CAMBIO CLIMÁTICO: Un lazo para atraer a Washington

En un esfuerzo diplomático contra reloj, la Unión Europea (UE), Canadá, Australia y casi todo el mundo en desarrollo tienden puentes este jueves en Buenos Aires para que Estados Unidos acepte volver al debate sobre la reducción de emisiones de gases invernadero.

En vísperas del cierre en Buenos Aires de la X Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-10), previsto para este viernes, los delegados intentaban que Washington respaldara una iniciativa argentina para realizar en 2005 un seminario en que se analice cómo avanzar en la mitigación del recalentamiento global, atribuido a la excesiva emisión de esos gases.

”No sería una reunión negociadora sino de intercambio de ideas”, explicó el argentino Raúl Estrada Oyuela, jefe de la delegación de su país y mentor de la propuesta. Para el funcionario, sería una manera de zanjar el principal problema de cara al futuro: cómo hacer que retorne a la mesa un actor clave del proceso.

Estados Unidos es el principal productor de gases invernadero, que retienen calor en la atmósfera, con más de 25 por ciento de las emisiones globales brutas, y en 2001 Washington retiró su firma del Protocolo de Kyoto, establecido en 1997 para comprometer a los países industrializados en la reducción de emisiones de 2008 a 2012.

No obstante, como país parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Estados Unidos aún participa activamente en este debate internacional, y casi todos los demás países quieren sumarlo al llamado ”segundo periodo de compromisos” que debería comenzar en 2012.

Esos compromisos, que en función de la experiencia acumulada podrían modificar los asumidos en Kyoto, deberían comenzar a discutirse oficialmente en 2005. Sin embargo, pasaron de ser un tema informal a uno dominante en la COP-10.

En diálogo con IPS, Michael Zammit Cutajar, secretario ejecutivo de la convención de 1991 a 2002, explicó que muchas naciones quieren ”un seminario que mire al futuro”, y aseguró que ”Estados Unidos es el único país industrializado que pone trabas” al progreso de la discusión.

Según los negociadores, Washington argumenta que ”no hay apuro” para debatir sobre cómo avanzar en la mitigación del cambio climático, y recomienda esperar a ver los resultados del primer periodo de compromisos, establecidos en la Convención y en el Protocolo de Kyoto.

Zammit, candidato a coordinar los seminarios si se aprueba la iniciativa, explicó que si bien no se puede negar el carácter político de la eventual reunión, lo importante es no limitar el futuro a la implementación del Protocolo, que entrará en vigor en febrero, porque Estados Unidos quedaría fuera del debate.

El funcionario consideró que pese al ”bloqueo” en relación con el Protocolo por parte del gobierno federal estadounidense, hay expectativa de avanzar con estados orientales de Estados Unidos, con industrias fuertes interesadas en participar en los mecanismos de mercado de carbono previstos en el acuerdo de Kyoto.

”Seguir adelante con esta idea del seminario sin uno de los países más importantes, no sé si tendría sentido”, admitió Zammit. El funcionario, que es actualmente delegado por Malta, consideró que de todos modos podría haber reuniones informales de la UE y los países en desarrollo, pero ya no en el marco institucional de la Convención.

La iniciativa argentina es frenada además por integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), especialmente Arabia Saudita y Kuwait, por prever que la reducción de emisiones de gases invernadero, entre los que está el dióxido de carbono liberado por la quema de combustibles fósiles, afectará sus economías.

De los 11 miembros de la OPEP, sólo Nigeria ratificó el Protocolo de Kyoto.

”Efectivamente, si el mundo consume menos combustibles fósiles ellos (los integrantes de la OPEP) recibirán un impacto, pero tienen una táctica muy negativa de romper todo movimiento hacia delante y entonces generan gran antipatía” entre los delegados, afirmó Zammit.

El resto de los países en desarrollo apoya la idea de abrir la discusión mediante un seminario, incluso los más grandes como China, Brasil o México. De este grupo, India es el único que se resiste a ese debate, por temor a que el nuevo periodo de compromisos le imponga restricciones.

El Protocolo de Kyoto solo establece compromisos para los países industrializados, que deben cumplir en 2012 con la meta de llevar sus emisiones de gases invernadero, a niveles 5,2 por ciento menores que los registrados en 1990.

Muchos creen que en el mundo en desarrollo hay países que podrían comprometerse también con la reducción, bajo el principio de la Convención que fija ”responsabilidades comunes pero diferenciadas” ante el cambio climático.

Zammit sostuvo que el Protocolo de Kyoto fija límites a las reducciones porque se pensó para países industrializados y no para naciones como Brasil o China, que necesitan crecer económicamente aunque eso signifique un aumento de sus emisiones. La eventual forma de estas incorporaciones se discutiría también en el seminario.

”Tenemos que ver de qué manera esos países en desarrollo siguen creciendo pero en forma más eficiente, menos dependiente de las tecnologías intensivas en el uso de combustibles fósiles”, mencionó el funcionario.

Gran parte de las organizaciones no gubernamentales coinciden sobre la necesidad de atraer de nuevo a Estados Unidos al debate y de comprometer a los mayores países en desarrollo.

Roque Pedace, de la Federación Internacional Amigos de la Tierra, dijo a IPS que ”la mayoría de las organizaciones no gubernamentales cree que los grandes países en desarrollo deberían asumir algún tipo de compromiso de reducción”, pero advirtió que esto será muy costoso para ellos, y que habrá que transferirles recursos.

Pedace recordó que la transferencia de tecnología se hace por mecanismos de mercado y eso significa que el Estado debe pagar derechos de propiedad intelectual. Luego está también el problema de la capacidad de desarrollo que tenga el país receptor para impulsar una industria propia y adaptada a sus necesidades.

Si se llega a 2008, cuando se prevé el comienzo del cumplimiento de los compromisos del Protocolo de Kyoto, sin que esté definido lo que va a ocurrir después, decaerá el interés de los inversores en adoptar medidas de largo plazo, porque la seguridad será menor, apuntó.

A juicio del activista, la discusión sobre el futuro ”es central” y ”urgente”, aunque los plazos puedan parecer lejanos. (

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