Las señales de voluntad conciliadora de parte de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) son tan claras que incluso algunos de los líderes más circunspectos de Israel realizaron declaraciones optimistas.
”Nos encontramos ante el comienzo de algunas medidas positivas del lado palestino”, señaló el jefe de las Fuerzas Armadas de Israel, teniente general Moshe Ya'alon.
El ministro de Defensa, Shaul Mofaz, agregó que ”el año 2005 podría ser un punto de inflexión”, en el que desaparezcan los soldados israelíes de la franja de Gaza y ciudades de Cisjordania.
Estas declaraciones inusualmente optimistas fueron la respuesta al despliegue el viernes de cientos de policías palestinos en el norte de la franja de Gaza para impedir que grupos radicales disparen cohetes contra Israel.
La orden del nuevo presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, reflejó la renovación de la coordinación de seguridad con las autoridades israelíes, y aumentó las esperanzas de que la calma finalmente prevalezca tras más de cuatro años consecutivos de derramamiento de sangre.
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Hubo más noticias prometedoras el domingo, cuando Abbas anunció que estaba cerca de alcanzar un acuerdo del cese del fuego con grupos extremistas palestinos para que suspendan sus ataques a objetivos israelíes.
El mismo día, el primer ministro israelí Ariel Sharon dijo a su gabinete que, si la calma se impone, detendrá las acciones militares en los territorios palestinos ocupados.
Organizaciones radicales palestinas como Hamas y Jihad Islámica han dicho que no depondrán sus armas a menos que Israel cese sus operativos, incluso el asesinato selectivo de líderes palestinos.
”Mientras haya calma, no hay razón por la que debamos actuar, menos aun cuando Abu Mazen (como se llama a Abbas) está dando sus primeros pasos”, declaró Mofaz.
El número de ataques israelíes disminuyó notablemente desde que Abbas viajó al norte de Gaza el pasado martes, tras varios días de disparos de cohetes desde esa zona contra la meridional ciudad israelí de Sderot y de amenazas de Israel de lanzar una fuerte ofensiva en respuesta.
También en el norte de Gaza, fuerzas de seguridad palestina se desplegaron el fin de semana y comenzaron a patrullar el área en camionetas y a registrar vehículos en busca de armas.
Oficiales de seguridad declararon que recibieron órdenes de tomar el control del área y que estaban facultados para usar sus armas si era necesario para detener el lanzamiento de cohetes.
Desde el comienzo de la segunda intifada (insurrección palestina contra la ocupación israelí), en septiembre de 2000, la policía palestina había desaparecido de las calles.
A medida que los enfrentamientos se intensificaban, Israel, con un poderío militar inmensamente superior, comenzó a atacar posiciones de la policía palestina, y en respuesta muchos miembros de las fuerzas de seguridad de la ANP se unieron a grupos armados como la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, vinculada con el gobernante partido Fatah.
Los últimos hechos en Gaza son ”el comienzo de un cambio fundamental”, opinó Yochanan Tzoreff, estudioso de asuntos palestinos del Centro Interdisciplinario de Herzliya, cerca de Tel Aviv.
”Pronto podremos captarlo en su plena dimensión. Abu Mazen fue a Gaza, golpeó sobre la mesa y exigió que se dejara de lanzar cohetes”, dijo a IPS.
La resistencia palestina de Gaza encontró en los cohetes un arma eficaz, porque Israel no logró detenerlos y porque con esas armas lograron imponer el miedo entre los israelíes residentes en áreas cercanas.
Pero los ataques con cohetes también tuvieron un alto precio, porque Israel respondió con fuertes ofensivas militares en localidades del norte de Gaza que provocaron la muerte de numerosos civiles, además de causar graves daños a viviendas y obras de infraestructura.
Ahora, el nuevo presidente palestino espera que el cansancio y la desesperante situación económica de la mayoría de los palestinos tras más de cuatro años de intifada le ayuden a convencer al pueblo y a los grupos armados de que la violencia no ayuda a los intereses nacionales.
”Estamos asistiendo al principio de un cese del fuego. La situación es todavía muy frágil, pero los grupos opositores reconocen que en las elecciones (del domingo 9) Abu Mazen obtuvo un amplio mandato para combatir la violencia”, señaló Tzoreff.
”El público palestino se da cuenta de que los ataques con cohetes les hace más mal que bien (por la respuesta militar de Israel). Ahora, Israel debe actuar con moderación”, instó el experto.
Abbas, que tiene imagen de ”moderado” en el exterior, confía en poder convencer a los escépticos de ambas partes de que puede poner fin a la violencia y volver a la mesa de negociaciones con Israel.
El líder palestino cree, si logra frenar la violencia de los grupos armados, Sharon enfrentará una intensa presión nacional e internacional para comenzar a negociar los asuntos esenciales del conflicto palestino-israelí: fronteras, refugiados y el futuro de Jerusalén.
Sharon ha manifestado disposición a coordinar con los palestinos su plan unilateral de retiro de Gaza y parte de Cisjordania en el verano boreal, pero no cree posible alcanzar un acuerdo de paz integral en el futuro cercano.