Las mujeres del hemisferio buscan incidir en la agenda de la IV Cumbre de las Américas que se realizará este año en Argentina, pero mientras algunas ponen el énfasis en el impacto negativo de la liberalización comercial, otras ambicionan un nuevo temario, mucho más amplio.
Bajo el lema Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática, mandatarios de América —con excepción de Cuba— se reunirán el 4 y el 5 de noviembre en la ciudad argentina de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, y firmarán una declaración y un plan de acción para el hemisferio.
La reunión tiene como antecedente lejano la cumbre de Miami de 1994, convocada por Estados Unidos para lanzar su iniciativa del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), trabada por desacuerdos entre Washington y varios países, en especial los del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Aquella propuesta fue una marca de nacimiento para estas Cumbres hemisféricas, y aun cuando en las siguientes ediciones se intentó priorizar otros temas como la pobreza, la educación o el trabajo, en todas, el libre comercio acaparó la agenda, el debate y las manifestaciones críticas.
Siempre hay temas enunciativos que son como pantallas de la reunión, pero en el fondo el verdadero objetivo es avanzar con la liberalización comercial y poner en marcha el ALCA, dijo a IPS Norma Sanchis, coordinadora argentina de la Red Internacional de Género y Comercio.
Sanchis considera muy bueno que en el proceso hacia la Cumbre las mujeres se movilicen y manifiesten sus expectativas, pero advierte que la reunión nació con el claro objetivo de crear el ALCA, y es necesario estar muy alerta. Si la negociación se destraba habrá que ver a costa de qué, señaló.
En su opinión, la integración comercial hemisférica en sí misma genera perjuicios a las mujeres, que ya se pueden advertir en el impacto de otros tratados de liberalización comercial subregionales, como el firmado por Estados Unidos, Canadá y México o el negociado entre Washington y cinco países de América Central.
Por eso, se debe concentrar la atención en ese punto invariable. Si además de la liberalización se cuelan otros temas vinculados a la salud de las mujeres, pues muy bien, pero no nos olvidemos que se trata de una declaración de los presidentes, algo totalmente enunciativo, advirtió.
Organizaciones de mujeres del hemisferio organizaron este mes en Buenos Aires un Foro de Género de las Américas en el que discutieron variedad de temas. Las deliberaciones fueron volcadas en un documento todavía en discusión.
IPS tuvo acceso al borrador de ese texto que denuncia la pobreza, la exclusión social y la desigualdad que afectan de manera diferenciada a los países del hemisferio, y rechaza los tratados comerciales basados sobre relaciones desiguales entre las partes.
El documento provisorio exige políticas con perspectiva de género, prevención de la violencia contra la mujer, consideración en las cuentas públicas del trabajo femenino no remunerado en el hogar, garantías para los derechos sexuales y reproductivos, y avance hacia leyes que despenalicen el aborto.
El capítulo argentino del Foro de Mujeres del Mercosur (Mercado Común del Sur), elaboró otro documento de propuestas sobre el lema de la Cumbre, dirigido a los ministros de salud del hemisferio que se reunirán en Mar del Plata cinco meses antes que los jefes de Estado y de gobierno.
En ese documento, elaborado por organizaciones no gubernamentales de Argentina, se señala que aun cuando en las sucesivas Cumbres americanas la búsqueda de la equidad de género ganó terreno, el tema no fue plenamente integrado en todas las áreas, particularmente en salud.
La creación de más y mejor empleo requiere de políticas de Estado que promuevan, protejan y garanticen el cumplimiento del derecho a la salud, con énfasis en la salud sexual y reproductiva, por su fundamental impacto en las posibilidades de las mujeres para acceder a un trabajo digno, afirma el texto.
El documento exhorta a reforzar la autonomía de los gobiernos y la laicidad de los Estados frente a las presiones de las jerarquías de sectores religiosos conservadores que traban la aplicación de políticas progresistas para las mujeres, y critica la penalización del aborto en casi todo el continente.
En el texto, las mujeres consideran impostergable la inclusión de los ministerios de salud en las negociaciones del ALCA, acotadas a encuentros cerrados de funcionarios del área de comercio o industria, con casi nula participación de organizaciones de la sociedad civil, afirman las activistas.
En diálogo con IPS, Ester Nani, coordinadora general del capítulo argentino del Foro de Mujeres del Mercosur, señaló que en las Cumbres avanzan siempre los temas de comercio y no otros asuntos de gran interés para la sociedad, como el de la salud de las mujeres, que ni siquiera figura en la agenda.
Las Cumbres americanas registran avances tímidos en la incorporación de la perspectiva de género, pero siempre manteniendo a las mujeres en la lista de sectores vulnerables, dijo Nani.
No se valora su aporte económico, social o laboral y no se apuesta a su salud como herramienta para erradicar la pobreza, precisó.
En materia de salud sexual y reproductiva, Nani aseguró que hay una presión muy fuerte de las organizaciones de mujeres por introducir esos asuntos a la agenda hemisférica, incluyendo la propuesta de despenalizar el aborto, cuya conveniencia aún es debatida con otras organizaciones del foro subregional.
La riqueza de este debate y la variedad de propuestas no se reflejan en el borrador de lo que será la futura declaración de presidentes. La versión elaborada por la secretaría de la Cumbre seguramente va a sufrir modificaciones, pero el espacio brindado a los reclamos de las mujeres en el texto se anticipa muy acotado.
El borrador apenas destina un párrafo de exhortación a los gobiernos a reducir sustancialmente la brecha de género en el mundo laboral y a explorar formas de medir la contribución económica del trabajo no remunerado realizado por las mujeres en el hogar.
Sanchis sostuvo que los organizadores argentinos lograron un borrador que no es malo, porque considera insuficiente el crecimiento económico que no genera empleo de calidad y llama a redistribuir la riqueza. Y en el aspecto de género, si bien es retórico, es correcto.
De todos modos, el documento sufrirá muchísimas modificaciones antes de ser aprobado, y es necesario que la sociedad civil toda se comprometa en el seguimiento cercano de esas discusiones, sostuvo.