Esta paradisíaca isla del mar de Andaman, en el sur de Tailandia, solía llenarse de turistas. Pero después del maremoto del 26 de diciembre en el océano Índico, ya nadie la visita.
Los habitantes de la isla están muy preocupados por su futuro, pues todos ellos viven directa o indirectamente del turismo.
Phuket y las islas cercanas constituyen un importante centro turístico en Asia, afamado por sus playas blancas, sus aguas mansas y su multicolor biodiversidad submarina, que atrae a aficionados al buceo de todo el mundo.
Pero ahora toda la actividad se ha paralizado. Unos sesenta barcos y botes turísticos están anclados en el puerto de la Bahía Chalong, en el sur de la isla. Sólo tres están operando.
En los primeros siete días después de los tsunamis se cancelaron 90 por ciento de las visitas previstas para los meses siguientes. Tenemos barcos en el puerto, pero nadie sale, dijo a IPS el propietario de un centro de buceo.
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Más de 220.000 personas murieron en diciembre por los tsunamis, palabra japonesa para referirse a las grandes olas que invaden las costas a causa de terremotos o erupciones volcánicas submarinas.
El maremoto esta vez fue provocado por un sismo de magnitud nueve en la escala de Richter, con epicentro cerca de la isla indonesia de Sumatra.
Bangladesh, Birmania, India, Indonesia, Malasia, Maldivas, Seychelles, Sri Lanka, Singapur, Somalia y Tailandia fueron los países más afectados.
En Phuket y en las islas cercanas murieron 5.392 personas, y las pérdidas materiales equivalen a unos 187 millones de dólares, según datos del gobierno tailandés.
Todos los años llegaban a Tailandia, y en especial a Phuket, unos 400.000 turistas interesados en bucear, lo que generaba ingresos al país por más 5,1 millones de dólares, siete por ciento de las ganancias totales por el turismo.
Antes teníamos seis meses de temporada alta y seis meses de escasez. Este año sólo tuvimos un mes y medio de temporada alta. No tendremos ningún ingreso en los próximos meses. Si los turistas no vienen pronto, nuestros negocios se arruinarán, dijo a IPS un comerciante.
Mientras, la Asociación Turística de Phuket (ATP) criticó a los medios de prensa internacionales que en diciembre informaron erróneamente que Phuket había sido destruida por completo.
Esta falsa información afectó nuestro producto, dijo la administradora del Centro de la ATP para la Recuperación del Tsunami, Oraval Paethong.
Los occidentales no quieren venir porque (los medios) informaron que aún están los cadáveres abandonados ahí y hay enfermedades. Nosotros queremos que los turistas vengan. Eso es mejor que las donaciones internacionales, afirmó.
El viceprimer ministro Suwat Liptapanlop presentó esta semana al gabinete un plan por 15,5 millones de dólares para rehabilitar el sur del país, e instó a los turistas de toda Asia a regresar a los balnearios afectadas por el maremoto.
El plan incluye medidas como bajar las tarifas a la aviación y declarar Phuket zona libre de impuestos por seis meses, para atraer no sólo a visitantes extranjeros sino también a los propios tailandeses.
Mientras, el estadounidense Reid Ridgway, asesor de mercadeo radicado en este país, propuso lanzar una campaña turística emocional que apele a la sensibilidad de los turistas para que visiten las zonas afectadas como forma de ayudar a su reconstrucción.
Ridgway dijo a IPS que ya recolectó en donaciones 25 por ciento de los fondos necesarios para la campaña, y espera que el gobierno contribuya.
Con la campaña también se procurará promover las visitas a zonas afectadas por los tsunamis entre organizaciones religiosas, grandes corporaciones, agencias de asistencia humanitaria y sindicatos.
Mi objetivo es crear un programa de promoción positivo usando la historia de las víctimas para estimular a la gente a que venga. El programa estimulará el turismo, aseguró.