El contrabando y la falsificación campean en México, donde 58 por ciento de la ropa que se vende es de esa condición, igual que 60 por ciento de los discos de música, 55 en el caso de programas de computadora, 90 en cigarros puros y 66 por ciento del calzado deportivo.
A pesar de la ilegalidad de esta actividad, que obtiene en México ganancias anuales de entre 6.000 y 10.000 millones de dólares, no se esconde sino que, por el contrario, se realiza a la vista incluso de las autoridades encargadas de su represión.
"Aquí se vende bien, pues la gente encuentra productos accesibles, señaló a IPS Fabián, un vendedor ambulante de discos compactos cuyo puesto está a menos de 500 metros del edificio de la Procuraduría (fiscalía) General, el organismo policial encargado de perseguir a quienes introducen al país, fabriquen o vendan productos ilegales.
México ocupa el tercer lugar en el mundo con mayor venta de discos compactos piratas, detrás de Rusia y China, según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica. Por esas ventas, se mueven en este país americano alrededor de 400 millones de dólares.
"Rara vez me molestan (los policías), pero cuando sucede hay que retirarse un tiempo hasta que se calmen las cosas, apunta Fabián, mientras el equipo de sonido que lo acompaña reproduce a gran volumen un tema musical de gran venta en el momento.
El puesto de este vendedor se repite en otros 55.000 casos en todo el país, donde se comercializan 105 millones de copias piratas de música por año, 40 millones más que las de discos originales en el mismo período.
Varios de aquellos locales se ubican en Tepito, cerca del centro histórico de la capital mexicana, donde se asienta uno de los mercados de productos falsificados más grandes del mundo.
En las entrañas de esta gran feria, que nunca cierra, se pueden encontrar todo tipo de productos falsificados o ingresados al país de contrabando, incluso armas de alto poder y drogas.
Pero esa actividad se asienta en todo México, donde se calcula que más de ocho millones de sus 102 millones de habitantes que trabajan en el comercio informal venden productos de procedencia ilegal.
El combate a la piratería y el contrabando es constante y firme, pero la problemática es amplia y difícil de erradicar, se justifican personeros de la Procuraduría.
Entre enero y octubre, la policía incautó y destruyó más de 76 millones de productos ilegales, apenas una gota en el mar de un mercado que se mueve con dinamismo.
Los vendedores de productos piratas, la mayoría ubicados en calles y barrios como el capitalino Tepito, están en condiciones de ofrecer al consumidor películas, música, juegos de video o programas de computadora mucho antes de que aparezcan legalmente.
"La cruda realidad es que México está inundado de contrabando y piratería, lo que produce pérdida de cientos de empleos y de mucho dinero al Estado, dijo a IPS Tony Kuri, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido.
Según los cálculos de este empresario, el sector que comanda perdió este año unos 10.000 millones de dólares por la competencia ilegal y el robo de mercancía.
La llamada Unidad Especializada de Delitos Federales de la Procuraduría General indica que los sectores más afectados por la piratería y el contrabando son los de fonogramas, videogramas, productos editoriales, vestido, calzado, juguetes, relojes, papelería y los de telecomunicaciones y software.
La industria audiovisual distribuye anualmente en México 22 millones de copias de películas en diversos formatos, mientras los piratas llegan a vender casi 30 millones, señalan datos oficiales.
Organizaciones empresariales del sector audiovisual calculan que sus pérdidas anuales por piratería llegan a los 1.000 millones de dólares.
En otros sectores, la situación no es muy diferente. Según datos de la industria textil, 58 por ciento las prendas de vestir que se venden en el país llegaron de contrabando o fueron falsificadas en México.
En materia de software, se calcula que de cada 100 productos que se venden, 55 son ilegales.
La Asociación Mexicana de Fabricantes de Puros de tabaco calcula que 90 por ciento de esos productos que se encuentran en las tiendas ingresaron de manera ilegal o son piratas.
Mientras, Roberto Castañeda, presidente de la no gubernamental Alianza contra la Piratería, sostiene que dos de cada tres pares de zapatos deportivos vendidos en México son ilegales.
Kury, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, cree que la venta de productos ilegales se origina en una laxa aplicación de las leyes, falta de educación del consumidor y en los problemas económicos que enfrentan los compradores.
Las diferencias de precios entre los productos originales y los piratas llegan a ser de más de 300 por ciento.
En octubre de 1999 se aprobaron leyes para declarar el comercio de productos falsificados y de contrabando como un delito grave a ser combatido con penas no excarcelables.
En esa ocasión se anunció además que iniciaba la infiltración policial en organizaciones delictivas y se dio el arranque a una agresiva campaña en los medios de comunicación contra la piratería. Pero el problema sigue y no parece tener fin, se quejó Kuri.
La no gubernamental Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor, la piratería es un atentado a consumidores y productores y la única forma de combatirla es con mejores controles policiales y dando al comprador información y opciones de calidad.