AMBIENTE: La ONU prepara sistema de alarma para el Índico

La instalación en el oceáno Índico de un sistema de alerta temprana de maremotos, como el que ya existe en el Pacífico, podría iniciarse en febrero según un experto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

A la carencia de ese mecanismo de alarma se atribuye en gran parte el elevado costo en vidas y pérdidas materiales del terremoto que tuvo epicentro el 26 de diciembre en las cercanías de la isla indonesia de Sumatra, y causó un maremoto que arrasó las costas sobre el Índico de una docena de países.

Según los datos más recientes, más de 165.000 personas murieron debido a ese maremoto, que golpeó de modo especialmente duro a Indonesia, así como a Sri Lanka, India y Tailandia.

La ONU ha apresurado en las últimas semanas los exámenes de una propuesta de sistema de alarma para el Índico, que había sido presentada hace 15 años por científicos especializados, informó Sálvano Briceño, director de la secretaría de Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (Eird).

La instalación de ese sistema, que puede costar de ocho a 20 millones de dólares, será discutida por técnicos de Estados miembros de la ONU durante la Conferencia Mundial sobre Reducción de Desastres que se realizará en la central ciudad japonesa de Kobe del 18 al 22 de este mes.

Pero la preocupación de los expertos por la disminución de riesgos de desastres no se limita a los países del Índico que empiezan a recuperarse de la catástrofe.

El maremoto puso de relieve que otras regiones del mundo amenazadas por el riesgo de esos fenómenos tampoco disponen de sistemas de prevención.

Es el caso del Caribe y de los países con costas sobre el Mediterráneo, que necesitan instalar el mecanismo con premura, advirtió Briceño.

La oficina de Eird, que tiene sede en Ginebra, trabaja en el diseño del sistema de alerta precoz para el Índico con un organismo especializado en la materia, la Comisión Oceanográfica Internacional, que depende de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

En el proyecto participan otras instituciones internacionales, como la Organización Meteorológica Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco Mundial.

El primer paso de la iniciativa consiste en establecer sistemas internacionales y regionales de alerta, y su fase más complicada sobreviene cuando es necesario poner en funcionamiento sistemas de alarma nacionales y locales, previno el director de Eird.

Briceño opinó que la necesidad del mecanismo de alerta de maremotos ha sido la principal lección extraida de la dolorosa experiencia del Índico..

Pero otra enseñanza fundamental es que hay que informar y educar al público para proteger a personas y las propiedades.

En ese aspecto, el funcionario citó el caso de una niña inglesa de 10 años que salvó a 100 turistas de un hotel de las playas de Pukhet, al suroeste de Tailandia, porque advirtió a su madre de la inminencia de la llegada de una ola gigante y permitió la rápida evacuación del alojamiento.

La niña había reconocido en el mar los presagios de maremoto que aprendió en una clase de geografía, pocos días antes partir a pasar sus vacaciones en Tailandia.

También en Tailandia, unos 1.800 nativos salieron indemnes porquesu jefe tribal comprendió que algo extraño ocurría y decidió que debían subir a unas colinas, refirió Briceño.

Algo parecido ocurrió en las indias islas Andaman, al sur del golfo de Bengala, donde la conducta poco habitual de los animales llevó a muchas personas a seguirlos y alejarse del peligro.

En general, quienes se salvaron del maremoto fueron ayudados por otros sobrevivientes, cercanos a ellos. Nadie vino de fuera a auxiliarlos, observó el experto.

Los técnicos de la ONU reivindican el papel de mecanismos y personas locales con conocimiento sobre maremotos.

En Japón, Hawai, Estados Unidos y Cuba, por ejemplo, los niños se familiarizan a edad temprana con los fenómenos naturales que pueden asolar sus áreas de residencia. La inversión en educación es otra de las lecciones importantes que deja el luctuoso episodio del oceáno Índico, insistió Briceño.

La violenta marejada demostró que ”todos somos vulnerables” a los desastres naturales, dijo el funcionario, ya que hubo víctimas de 50 países, los 11 directamente golpeados y otros 39 que perdieron en el desastre a ciudadanos que estaban en la región afectada, como turistas o expatriados.

Son vulnerables unos 3.000 millones de personas que viven en zonas costeras propensas a sufrir ciclones, inundaciones, tormentas o maremotos.

Briceño calculó que la comunidad internacional, que ha sido capaz de ofrecer asistencia por valor de unos 3.000 millones de dólares para las zonas damnificadas, también puede destinar 10 por ciento de esa suma a programas de prevención.

Los Estados miembros de la ONU examinarán este martes en Ginebra los compromisos necesarios para reunir los 977 millones de dólares que, según el secretario general del foro mundial, Kofi Annan, son necesarios para desarrollar en los primeros seis meses de este año un plan de asistencia regional y otros nacionales en Birmania, Indonesia, Maldivas, Seychelles, Somalia y Sri Lanka.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, a cargo de las actividades de asistencia en el Índico, espera disponer a fines de febrero de la mitad del dinero pedido por Annan, precisó este viernes la portavoz de esa agencia en Ginebra, Elizabeth Byrs.

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