alentará el crecimiento económico de Rusia y el de otras economías de Europa oriental y Asia central, que, en conjunto, será de 5,5 por ciento para este año y de 4,9 por ciento para 2006.
El enlentecimiento del crecimiento de América Latina y el Caribe será moderado, a 4,3 por ciento en 2005 y a 3,7 por ciento el año próximo, frente al 5,7 por ciento de 2004, indica el estudio.
Se trata, de todos modos, de una importante recuperación desde el 1,7 por ciento de 2003, impulsada por el avance de la producción en Brasil, Chile y México, así como por la mejoría de Argentina tras la depreciación de 39 por ciento de su moneda en enero de 2002.
La economía de Asia meridional crecerá 6,2 por ciento en 2005 y 6,4 por ciento en 2006, mientras Medio Oriente y África septentrional mantendrá su tendencia a la desaceleración con 4,9 por ciento este año y 4,3 por ciento el siguiente.
Estas dos regiones fueron las únicas del mundo en desarrollo en que el año pasado se registró un enlentecimiento del crecimiento económico.
Aun así, el avance de Asia meridional de 2004 fue un impresionante 6,6 por ciento, pero menor al 7,5 por ciento del año anterior. El crecimiento de Medio Oriente y África septentrional cayó de 5,5 por ciento en 2003 a 5,1 en 2004.
El Banco Mundial prevé que el crecimiento de África subsahariana se acelerará —del 3,8 por ciento de 2004 a 4,1 por ciento en 2005 y 4,0 por ciento en 2006—, pero el rendimiento de esa región se ubicará, aun así, por debajo del resto del mundo en desarrollo.
El Banco consideró que el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos y la apreciación de 25 por ciento del euro respecto del dólar desde febrero de 2002 continuarán determinando un enlentecimiento del crecimiento económico en el mundo en desarrollo.
Mientras, el producto interno bruto de los países industriales será de apenas 2,4 por ciento en 2005, agrega el estudio.
Entre los riesgos que afronta la economía mundial, según el Banco, figura un posible aumento abrupto de las tasas de interés estadounidenses, una mayor depreciación del dólar y un incremento mayor al previsto de los precios del petróleo.
Estos factores no solo amenazan con un enfriamiento económico, sino con una recesión mundial, advierte el estudio.
El actual desequilibrio financiero mundial supone el riesgo de movimientos desordenados de divisas o de aumentos de tasas de interés que amenazarían estos avances, dijo el economista jefe del Banco, François Bourguignon.
Los países en desarrollo deben prepararse para ajustes, algunos de los cuales pueden ser repentinos, añadió.
La mayor amenaza para el crecimiento económico mundial es el déficit de cuenta estadounidense, que, con sus 666.000 millones de dólares, equivale a 5,6 por ciento de su producto interno bruto.
Además, las mejores ventas de productos básicos —entre ellos el petróleo— lleva a muchos países en desarrollo a adquirir reservas extranjeras, una acumulación que, según el Banco, los deja desguarnecidos frente al riesgo de futuros movimientos cambiarios.
Como consecuencia, los países con reservas elevadas deberían reevaluar la sustentabilidad de esa acumulación, indicó el Banco.
Las reservas en divisas de los países en desarrollo crecieron 378.000 millones de dólares, hasta alcanzar un récord histórico de 1,6 billones de dólares.
Los mayores de esos fondos son los de China (610.000 millones de dólares), India (125.000 millones) y Rusia (114.000 millones).
Ya no es noticia que la economía mundial se comportó muy bien en 2004, con la mayor expansión en casi 30 años, dijo el director gerente del FMI, Rodrigo Rato. El crecimiento del producto mundial en 2004 fue de 3,8 por ciento.
Esa proporción fue, en el caso de los países en desarrollo, de 6,6 por ciento, impulsada por la expansión exportadora de China.
El Banco Mundial atribuyó a los altos precios del petróleo y a la apreciación del euro la debilidad experimentada por varios países ricos en el segundo semestre del año, entre ellos Alemania, Italia y Japón.
En cambio, todas las regiones del Sur crecieron en 2004 a un mayor ritmo que en toda la década pasada.
En contraste con experiencias anteriores de aumento de precios de productos básicos, países en desarrollo como China fueron el motor de la mayor demanda en los últimos años, indicó el Banco.
Por otra parte, el flujo de inversiones extranjeras directas desde los países en desarrollo aumentó de 16.000 millones de dólares en 2002 a 40.000 millones el año pasado.
El grueso de ese flujo procede de los mismos países que reciben la mayor parte de la inversión privada de capitales, como Brasil, China, México y Rusia.