Sólo tres de cada 10 niñas y niños logran terminar la escuela primaria en Paraguay. Uno de los afortunados fue Cristian Núñez, hoy de 19 años, adoptado a distancia por unos padrinos italianos.
Nacido en un hogar pobre, desde que tenía cinco años sus fotografías y las del resto de su familia ocupan varios portarretratos de una casa romana, la de Alfredo y Liliana Menegaz, sus padrinos. Para los Menegaz no sólo su rostro, sino su vida y sus calificaciones son asunto propio desde entonces.
Núñez comenzará este mes sus estudios universitarios en Asunción.. Sueña con ser ingeniero electrónico.
Las adopciones a distancia (algo más parecido a un padrinazgo) de niños paraguayos en Italia comenzaron en 1990, por iniciativa de los italianos Atilio Cordioli, sacerdote católico y misionero en el país sudamericano por más de 35 años, y Gianni Elsner, conductor del programa Te muestro quien soy, de la radioemisora romana 106.3.
En 1990, Elsner dedicó uno de sus programas a comentar las dificultades educativas de los niños paraguayos, que conocía muy de cerca por haber viajado varias veces a ese país, e invitó a Cordioli.
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Así, a través de las ondas radiales, se intentó recolectar dinero para construir una escuela en Acahay, ciudad situada a 100 kilómetros de Asunción, donde no había escuelas, ni infraestructuras adecuadas, dijo Cordioli a IPS.
Los fondos aportados por la sociedad civil italiana sirvieron para construir el primer centro educativo en esa zona, que fue bautizado Ciudad de Roma, comentó. Una cosa trajo la otra, y se materializó la idea de los padrinazgos. En 1990 logramos las primeras 50 adopciones, añadió.
La iniciativa está en manos de la no gubernamental fundación La Misión, creada en Paraguay, en la cual participan misioneros redentoristas y voluntarios italianos y paraguayos.
Hoy hay 2.600 padrinos italianos que aportan, cada uno, 200 euros anuales (259 dólares) para asegurar a otros tantos ahijados vestimenta, material didáctico y deportivo y al menos una comida diaria. La meta es que cada niña o niño termine la escuela primaria.
Además, con los fondos recogidos en el marco del proyecto se han remodelado más de 45 escuelas en las comunidades de Carapeguá, Acahay y Pilar, en el sur del país, que ahora cuentan con aulas nuevas, mobiliario, servicios higiénicos y bibliotecas. Y se han construido otras sedes educativas.
De esta forma se benefician también los niños que no han sido adoptados, y a ellos también se les entrega el material didáctico, sostuvo Cordioli.
Muchos padrinos siguen contribuyendo para que los niños terminen la secundaria, e incluso la universidad. Llegar a este último ciclo es el reto y ya hay 150 jóvenes que lo están haciendo, dijo a IPS la monja católica Fabiola Camacho.
Hoy en día tenemos casi 3.000 niños adoptados que reciben los medios necesarios para su educación. La cifra podría parecer baja, pero es significativa si se piensa en la realidad de un país que ofrece pocas oportunidades, dijo Camacho.
Más de dos millones de habitantes, en un total de 5,8 millones, viven con menos de un dólar diario en Paraguay. La cuarta parte de la población pobre tiene entre cinco y 14 años. Se estima que al menos tres de cada 10 menores de 14 años trabajan.
En Asunción es frecuente ver a los niños lavando autos o haciendo acrobacias en las calles y muchos de los que viven en el campo trabajan con sus padres, dijo la religiosa.
Sólo siete de cada cien menores que comienzan la escuela primaria, ingresan al ciclo secundario. La universidad es un lujo. No estudiar es casi la regla.
El trabajo infantil, la distancia que deben recorrer los niños desde sus casas hasta la escuela sobre todo en el medio rural, la falta de recursos y los problemas de salud son algunas de las causas de deserción escolar, apuntó Camacho.
Según censos oficiales, 39,8 por ciento de los mayores de 15 años tienen menos de dos años de escolaridad, lo cual los convierte en analfabetos funcionales. El analfabetismo es de 10,9 por ciento en la capital, de 20 por ciento en los demás centros urbanos y de casi 40 por ciento en zonas rurales.
Además de la exclusión del sistema educativo por la pobreza y la ausencia de infraestructura, las familias rurales se trasladan constantemente de una comunidad a otra, siguiendo el calendario de cosechas, explicó Cordioli.
La educación es una responsabilidad del Estado, pero lamentablemente no existe en Paraguay una voluntad política para cumplir con los objetivos mínimos. Muestra de ello es que el gobierno nuevamente quitó presupuesto a las partidas de educación y salud en 2004 para aumentar los gastos en otras áreas como la militar, dijo Cordioli.
Quienes están en el poder prefieren que se repita el círculo vicioso de la pobreza, agregó.
Paraguay destina a educación el equivalente a 3,5 por ciento del producto interno bruto, muy por debajo del siete por ciento que recomiendan agencias internacionales especializadas.
En julio de 2004, La Misión comenzó a construir la Universidad de Carapeguá (filial de la Universidad Católica de Asunción), que no tenía sede y funcionaba desde 10 años atrás en horario nocturno en el local de la Escuela Media Redentorista.
En Italia aparece a veces la desconfianza entre los donantes y padrinos acerca del verdadero destino de su dinero. Muchos, como Menegaz, han buscado la manera de comprobarlo. El mismo envió a su hija a Paraguay en 1992, con un grupo de italianos interesados en el tema.
Eso me dio la tranquilidad de saber en qué se invierte el dinero que recoge esta fundación. Ahora somos testigos de lo que puede lograrse, dijo a IPS.
Además, cada año, tres responsables del proyecto visitan Italia para rendir cuentas a las familias donantes.
Para Claudio Donati, otro de los padrinos italianos, esta labor produce una gran satisfacción y es una forma de contribuir para que todos los niños y jóvenes ejerzan sus derechos.
Donati describe el proyecto como ejemplar y transparente, pero si bien mejora la situación de muchos niños, no resuelve el problema educativo de Paraguay que tiene causas estructurales.
Un informe sobre las Metas de Desarrollo del Milenio en Paraguay indica que alcanzar la educación básica universal en 2015 es un objetivo potencialmente probable para ese país, pero abatir a la mitad la pobreza extrema y el hambre será de difícil e improbable cumplimiento.
Esos dos objetivos forman parte de las Metas de Desarrollo del Milenio, adoptadas por la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2000 como una plataforma global para acabar con el hambre y la desigualdad, con propósitos estipulados y un plazo para cumplirlos en 2015.
Los países no saldrán de la pobreza sin educación y sin la inversión necesaria, algo que América Latina pide a gritos, dijo Cordioli. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia estima que son pobres entre 56 y 59 por ciento de niñas, niños y adolescentes de América Latina y el Caribe.