John Negroponte, que será el primer director nacional de inteligencia de Estados Unidos, es un diplomático duro y despiadado perteneciente al bando más pragmático del gobierno, y podría chocar con sus elementos más ideologizados.
La designación por parte del presidente George W. Bush de Negroponte, actual embajador en Iraq, nunca fue prevista por los medios de comunicación durante semanas de especulación.
Y, por otra parte, ocurre en un momento de incertidumbre en torno del poder que tendrá la flamante Dirección Nacional de Inteligencia (NDI) sobre el presupuesto y las operaciones de las 16 agencias especializadas en la órbita del Poder Ejecutivo.
El candidato tendrá que soportar, además, las audiencias para confirmarlo en el cargo en el Senado, donde deberá hacer frente a acusaciones nunca aclaradas.
Como embajador en Honduras en los años 80, Negroponte jugó un papel clave en la consolidación de la insurgencia armada contra el gobierno izquierdista de Nicaragua y alentó a los elementos más autoritarios del ejército hondureño a tomar posiciones de poder.
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También confundió a los medios y al Congreso legislativo con la información que les brindó sobre ambos hechos y sobre la existencia de escuadrones de la muerte entrenados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Honduras.
"Hubiera deseado a alguien menos controvertido para que la NDI empezara con suavidad", dijo el ex director de la CIA Stansfield Turner al diario Christian Science Monitor.
Pero el cuestionado periodo de Negroponte en Honduras es apenas un hito en una de las carreras más impresionantes en el servicio exterior de los últimos años.
Luego del país centroamericano, el diplomático fue embajador en México, Filipinas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en Iraq. Recibió elogios en todas esas misiones por su eficacia y discreción.
Por otra parte, en la actual coyuntura está aliado con la facción "realista" del gobierno de Bush.
Amigo personal durante mucho tiempo del ex secretario de Estado (canciller) Colin Powell, el líder de los realistas en el primer periodo de Bush, Negroponte es considerado generalmente un pragmático más que un ideólogo.
Sin embargo, tiene una reputación de "duro" que se remonta a su juventud como diplomático en Vietnam en los años 60 y luego como asistente del secretario de Estado Henry Kissinger.
Con la partida de Powell, la purga en curso en la CIA a cargo de su director, Porter Goss, y el discurso prodemocrático y evangelista de Bush al iniciar su segunda presidencia, muchos observadores habían concluido que el ala más ideológica del gobierno había ganado terreno.
Pero esa conclusión puede haber sido prematura. A pesar de la retórica de Bush, la nueva secretaria de Estado, Condoleeza Rice, realizó varias designaciones que permiten augurar la permanencia de su cartera en el facción de los pragmáticos.
La opción por un "realista" para encabezar la NDI sugiere que Bush se mantiene abierto al consejo de personas que no necesariamente comparten la visión unilateralista y agresiva del vicepresidente Dick Cheney y el secretario (ministro) de Defensa Donald Rumsfeld, el sector neoconservador y la derecha cristiana.
Esta visión se refuerza con el elegido por Bush para secundar a Negroponte, el general Michael Hayden, quien encabeza hoy la Agencia Nacional de Seguridad y es considerado un pragmático cercano a los militares en actividad, otro bastión de los "realistas".
El Pentágono, que hoy controla alrededor de 80 por ciento del presupuesto de inteligencia, se ha mostrado especialmente preocupado por la autoridad de la NDI en la asignación del presupuesto de Defensa y en la fijación de prioridades de las diversas agencias.
"Al contrario de Negroponte, Hayden conoce el Pentágono y conoce la inteligencia", dijo a IPS una fuente del Congreso legislativo. "Eso será clave en la capacidad de Negroponte de ejercer control en la comunidad de inteligencia."
De hecho, el Pentágono logró que la DNI no tuviera el poder que originalmente había recomendado la comisión que investigó las fallas que permitieron los atentados del 11 de septiembre de 2001, en que murieron 3.000 personas en Nueva York y en Washington.
Bush, que no tiene con Negroponte el vínculo personal que ha forjado a lo largo de los años con Cheney, Rumsfeld y Rice, anunció que el director nacional de inteligencia "fijará los presupuestos".
También indicó que el veterano diplomático será su "fuente básica" de información sobre inteligencia, lo que le asegura contacto diario y personal con el presidente, un privilegio que hasta ahora solo tuvieron Cheney, Rice —cuando fue consejera de Seguridad Nacional— y el ex director de la CIA George Tenet.
"John (Negroponte) es un diplomático muy conservador, muy prudente y muy rudo, que juega con los naipes cerca del pecho", dijo un colega retirado cercano al funcionario desde los tiempos de la guerra de Vietnam. "Pueden estar seguros de que será duro en cuanto a preferencias políticas, pero se ubicará, definitivamente, en el lado realista."
"Si Cheney y los civiles del Pentágono tratan de enviar por las suyas datos de inteligencia a la Casa Blanca, como lo hicieron antes de la guerra en Iraq, él se resistiría. Éste es el muchacho que se resistió a Henry Kissinger", agregó el informante.
Negroponte cuestionó el papel de Estados Unidos en las negociaciones de paz para Vietnam en París porque consideró que Kissinger estaba traicionando a sus aliados en el sur del país asiático.
Su mayor debilidad es la falta de base política de respaldo dentro del gobierno. "Si Negroponte amenaza con renunciar, sería un gran problema, pero si lo hace Rumsfeld, sería un grandísimo problema", ejemplificó la fuente. (FIN/IPS/traen-mj/jl/ip sp/05)