GUINEA ECUATORIAL: Un aula para los discapacitados

La única aula de educación especial de Guinea Ecuatorial está a cargo de dos organizaciones no gubernamentales. Es que para el gobierno de ese país de Africa occidental, los discapacitados psíquicos no existen, dijo a IPS una activista.

InteRed y la Institución Teresiana crearon y mantienen funcionando el único servicio de educación para personas con discapacidad psíquica, dijo a IPS Margarita Roka, enfermera de la Universidad española de Granada e integrante de la católica Asociación de Fieles de Guinea Ecuatorial.

El aula, que atiende a 40 estudiantes, funciona en el Centro Educativo Virgen María de Africa, que trabaja desde 1983 impartiendo educación básica, alfabetización y formación profesional, con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).

Las instituciones públicas para tratar la salud y la educación de las personas con discapacidad no existen porque éstas ”son invisibles fuera de sus casas, sobre todo las mujeres”, dijo Roka.

”Los padres los ocultan, no los inscriben en las escuelas ni los sacan a la calle. De alguna manera se puede decir que sienten vergüenza de ellos, de tener un discapacitado psíquico en su familia. Además, el gobierno no toma en cuenta a ese sector social, no está dentro de sus prioridades atenderlo”, explicó.

En el aula de Virgen María ”en primer lugar se los alfabetiza, pues con independencia de su edad, todavía no hemos encontrado prácticamente ninguno que haya sido alfabetizado antes de venir a nuestro centro”, dijo.

”Una de nuestras preocupaciones es que estas personas puedan ganarse la vida trabajando. Por eso damos prioridad a la formación profesional y dentro de ésta a los talleres de manualidades. Hay que tener presente que en la conciencia social de nuestro país no está asumido que los discapacitados psíquicos puedan o deban trabajar”, dijo la activista.

”Ahora estamos impulsando acciones para que el Estado reconozca oficialmente las titulaciones en formación profesional que emite el Centro y que con ello se facilite la entrada de los titulados al mercado laboral”, añadió.

Los discapacitados reciben en un aula especial clases de alfabetización y formación profesional, y comparten con los demás alumnos del Centro actividades de carácter cultural, lúdico y de relaciones personales, relató Roka.

La activista se encuentra en España, en coincidencia con el Día Internacional de los Impedidos que se celebra este viernes, ”para gestionar ante las autoridades y organizaciones no gubernamentales españolas apoyo para el Centro”, un respaldo que ya le presta InteRed, una ONG de este país también vinculada a la Iglesia Católica.

El Centro fue reformado recientemente y se intenta ampliarlo y mejorarlo con la construcción de un nuevo bloque en el que se instalarán cinco aulas, un salón multiusos, aseos y un depósito, además de la compra de computadoras, un grupo electrógeno y muebles.

La AECI comprometió su apoyo financiero para esas ampliaciones.

”La reforma del inmueble supone una importante mejora del colegio dado que el barrio de la capital guineana, Malabo, en el que se encuentra, Campo Yaoundé, está sin pavimentar, y las frecuentes lluvias agudizan los ya graves problemas de higiene y salubridad”, sostuvo.

La mayor parte de los 15.000 habitantes de Campo Yaundé viven hacinados en casas pequeñas, que albergan entre 8 y 10 personas cada una. Gran parte de las viviendas no disponen de luz eléctrica ni de agua. ”Como es fácil deducir, esas difíciles condiciones de vida afectan aún más si cabe a los niños y niñas con discapacidades, sean físicas o psíquicas”, dijo Roka.

Pese a las enormes riquezas petroleras y gasíferas descubiertas en los últimos 15 años, la población guineana, que no supera el medio millón de personas, sigue en la pobreza.

Según la Organización de las Naciones Unidas, 80 por ciento del ingreso está en manos de cinco por ciento de la población. A este panorama se suma la ausencia de libertades, pues el país ha vivido bajo regímenes autoritarios desde 1968, cuando logró independizarse del yugo colonial de España.

En un esfuerzo modesto por el desarrollo, el Centro Virgen María de África ofrece enseñanza básica preescolar y primaria, alfabetización de adultos, la mayoría mujeres, y formación en oficios, como corte y confección, auxiliar administrativo y gestión administrativa.

De los seiscientos alumnos que atiende el Centro, 40 son discapacitados psíquicos.

Una biblioteca y una sala de juegos, a las que acuden menores y adultos, completan el proyecto educativo destinado a promover el desarrollo del barrio.

La educación para el desarrollo es ”un proceso formativo global y solidario que prepara a los individuos para el análisis crítico de la realidad y el compromiso en la transformación de las estructuras que generan exclusión”, dijo la portavoz de InteRed, Marta Guijarro.

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