Apoyado con firmeza por líderes de Occidente y de África, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se rehusó siquiera a considerar los pedidos de renuncia que se le formulan desde la derecha de Estados Unidos.
Tengo mucho trabajo que hacer y estoy haciéndolo, dijo este martes Annan a los periodistas acreditados ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
El clamor por su dimisión surge por las acusaciones de corrupción en torno del programa Petróleo por Alimentos, por el cual se permitía en los años 90 a Iraq vender crudo para obtener recursos destinados a adquirir productos de primera necesidad.
Annan aseguró tener una gran agenda para el año próximo, la cual incluye la reforma del foro mundial y una cumbre para considerar la erradicación de la pobreza. Así que seguiremos, declaró.
Cuando un periodista le preguntó si su negativa a renunciar era definitiva, el funcionario contestó: Creo que usted escuchó mi respuesta.
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La decisión de resistirse a las presiones derechistas fue apuntalada por el fuerte apoyo del presidente Jacques Chirac, de Francia, el canciller (jefe de gobierno) Gerhard Schroeder, de Alemania, y del primer ministro Tony Blair, de Gran Bretaña.
Chirac y Schroeder le enviaron en conjunto un mensaje de amistad y apoyo por su trabajo al servicio de la paz, el desarrollo y la reforma de la ONU.
La adhesión más fuerte fue la de Blair, quien manifestó el lunes: Creo que Kofi Annan está haciendo un gran trabajo como secretario general de la ONU, con frecuencia en circunstancias muy difíciles.
Confío mucho en que se le permita seguir en este trabajo sin el criticismo que, creo, cualquiera consideraría injusto si sólo lo analizara un momento, agregó Blair.
Por otra parte, el presidente estadounidense George W. Bush se ha negado a explicitar un voto de confianza a Annan.
Espero la total revelación de los hechos, una evaluación buena y honesta sobre lo que sucedió en el programa Petróleo por Alimentos, sostuvo Bush al ser consultado la semana pasada por la prensa.
Es importante para la organización tener un conocimiento total y abierto de lo que ocurrió con el programa, agregó.
Periódicos y políticos conservadores de Estados Unidos exigen la renuncia de Annan, natural de Ghana, al que responsabilizan por el mal manejo del hoy inexistente programa Petróleo por Alimentos, administrado por la ONU.
El hijo del secretario general de la ONU, Kojo Annan, también está bajo investigación por sus vínculos con una compañía suiza que tuvo contratos con el programa.
El sistema Petróleo por Alimentos, que rigió entre 1996 y 2003 como excepción al embargo internacional que sufría Iraq por la invasión de Kuwait en 1990, permitía a Iraq la venta de cantidades limitadas de petróleo para adquirir alimentos, medicinas y otros bienes humanitarios.
El sistema era supervisado por la ONU y en especial de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia).
El programa manejaba entre 7.000 y 10.000 millones de dólares anuales, pero esos ingresos por ventas de petróleo pasaron en noviembre pasado a las arcas de la hoy disuelta Autoridad Provisional de la Coalición encabezada por Paul Bremer, el administrador civil estadounidense en Iraq.
Los acusadores sostienen que el depuesto presidente iraquí Saddam Hussein llevó ilegalmente a sus arcas más de 21.000 millones de dólares gracias al programa.
Hoy, todo el esquema está bajo investigación de un comité independiente creado por el Consejo de Seguridad de la ONU y presidido por el ex presidente de la Reserva Federal estadounidense Paul Volcker. Se prevé que el informe preliminar del comité se emitirá en enero.
En un editorial titulado Destruyendo la ONU, el diario Financial Times, de Londres, recordó la semana pasada que el programa fue diseñado y conducido por el Consejo de Seguridad, del cual Estados Unidos es un miembro permanente con poder de veto sobre todas sus decisiones.
Los casi 36.000 contratos correspondientes al esquema fueron aprobados por el comité del Consejo dominado por Estados Unidos y Gran Bretaña, no por la Secretaría General encabezada por Annan.
No hubo ni una objeción al fraude de la fijación de precios, aunque funcionarios de la ONU llamaron la atención del comité en no menos de 70 ocasiones, según Financial Times.
El periódico británico también afirmó que la operación de linchamiento preparada contra Annan no está dirigida, en realidad, contra el funcionario, sino que tiene la intención de destruir la ONU como institución.
El segundo periodo de cuatro años de Annan al frente de la ONU concluirá en diciembre de 2006.
El gobierno de George W. Bush está molesto por recientes comentarios de Annan, quien afirmó que la guerra en Iraq fue ilegal, y hasta ahora se ha mostrado reticente a manifestar confianza hacia el secretario general del foro mundial.
El factotum del pedido de renuncia de Annan es el senador Norm Coleman, del gobernante Partido Republicano, presidente del subcomité permatente de la cámara alta estadounidense a cargo de realizar una investigación paralela del programa Petróleo por Alimentos.
El señor Annan estuvo al frente de la ONU por todos el periodo del programa excepto unos pocos días, y él debe, por lo tanto, ser llamado a la responsabilidad por el fracaso en detectar o detener los abusos de Saddam Hussein, escribió Coleman en una columna para el diario The Wall Street Journal.
Mientras el señor Annan siga a cargo de la ONU, el mundo nunca podrá saber todo el alcance de los sobornos y pagos debajo de la mesa que ocurrieron bajo la nariz colectiva de la ONU, agregó.
Algunos políticos estadounidenses también amenazaron con reducir los aportes financieros a la ONU si Annan se rehúsa a renunciar. Washington es hoy el principal contribuyente del foro, con 22 por ciento de su presupuesto.
El gobierno de George W. Bush está molesto por recientes comentarios de Annan, quien afirmó que la guerra en Iraq fue ilegal, y hasta ahora se ha mostrado reticente a manifestar confianza hacia el secretario general del foro mundial.
También el Movimiento de Países No Alineados (Noal), que con 116 de los 191 miembros de la ONU es el principal agrupamiento político del foro mundial, se apresta a brindar un fuerte apoyo al cuestionado Annan.
La semana pasada, las 54 naciones de África expresaron su respaldo al secretario general en una carta.