La fiebre hemorrágica causada por el virus de Marburgo provocó hasta ahora 126 muertes en Angola, pero esta cuenta podría subir dramáticamente en los próximos días.
A esta conclusión llegaron expertos portugueses empeñados en la lucha contra la epidemia que asola la provincia de Uíge, ubicada en la región norte de este país del sudoccidente de África, de 12 millones de habitantes y de 1,4 millones de kilómetros cuadrados.
De acuerdo con un balance conjunto del Ministerio de Salud de Angola y la Organización Mundial de la Salud (OMS), de un total de 124 casos registrados desde octubre hasta el lunes, todos en la provincia de Uíge, solo cinco pacientes lograron sobrevivir. Pero este miércoles se reportaron 127 casos y 126 muertes.
El 17 de marzo Lisboa inició el envío de material médico-sanitario para el combate del brote en su ex colonia, a través del Instituto Portugués de Apoyo al Desarrollo (IPAD) del Ministerio de Relaciones Exteriores y en coordinación con autoridades angoleñas.
Los materiales incluyen medicamentos antifebriles, desinfectantes para el agua, guantes, máscaras, ropa de cama desechable y 300 bolsas para colocar cadáveres.
No existen vacunas ni medicamentos para combatir la fiebre hemorrágica causada por el virus de Marburgo así llamado por la ciudad alemana en la que fue descubierto en 1967). Los primeros casos detectados fueron provocados por contacto con monos infectados.
La enfermedad también se transmite entre humanos a través de fluidos corporales, como el sudor, la saliva o el semen.
Teniendo en cuenta la dimensión de esta epidemia de fiebre hemorrágica, está previsto el envío de más ayuda, atendiendo a los pedidos del Ministerio de Salud de Angola, señala una comunicado divulgado este miércoles por la cancillería portuguesa, que garantiza la continuidad de esta operación de acuerdo con las necesidades.
En Luanda, autoridades informaron que las acciones para controlar la epidemia están a cargo del Ministerio de Salud, el IPAD portugués, la OMS, el estadounidense Centro de Control de Enfermedades, con sede en Atlanta, y las organizaciones no gubernamentales Médicos Sin Fronteras de España y de Holanda, entre otras instituciones.
Las medidas impuestas incluyen la vigilancia epidemiológica activa para el control de todas las personas que hayan tenido contacto con los enfermos, la creación de condiciones logísticas para el control de los focos de infección, la formación de equipos médicos y de laboratorio y el desarrollo de acciones de movilización social en el terreno.
El tratamiento a los pacientes se limita a aislarlos, controlar estados febriles, intentar mantener las funciones renales y combatir la hemorragia.
El documento conjunto añade que fueron formados equipos de vigilancia epidemiológica para detectar casos en las provincias de Luanda y de Cabinda, y advierte a quienes tuvieron contactos con enfermos o cadáveres de personas potencialmente infectadas, que deben ser sometidos a observación médica por un período mínimo de 21 días.
El temor a una rápida propagación del virus ha adquirido tal dimensión, que el gobierno de Angola recomienda a todas las personas que estuvieron en la provincia de Uíge en las últimas dos semanas y que sufran de fiebre alta súbita o vómitos y diarrea, procurar asistencia inmediata en la unidad de salud más próxima , añadiendo que eviten viajar fuera del país.
En Luanda, la Dirección Provincial de Salud anunció este miércoles la creación de un sistema de alerta rápido para detectar casos sospechosos, colocando a disposición de la población seis números de teléfono para contactos, con el propósito de obtener información de nuevas infecciones lo más rápidamente posible.
La epidemia más grave registrada desde el descubrimiento del virus por un laboratorio alemán provocó 123 muertes en la República Democrática del Congo (ex Zaire), que sin embargo se registraron en un período de dos años, entre finales de 1998 y de 2000.
La también llamada enfermedad de Marburgo es una forma severa de fiebre hemorrágica.
Los primeros síntomas son similares a los de la malaria: dolores de cabeza y musculares, fiebre alta, náuseas, vómitos y diarrea. Las hemorragias aparecen pasados entre cinco y siete días, sobre todo en el aparato gastrointestinal y en los pulmones, según la OMS. Se la considera una enfermedad rara y de alto grado de contaminación, con un índice de mortalidad superior a 80 por ciento.
Pese a estas características, en una reunión este miércoles con el cuerpo diplomático acreditado en Luanda, el ministro angoleño de Salud, Sebastião Veloso, afirmó que no se justificaba el aislamiento de Uíge ni el cierre de la frontera de esta provincia, que limita con la República Democrática del Congo.