El voto de este jueves contra La Habana en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reintroduce tensiones en la política exterior de Cuba, que reaccionó airada por el apoyo europeo a una moción estadounidense.
Es patético el papel jugado por la Unión Europea (UE), su actitud ha sido claudicante y servil, dijo el canciller cubano Felipe Pérez Roque, tras la aprobación en Ginebra, sede de la Comisión, de una moción que pide a ese organismo especializado dé seguimiento a la situación de derechos humanos en este país.
La Comisión, integrada por 53 países de concurrencia rotativa, aprobó por 21 votos a favor, 17 en contra y 15 abstenciones, un texto presentado por Estados Unidos y patrocinado por la UE.
El documento carece de críticas, pero logra mantener el caso cubano en la agenda del máximo cuerpo especializado en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que desde 1990 adopta anualmente, con la única excepción de 1998, resoluciones que irritan al gobierno de Fidel Castro.
El texto invita a la jurista francesa Christine Chanet, representante personal sobre la situación en Cuba de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, a informar en el próximo período de sesiones de la Comisión sobre el estado de las libertades y garantías básicas en territorio cubano.
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Cuba no acepta esa resolución selectiva y discriminatoria, la considera ilegítima y no cooperará ni admitirá el mandato de la Alta Comisionada, señaló Pérez Roque.
El canciller recriminó a la UE por votar nuevamente a favor del proyecto estadounidense y la emplazó a copatrocinar una moción presentada por La Habana ante la Comisión este mismo jueves, sobre las personas ilegalmente retenidas por Estados Unidos en su base naval de Guantánamo, ubicada en territorio cubano.
Pérez Roque dijo que la UE, con su inédito patrocinio en bloque del texto y su tradicional voto contrario a La Habana, se subordinó a Washington y eligió el camino de la confrontación con Cuba en vez del diálogo.
Cuba y la UE normalizaron relaciones en enero, luego de año y medio de congelamiento. El bloque europeo había adoptado sanciones contra La Habana, en protesta por la detención y enjuiciamiento de 75 disidentes cubanos y la ejecución de tres secuestradores, entre marzo y abril de 2003.
A fines de enero, Bruselas decidió suspender temporalmente esas sanciones, en tanto el gobierno cubano normalizó los contactos oficiales con las embajadas europeas en la capital cubana.
A tales medidas siguieron, en marzo, un viaje de Pérez Roque a Europa y la visita a Cuba del comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la UE, Louis Michel, para conversar con opositores cubanos y con Castro.
Aprecié la visita (de Michel), tuvimos conversaciones serias, dijo Castro la semana pasada, en un discurso transmitido por radio y televisión en el que expuso que la suerte de la votación en Ginebra dependería mucho de los europeos.
A juicio de Pérez Roque, la actitud de la UE en Ginebra pone en peligro el curso hacia la normalización y el diálogo entre Bruselas y La Habana.
Cuba analizará cuidadosamente en el futuro inmediato la evolución de las posiciones y acciones de la Unión Europea y decidirá, a la luz de la conducta y las decisiones que con relación a las llamadas sanciones adopte el Consejo de Ministros (del bloque) en julio próximo, dijo el canciller.
Pérez Roque agregó que su gobierno decidirá si mantiene o no la suspensión temporal del congelamiento de las embajadas de los países del bloque.
Estamos evaluando la actitud de la UE y actuaremos en consecuencia. Revisaremos antes de julio nuestras medidas, no hemos recibido una sola prueba de una voluntad genuina y real de la UE de avanzar con Cuba, añadió.
Pérez Roque también criticó a México, que una vez más ha optado por la confrontación con Cuba y, bajo la presión del gobierno de Estados Unidos, rompió el compromiso de rectificar su posición y volver al voto de abstención.
México, Costa Rica, Guatemala y Honduras fueron los cuatro países latinoamericanos que votaron a favor del proyecto estadounidense, mientras Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú y República Dominicana se abstuvieron.
El canciller cubano evaluó el resultado de esos votos como señal de los cambios que están ocurriendo en la región, tras la elección de gobiernos de signo progresista.
Cuba, que completa el grupo de 11 latinoamericanos de la Comisión y votó contra la resolución, presentó a su vez un proyecto referido a las violaciones de derechos humanos cometidas en la base naval estadounidense de Guantánamo, donde Washington mantiene detenidas desde fines de 2001 a cientos de personas, sin reconocerles estatus de prisioneros de guerra ni las garantías del debido proceso.
La moción, que se discutirá a mediados de la semana próxima, pide que la Comisión investigue la situación de los detenidos en ese enclave, dijo Pérez Roque, quien había anunciado dos días atrás una sorpresa para Washington.
Cuba presentó en 2004 un proyecto sobre el mismo tema, pero lo retiró antes de que fuera sometido a votación.
Dada la gravedad de la situación, de la cual existe mucha más evidencia que el pasado año, garantizamos que en esta ocasión, en cualquier caso someteremos a votación el proyecto, dijo el canciller cubano.
Fuentes opositoras consultadas por IPS reconocieron los escasos resultados prácticos que tienen las resoluciones sobre Cuba aprobadas año tras año en Ginebra.
Son importantes, pero ya sabemos que el gobierno no va a permitir la visita ni del Alto Comisionado, ni de nadie, dijo Laura Pollán, esposa de Héctor Maseda, del grupo de 75 opositores encarcelados en 2003.
Elizardo Sánchez, de la ilegal aunque tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación, afirmó que la situación humanitaria en Cuba es totalmente negativa, pero la actual estructura y procedimientos de la Comisión resultan ineficaces para obtener cambios.
La Habana mantiene en la ilegalidad a los grupos opositores, a los que califica de mercenarios a sueldo de Estados Unidos, su principal acusador en Ginebra.