FINANZAS: Cónclave del Banco Mundial y FMI entre protestas

Las dos instituciones financieras más influyentes del planeta, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), realizarán este mes sus reuniones de primavera boreal en medio de críticas a sus políticas para los países pobres.

Ministros de Finanzas y de Desarrollo y gobernadores de bancos centrales de los países accionistas de ambas instituciones se reunirán a puertas cerradas en Washington entre este sábado y el domingo, rodeados de un gran operativo de seguridad.

Mientras, activistas contra la globalización preparan una serie de manifestaciones en protesta por la ausencia en la agenda del encuentro de asuntos que consideran clave para las naciones pobres y para la estabilidad económica internacional.

Los principales temas de las reuniones serán el estado de la economía mundial, los altos precios del petróleo y los esfuerzos de los organismos multilaterales para introducir cambios en los mercados de los países de bajos y medianos ingresos.

Los organismos multilaterales discutirán vías para consolidar en todo el mundo la ”estabilidad financiera”, el ambiente que consideran necesario para que las grandes corporaciones operen libremente.

También analizarán los resultados de un informe interno sobre las estrategias a mediano plazo del FMI, comisionado en 2004 al director general de la institución, el español Rodrigo Rato.

También revisarán los esfuerzos internacionales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, fijados en una sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2000.

Algunas de las metas son garantizar para 2015 la educación universal de niños y niñas, y reducir a la mitad, respecto de 1990, la proporción de población de indigentes, de hambrientos y de personas sin acceso a agua potable.

Según datos del Banco Mundial y del FMI, la mayoría de los países en desarrollo no podrán cumplir las metas en el plazo previsto. Activistas señalan que esto se debe en especial a las políticas de esas instituciones financieras y al gran peso de la deuda externa.

En Washington también se presentarán varias propuestas sobre nuevos mecanismos de financiamiento y planes de alivio de deuda para países en desarrollo, incluyendo las ideas del gobierno de Gran Bretaña de que el FMI venda parte de sus millonarias reservas de oro para condonar las obligaciones de las naciones más pobres.

El FMI sostiene que no puede vender el oro mientras no garantice que recibirá los recursos necesarios para continuar con sus préstamos.

Rato afirmó este mes que aquellos que piden una condonación total de la deuda deben darse cuenta de que los préstamos del FMI representan apenas una parte de las obligaciones de los países pobres.

Se espera que en estas reuniones, como en las anteriores, los organismos insten a los países en desarrollo a abrir sus economías.

Rato sostuvo que la condonación de la deuda y la ayuda internacional no son suficientes para acabar con la pobreza, y subrayó que los países pobres deben eliminar las barreras al comercio, reducir el gasto público, depreciar sus monedas y conceder más derechos a los inversores privados.

”Los costos de estas barreras, en especial las impuestas entre los países pobres, son con frecuencia más altos que los del proteccionismo de los estados ricos”, sostuvo Rato.

En paralelo a las reuniones del Banco Mundial y del FMI, los ministros del Grupo de los Siete (G-7) países más ricos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) presentarán sus planes económicos para el futuro.

Mientras, habrá marchas callejeras en demanda de una cancelación de 100 por ciento de la deuda para las naciones pobres.

La coalición de organizaciones caritativas Oxfam calculó que condonar las obligaciones de 32 países pobres costaría poco más de tres dólares por persona al año en Gran Bretaña, y 1,20 dólares por habitante en Estados Unidos.

”Los pagos anuales de deuda de África subsahariana, por unos 12.000 millones de dólares, son suficientes para combatir la epidemia del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida)”, señaló Salih Booker, de la organización Africa Action.

Las reuniones en Washington también estarán rodeadas de especulaciones sobre cuál será la agenda del próximo presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, actual subsecretario (viceministro) de Defensa de Estados Unidos.

Su designación desató una ola de indignación entre activistas y expertos que lo acusan de unilateralismo, belicismo e irresponsabilidad en el manejo de los contratos para la reconstrucción de Iraq tras la guerra lanzada por Washington en marzo de 2003.

El grupo estadounidense en defensa del consumidor Public Citizen, que investiga las políticas de crédito del Banco Mundial, fustigó la designación de Wolfowitz.

”Hemos visto cuán malo es el juicio de Wolfowitz cuando se trata, por ejemplo, de darle agua a la población de Iraq. Esperemos que haya sido una lección aprendida, y que el Banco Mundial no siga sus extravíos”, dijo la activista Wenonah Hauter, directora de la Campaña Agua para Todos, de Public Citizen.

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