SALUD-EEUU: Analgésico causa jaqueca a poderosa FDA

Las demandas internacionales contra el fabricante del analgésico Vioxx, a cuyo uso se le atribuyen 136.000 infartos, dieron por tierra el prestigio de los laboratorios estadounidenses y de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA), que controla los medicamentos en este país.

”El número de personas que podrían haber resultado perjudicadas es asombroso”, dijo Ricky Bagolie, el abogado estadounidense que fundó el Grupo Internacional de Demandas contra el Vioxx.

”Cada semana sale algo nuevo a la luz”, agregó Bagolie, quien busca posibles querellantes en Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y, probablemente, China y México, entre otros países.

Desde la aprobación para su uso humano por parte de la gubernamental FDA, en 1999, el Vioxx ha sido usado por dos millones de personas en más de 80 países.

Su fabricante, la gigantesca compañía farmacéutica estadounidense Merck & Co, ganó 2.500 millones de dólares por la venta de este analgésico sólo el año pasado.

”Creemos que la jurisdicción adecuada para las demandas es (el nororiental estado de) Nueva Jersey, donde está radicada la compañía”, dijo Bagolie a IPS.

”Uno de los asuntos a considerar es si” los posibles querellantes extranjeros ”tienen alguna posibilidad de demandar en sus propios países. Aún está por verse si podremos representarlos aquí”, agregó.

Merck & Co retiró voluntariamente el Vioxx del mercado el 30 de septiembre, luego de que un estudio confirmó las sospechas que existían desde hacía años sobre el riesgo de enfermedades coronarias y de muerte que su consumo representaba.

Las pruebas médicas dejaron al descubierto severas fallas en los controles de la FDA, que apoyó la inocuidad del Vioxx a pesar de los estudios que sostenían la tesis contraria, ahora confirmada.

En audiencias realizadas en el Congreso legislativo estadounidense el mes pasado, el controlador de seguridad de medicamentos de la FDA David Graham acusó a la agencia de minimizar la creciente información sobre los graves efectos colaterales del Vioxx.

Esa actitud ”subestima, descuida y le falta el respeto” a la necesidad del público de ”medicamentos seguros”, aseguró Graham, quien mencionó otras cinco sustancias potencialmente peligrosas hoy presentes en el mercado.

Se trata de Accutane (sustancia contra el acné del laboratorio Roche), Bextra (calmante de los dolores artríticos y menstruales de G.D. Searle & Co.), Crestor (reductor del colesterol y los triglicéridos de AstraZeneca Pharmaceuticals), Meridia (un adelgazante de Abbot) y Serevent, un broncodilatador de GlaxoSmithKline.

Algunos expertos sugieren que Estados Unidos tome el ejemplo del modelo europeo, según el cual los nuevos medicamentos son reevaluados cinco años después de lanzados al mercado y las compañías farmacéuticas son obligados a realizar estudios de seguridad permanentes.

De acuerdo con el sistema actual, las compañías farmacéuticas deben terminar menos de la mitad de las pruebas que se compromete con la FDA a realizar después de recibir la aprobación de salida al mercado, y muchas de esas pruebas ni siquiera comienzan, según la revista especializada Journal of the American Medical Association.

”En cierta época, solo un pequeño porcentaje de medicamentos” presentados por los laboratorios ”se aprobaban en Estados Unidos. Hoy, la situación se dio vuelta”, dijo el químico farmacéutico Larry Sasich, analista de la división de investigaciones sobre salud de la organización civil Public Citizen.

Como una de las más influyentes agencias de regulación de cuestiones de salud del mundo, las decisiones de la FDA en materia de nuevos medicamentos son cuestionadas por organismos gubernamentales de otros países en raras ocasiones, indicó Sasich.

”Trabajé en un país en desarrollo durante cinco años, y sus autoridades realmente dependían de la aprobación de la FDA. Con este escándalo, obviamente, tendrán que pensarlo bien”, agregó.

La debacle del Vioxx también siembra dudas sobre el papel de la FDA en la aprobación de medicamentos genéricos para el mundo en desarrollo, según activistas contra la propagación del VIH/sida.

El Plan de Emergencia Presidencial contra el Sida, que financia tratamientos en países en desarrollo, establece que si se usaran medicamentos baratos debería constatarse su bioequivalencia con su contraparte fabricada por el propietario de la patente y autorizada por la FDA.

”Usamos genéricos en Estados Unidos y en todo el mundo. La cuestión es garantizarle medicamentos seguros contra el sida a la gente que los necesita desesperadamente”, dijo Michael Weinstein, presidente de la no gubernamental AIDS Healthcare Foundation, de California.

Pero, según Weinstein, mientras unas 136.000 personas sufrieron ataques al corazón a causa del Vioxx, no hubo ni un caso de daños por el uso de medicamentos genéricos contra el sida.

”Norvir, una marca patentada de medicamento líquido contra el sida, se cristalizaba y debió ser retirada del mercado. Cualquier medicamento puede presentar problemas. Así como hay algunos patentados que son peligrosos, existen genéricos excelentes”, dijo el activista.

”Como lo comprueba el caso del Vioxx, regular marcas patentadas, así como los medicamentos genéricos, requiere una vigilancia constante”, escribió en el diario Seattle Times Eric Goemaere, jefe de misión de la organización Médicos sin Fronteras en la localidad sudafricana de Khayelitsha.

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe