Un alto porcentaje de estudiantes de secundaria de Estados Unidos creen que el gobierno debería censurar a la prensa y que la protección constitucional a la libertad de expresión ha ido demasiado lejos.
Éstas son las conclusiones de una investigación de la Universidad de Conecticut realizada durante dos años en más de 500 centros de enseñanza, para la que se interrogó a 100.000 estudiantes, 8.000 profesores y 500 directores y administradores a un costo de un millón de dólares.
La encuesta, titulada El futuro de la primera enmienda, fue encargada a la Fundación Knight, instituto que promueve la excelencia en el ejercicio del periodismo. La primera enmienda es la principal garantía constitucional de la libre expresión en Estados Unidos.
Estos resultados no son solo perturbadores. Son peligrosos. La ignorancia sobre las bases de esta sociedad libre hace peligrar el futuro de nuestra nación, dijo Hodding Carter III, presidente de la Fundación Knight.
La encuesta fue dirigida por David Yalof y Kenneth Dautrich, de la Universidad de Connecticut.
La primera enmienda a la Constitución estadounidense, aprobada en 1787, es la sección de la Carta de Derechos que garantiza las libertades de expresión, de prensa, de credo y de reunión, así como el derecho a elevar quejas al gobierno.
La mayoría de los constitucionalistas consideran que todas las libertades vigentes en el derecho estadounidense emanan de esta norma.
Según la encuesta, tres cuartas partes de los estudiantes entrevistados no tienen opinión formada acerca de la primera enmienda o admiten que la dan por sentada.
También tres cuartas partes de los encuestados creen —equivocadamente— que quemar la bandera nacional en señal de protesta es ilegal. Y la mitad creen que el gobierno puede censurar la comunicación a través de la red informática mundial Internet.
Apenas la mitad de los estudiantes entrevistados dijeron que los periódicos deben tener garantizado el ejercicio de la libertad de prensa sin interferencia gubernamental.
El Centro de Investigación y Análisis de la Universidad de Connecticut reveló que 74 por ciento de los encuestados creían que se debe permitir a los ciudadanos expresar opiniones impopulares.
Mientras, 26 por ciento aprobaban la expresión pública de opiniones que pudieran ser ofensivas a grupos religiosas. Treinta y seis por ciento se opusieron con fuerza a esa posición.
Dieciocho por ciento de los encuestados consideraron inaceptable expresar públicamente opiniones que pudieran ofender a grupos raciales, una posición rechazada por 46 por ciento.
Esto refleja años de desidia en el sistema de enseñanza, dijo Brian J. Foley, profesor de la Escuela de Derecho de la Costa de Florida. Muchas de nuestras escuelas no lograron enseñar la constitución a los estudiantes, ni lo que significa ser ciudadanos en lugar de espectadores.
Cuando no cuestionamos a nuestro gobierno ni ponemos a prueba lo que éste dice y los planes que propone, la administración —y nuestro gobierno— fracasarán, consideró el experto.
Los investigadores sugieren que si la primera enmienda fuera enseñada en las aulas, todos las conocerían. Y la apreciarían más.
Ochenta y siete por ciento de los estudiantes que han asistido a cursos referidos a los medios de comunicación o a la primera enmienda defienden el derecho a expresar opiniones impopulares, según la encuesta.
Pero la cuarta parte de las high scools estadounidenses no ofrecen este tipo de cursos o programas. Casi todos los directores entrevistados coincidieron en que los estudiantes deberían recibir lecciones básicas sobre periodismo, pero advirtieron que lo impiden las carencias presupuestarias.
Si un tercio de los estudiantes de secundaria pensaran que se ha ido muy lejos con la promesa de fidelidad a la bandera y se negaran a pronunciarla, habría un gran alboroto, dijo Eric Newton, director del programa de Iniciativas Periodísticas de la Universidad de Connecticut.
La primera enmienda es aun más importante que el juramento de la bandera, declaró Newton a IPS. Esperamos que los educadores estén dispuestos hacer un análisis serio sobre lo que saben los estudiantes acerca de las leyes más fundamentales de Estados Unidos.
El estudio concluye que los adolescentes estadounidenses han perdido terreno en relación con sus pares de otros países industrializados.
En otros tiempos, Estados Unidos encabezaba la lista de países según la proporción de graduados de secundaria en la población general. Hoy, cayó al puesto 17 de la nómina, muy atrás de Alemania, Francia y Japón.
Al asumir su segundo mandato presidencial el 20 de enero, el presidente George W. Bush se comprometió a alentar la libertad en todo el mundo.
A lo largo de generaciones, hemos proclamado el imperativo del autogobierno, dijo Bush. Es política de Estados Unidos buscar y apoyar el crecimiento de los movimientos e instituciones democráticas en toda nación y cultura, con el fin último de acabar con la tiranía en nuestro mundo.
Mientras, países con gobiernos autoritarios —algunos de ellos estrechos aliados de Estados Unidos— como Egipto, Marruecos, Jordania y Rusia persiguen a los periodistas.
Desde que comenzó este año, un periodista fue asesinado y 172 resultaron detenidos, al igual que 70 ciberactivistas, en el mundo, según la organización de defensa de la libertad de prensa Reporteros sin Fronteras.
El gobierno de Bush abre la boca para criticar lo que no le gusta. Mientras, nuestros medios de comunicación y universidades huyen del debate y de los desafíos como las ratas que abandonan un barco que se hunde, dijo a IPS Michael Ratner, presidente del no gubernamental Centro para los Derechos Constitucionales.
Vivimos en un país en que ofender a cualquiera es un delito. Pero el verdadero crimen es la muerte de la primera enmienda, se lamentó Ratner.