COMERCIO: Reglas claras en el Sur

La ronda de negociaciones comerciales exclusiva de países en desarrollo despejó esta semana un obstáculo que había demorado su expansión en el pasado, y consolidó las posibilidades de concertar un acuerdo en noviembre de 2006.

El Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Países en Desarrollo (SGPC), un tratado que entró en vigor el 19 de abril de 1989, definió con mayor claridad el contorno de los estados miembros que podrán obtener provecho de las negociaciones.

El SGPC estableció que para lograr que las contribuciones al sistema sean equitativas, significativas y mutuamente ventajosas, sólo los participantes del esquema que tomen parte en las negociaciones e intercambien y ratifiquen sus concesiones en la nueva ronda tendrán derecho a beneficiarse de las mismas.

La interpretación aprobada por el SGPC aclaró una duda planteada por Chile, que reclamó saber si los acuerdos en el sistema deben favorecer únicamente a quienes participan de las negociaciones e intercambian concesiones con las demás partes o, por el contrario, pueden beneficiar también a quienes no entregan concesiones.

El mecanismo básico de los acuerdos comerciales internacionales consiste en el intercambio de concesiones entre las partes, que se obligan por ejemplo a establecer reducciones de los aranceles aplicados a determinados productos, o de otro tipo de barreras comerciales.

Desde ahora, el SGPC dispondrá de reglas claras para su tercera ronda de negociaciones que ya se encuentra en marcha, dijo Alfredo Chiaradía, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Argentina, que preside el comité de negociaciones del sistema.

El esquema empleado en el pasado, que permitía beneficiarse con los resultados de las negociaciones aun a los países que no habían efectuado concesiones, ”había determinado desafortunadamente que las negociaciones fueran muy pobres”, explicó el funcionario.

”Nos encontrábamos en una situación en que un mecanismo tan valioso era desaprovechado”, expuso.

La revigorización del SGPC, materializada en junio de este año en la ciudad brasileña de Sao Paulo con el lanzamiento de la tercera ronda de negociaciones, se apoya en los signos de mejora del comercio entre países en desarrollo.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, bautizó ese fenómeno como ”la nueva geografía del comercio mundial”.

Otro brasileño, Rubens Ricupero, hasta septiembre secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), observó que el intercambio entre países en desarrollo crecía a una tasa de 11 por ciento anual, mientras que el comercio mundial lo hacía a 4,5 por ciento.

La primera ronda de negociaciones del SGPC, lanzada en 1986, concluyó dos años más tarde con la firma del acuerdo por 48 estados. La segunda ronda se abrió en 1991 y concluyó siete años después, refrendada por sólo 24 países.

En la actualidad el SGPC cuenta con 43 miembros, después del reciente alejamiento de Yugoslavia, que fue uno de los promotores del acuerdo.

Pero al igual que los demás acuerdos comerciales bilaterales o regionales, el SGPC despierta recelos entre los partidarios de un único sistema multilateral como el que rige actualmente la Organización Mundial del Comercio (OMC), con sus 140 estados parte.

Durante la discusión la semana pasada del examen de políticas comerciales de Brasil, un mecanismo que tiene la OMC para supervisar el apego de sus miembros a las políticas de liberalización comercial, el relator del informe, el representante australiano David Spencer, aludió críticamente a los acuerdos bilaterales y mencionó entre ellos el SGPC.

Chiaradía ha afirmado que el SGPC no intenta socavar las discusiones comerciales de la OMC, pues es un sistema complementario, no excluyente. El funcionario sostuvo que ”tenemos enorme interés en el éxito de la Ronda de Doha”, el proceso de negociaciones que emprendió la OMC a fines de 2001.

Ricupero estimó que una reducción arancelaria de 30 por ciento entre los países miembros del SGPC podría incrementar el volumen del comercio en el grupo en un monto de entre 8.500 y 9.000 millones de dólares por año.

En la reunión de este viernes, el SGPC adoptó por 31 votos, contra un voto de Chile, la visión de restringir los beneficios de los acuerdos a los países que se comprometan a efectuar concesiones.

Hubo un apoyo abrumador al principio de cambio del enfoque de las negociaciones y al objetivo de que la ronda sea exitosa, sustantiva y equitativa, dijo Chiaradía.

El cronograma de las negociaciones establecido por el SGPC determina que en la primera fase, antes de julio próximo, los países deberán identificar los productos de su interés para la reducción de aranceles y al mismo tiempo presentar sus propuestas para fijar las modalidades de la negociación.

En septiembre de 2005 comenzará la discusión sobre las modalidades que regirán la etapa de intercambio de concesiones. A fines de ese año, las mismas deberán estar establecidas. Durante la mayor parte de 2006 se intercambiarán las concesiones y el acuerdo final se tendrá que concluir en noviembre de 2006.

”En el SGPC existe una cohesión muy grande y una convicción de que el acuerdo final de 2006 debe ser un instrumento sólido”, dijo Chiaradía.

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