Nuevos sismos obligaron este lunes a advertir a las poblaciones de la Bahía de Bengala que se mantuvieran lejos de las costas por el peligro de más maremotos como los del domingo, que mataron al menos a 20.000 personas en el sur y el sudeste de Asia.
La cantidad de muertos seguirá aumentando a medida que se revele la extensión del desastre.
Varios equipos de rescate fueron enviados al sur de India, Indonesia, Malasia, Maldivas, Sri Lanka y Tailandia, los países más afectados por los maremotos o tsunamis desatados por dos terremotos, que en algunos casos provocaron olas de hasta 10 metros de altura.
Hemos registrado nuevos sismos con una magnitud de seis puntos en la escala de Richter y pedimos a las personas que permanezcan a por lo menos dos kilómetros de distancia de las costas, dijo a IPS el director del Departamento Meteorológico Indio (DMI), A.K. Shukla.
Por su parte, autoridades indonesias indicaron que se registraron más de 60 temblores esta mañana.
Shukla advirtió que se producirían más temblores luego de los terremotos del domingo.
El primero de ellos, con una magnitud de 8,5 en la escala de Richter, tuvo su epicentro en la occidental provincia indonesia de Aceh y fue seguido por otro de menor intensidad cerca de las islas Nicobar y Andaman, 300 kilómetros al norte de Sumatra y 1.200 kilómetros al este de Chennai, India.
Sin embargo, la Inspección Geológica de Estados Unidos habló de un solo terremoto registrado al oeste de la provincia indonesia de Sumatra, con una magnitud de nueve grados en la escala de Richter.
El jefe de policía S.B. Deol de las islas Andaman y Nicobar (territorios bajo jurisdicción india desde 1947) confirmó este lunes que 3.000 de los 45.000 habitantes del archipiélago murieron por los maremotos.
El número total de muertos en India continental llegó a 4.200 a las 9.00 de la mañana, hora de Greenwich, en Sri Lanka a más de 5.800 y en Indonesia a 4.448, más de la mitad de ellas en la capital de Aceh, la ciudad más cercana al epicentro del sismo.
En Tailandia, cuyos bellos centros turísticos se convirtieron en escenarios de muerte y destrucción en pocas horas, murieron 839 personas, en Malasia 44, en Maldivas 32 y dos en Bangladesh.
Los tsunamis —palabra japonesa usada para referirse a las olas causadas por terremotos o volcanes submarinos— cruzaron toda la Bahía de Bengala, en el noroeste del océano Índico, hasta chocar contra la costa de Sri Lanka y del meridional estado indio de Tamil Nadu.
India y Sri Lanka no son cubiertas por el estadounidense Centro de Alerta de Tsunamis del Océano Pacífico, que hubiera advertido del peligro a las comunidades costeras de esos países.
Científicos indios admitieron haber sido tomados completamente por sorpresa.
Este es un nuevo fenómeno para nosotros y, aunque teníamos algunos indicios, no estábamos preparados para un tsunami, dijo R.S. Dattatreyam, del DMI.
Los tsunamis no son bien estudiados en India. Es un fenómeno muy raro en el territorio nacional y por eso no se ha realizado ninguna investigación sobre las localidades costeras vulnerables al mismo, dijo por su parte el director del Instituto de Mitigación de Desastres, Mihir Bhatt.
Las autoridades indias lanzaron este lunes una operación de rescate en Tamil Nadu y Sri Lanka.
El gabinete indio se reunió en forma urgente para estudiar una estrategia ante lo que se considera el más grave desastre natural en el sur del país de los últimos años.
El gobierno envió cuatro barcos y varios helicópteros cargados con suministros a Colombo, la capital de Sri Lanka, y otra flota similar se dirigió a Maldivas.
La Federación Internacional de la Cruz Roja y las sociedades de la Media Luna Roja lanzaron de inmediato un llamado para recolectar 6,5 millones de dólares para asistir a más de 500.000 personas y apoyar las operaciones de rescate en Sri Lanka, India, Indonesia, Malasia, Tailandia y otros países de la región.
La Cruz Roja, a través de su Fondo de Emergencia para Atención de Desastres, donó 900.000 dólares, y las oficinas locales de la federación en India y Sri Lanka ya iniciaron la evacuación de sobrevivientes, proveyéndoles alimentos, abrigos y tiendas de campaña.
Un portavoz de la Cruz Roja anunció que la organización enviará medicamentos desde Copenhague para ayudar a 100.000 personas en Sri Lanka.
El cargamento incluye además medicinas para tratar 2.000 posibles casos de diarrea.
Las necesidades básicas para las víctimas son tiendas de campaña, mantas, agua potable, alimentos y utensilios del hogar, como redes para protegerse de los mosquitos. Una importante parte de las operaciones será buscar a familiares perdidos, dijo el jefe del Departamento de Asia Pacífico de la Cruz Roja, Simon Missiri.
Las aldeas costeras fueron las más afectadas por el oleaje, que acabó con la vida de más de 4.850 personas y desplazó por lo menos a un millón, según informaron las autoridades de Sri Lanka y el sitio oficial del grupo rebelde Tigres para la Liberación de la Patria Tamil-Eelam (LTTE).
Los insurgentes controlan una zona del norte del país también afectada por los maremotos.
Es una gran tragedia. Pero lo bueno es que ahora estamos alcanzando a las personas y les estamos diciendo que vamos a ayudarlas, dijo el secretario del primer ministro de Sri Lanka, Lalith Weerathunga.
Tanto el gobierno como el LTTE hicieron un pedido internacional de ayuda para afrontar lo que consideran la peor catástrofe natural en la historia del país.