La de Uganda ha sido una de las luchas contra el sida más exitosas. La prevalencia de portadores de VIH cayó de 30 por ciento a comienzos de los años 90 a seis por ciento en la actualidad, pero la epidemia dejó 1,7 millones de huérfanos.
Los hogares encabezados por niños o niñas son hoy parte del paisaje del este país de África oriental, en especial en las áreas rurales. Esas familias son mucho más vulnerables a la pobreza que las dirigidas por una figura adulta.
Sesenta y dos por ciento de los ugandeses que viven en la pobreza absoluta son niños, según el Ministerio de Género, Trabajo y Desarrollo Social.
La preocupación por los niños y niñas desamparados por el sida llevó hace más de 10 años a la creación de la organización Iniciativa de Mujeres de Uganda para Salvar a los Huérfanos (UWESO).
La iniciativa correspondió a la esposa del presidente Yoweri Museveni, Janet, y su intención es mejorar la vida de los huérfanos alentando a las comunidades locales a cubrir sus necesidades, a través de pequeños préstamos a familias que se hagan cargo de ellos.
Harriet Kiiza, de 47 años, es una de las mujeres que asumió la tarea.
Con escasa educación y sin medios para obtener un ingreso, Kiiza y sus seis hijos vivían con lo justo tras la muerte de su marido en 1993. Ahora, cocina panqueques y rosquillas que vende en tiendas y cantinas escolares gracias a un préstamo de UWESO.
Kiiza también logró comprar un pequeño terreno. Y se encarga de una docena de niños y niñas, seis de ellos huérfanos, con el dinero que obtiene de sus negocios.
Aprendí a ahorrar dinero, dijo esta mujer, hoy tesorera de un grupo de receptores de microcréditos que se reúnen cada jueves en Masaka para pagar sus cuotas, completar sus libros contables y depositar lo que les sobra.
A las clientes se les pide que realicen aportes regulares a cuentas de ahorro, y hasta ahora lograron recolectar unos 90.000 dólares.
Como Kiiza, otros clientes de UWESO cocinan para generar un ingreso. Otros venden carbón vegetal o aves de corral, instalan puestos en la feria u otros pequeños negocios. En abril de 2004, el programa de microcréditos se extendió a emprendimientos agrícolas.
Una red de voluntarios ayuda a administrar el programa a nivel local y nacional, con el apoyo del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, un organismo de las Naciones Unidas que se concentra en la pobreza rural en países en desarrollo, y el Fondo Belga de Supervivencia, establecido en 1983 por el parlamento belga.
UWESO es para mujeres, pero también aceptamos 10 por ciento de hombres. Pero las líderes son todas mujeres, explicó Eva Nangendo, funcionaria de la organización.
Para poder solicitar un crédito, las solicitantes deben cuidar al menos de cuatro huérfanos.
Cuando me uní al proyecto, nos entrenaron y dijeron que una mujer no podía estar sin hacer nada todo el día. Que debíamos trabajar y no esperar que nuestros esposos nos cuidaran, contó Juliet Nassanga Kabiito, de 35 años, quien sustenta a seis niños, cuatro de ellos huérfanos.
Al principio no sabíamos bien qué hacer, pero ahora sí. Llevamos nuestra propia contabilidad y administramos los ahorros. Muchas mujeres temen pedir crédito, aunque es una de las mejores formas de progresar. Y si no quieren pedirlo, al menos aprenden a ahorrar, agregó Kabiito.
Los créditos varían de 30 a unos 1.760 dólares. Antes del desembolso, las beneficiarias reciben un curso obligatorio de administración y comercio.
UWESO afirma que desde 1996 otorgó préstamos por casi 11,5 millones de dólares a más de 40.000 clientes.
Pero el espectro del sida siempre se cierne sobre la sustentabilidad de los programas de microcréditos.
Lo peor es cuando los niños se enferman. Además, es difícil pagar la cuota de la escuela, dijo Aisha Nakalembe, de 40 años, presidenta de uno de los grupos que se reúnen cada semana para atender las finanzas. Nakalembe está a cargo de ocho niños, cuatro de ellos huérfanos.
Con estas presiones en mente, UWESO creó un programa de créditos para gastos escolares. La organización también alienta a las clientes a realizar contribuciones a la compañía de seguros American Insurance Group para asegurar el repago de los créditos en caso de muerte de la beneficiaria.
En un esfuerzo por resaltar la capacidad de los pequeños créditos para mejorar la vida de las comunidades más pobres, la Organización de las Naciones Unidas designó 2005 como Año Internacional del Microcrédito.
El próximo noviembre, se entregarán en 34 países los Premios Mundiales a la Microempresa, para destacar los logros de aquellos grupos e individuos que utilizan el microcrédito para hacer una pequeña pero importante contribución a la reducción de la pobreza. (