SALUD-ASIA: Gigantesca conspiración tabacalera

Las multinacionales del tabaco apelaron en Asia en los últimos 30 años a una enorme gama de conspiraciones, e incluso al soborno de científicos y políticos, para propagar el vicio de fumar.

La revista trimestral Tobacco Control (Control de Tabaco), publicada por la prestigiosa British Medical Journal, reveló esta semana detalles antes desconocidos que ponen a arder las barbas de las tabacaleras.

”Ahora pueden entenderse los otrora enigmáticos obstáculos” puestos por las autoridades de Asia a las propuestas de control del tabaco, escribió Judith Mackay en el editorial del último número de Tobacco Control.

”La industria se infiltró en algunas de las más respetadas instituciones científicas, como universidades, y ahora se sabe de pagos a científicos que argumentaban contra la evidencia científica sobre los efectos dañinos del tabaco”, agregó Mackay.

La publicación advierte que las operaciones de las tabacaleras en Filipinas lograron ”limitar la eficacia de proyectos de legislación antitabaco”.

Además, los industriales reclutaron a ”un prominente científico” que ”repudió en público” la certeza científica sobre los daños a la salud sufridos por los fumadores pasivos.

Además, ”la ubicación de las etiquetas de advertencia” en los paquetes de tabaco y cigarrillos ”fue negociada para beneficiar a la industria”, agrega.

En Hong Kong, el sector tabacalero presionó a la dirigencia política y así logró ”al menos desde 1973 retrasar la presentación de leyes de control del tabaco”, según el informe.

En Tailandia, las empresas del ramo bloquearon las iniciativas para ordenar que en cada paquete se detallaran las sustancias perjudiciales presentes en cada cigarrillo, añadió la publicación británica.

”La Ley de Control de Productos del Tabaco fue identificada por las compañías transnacionales no solo como una amenaza para sus operaciones en Tailandia, sino como un peligroso precedente de alcance mundial”, sostiene el informe.

”Documentos de la industria revelan una campaña para bloquear, frenar o enmendar las propuestas legales de regulación, y también que, cuando la publicación de la lista de sustancias nocivas parecía inevitable, las grandes empresas de Tailandia las disfrazaron”, agrega.

Expertos en salud pública aplaudieron el informe, que ofrece un vistazo al modo en que operan las compañías tabacaleras en su búsqueda de beneficios económicos en el mundo en desarrollo.

”Esta es la primera vez que el público recibe un informe completo sobre lo que hicieron las tabacaleras en Asia para promover el hábito de fumar”, dijo la investigadora Mary Assunta, de la Escuela de Salud Pública de la australiana Universidad de Sydney.

El estudio gana aun más importancia si se tiene en cuenta que Asia es ”un mercado emergente para el tabaco”, agregó la experta.

Actualmente hay 1.100 millones de fumadores en el planeta, y en China viven uno de cada tres.

La difusión de los documentos reservados de la industria tabacalera fue posible tras una batalla judicial en Estados Unidos iniciada en Minnesota en 1998. Además de pagar compensaciones a enfermos a causa del vicio de fumar, las compañías se vieron obligadas a revelar ”millones de documentos confidenciales”.

Se trata de ”cartas, memorandos, estudios, revisiones de estudios, planes de mercadeo, declaraciones de política, reimpresión de artículos y recortes de prensa sobre una amplia gama de asuntos”, escribió Mackay.

”Los documentos aportan información que no estaba disponible de ninguna otra fuente y describe las actividades de la industria en los últimos 50 años”, agregó.

La revista británica concentra su atención en los planes de mercadeo dirigidos a crear una cultura en Asia que introdujera a nuevos sectores de la población en el vicio de fumar, en particular a las mujeres jóvenes.

Hasta entonces, la mayoría de los fumadores asiáticos eran hombres, y ”los cigarrillos eran de mala calidad y hechos por monopolios estatales ineficientes que se esforzaban poco en estrategias de publicidad y mercadeo”, escribieron Jennifer Knight y Simon Chapman, también de la Universidad de Sydney.

”La industria del tabaco creía necesario construir una cultura en la cual, a pesar de la tradición y de la historia social, fumar podría convertirse en una actividad deseable e incluso normal para jóvenes hombres y mujeres”, agregaron.

Las compañías lograron ese objetivo apelando a ”la música, los espectáculos, el deporte, la aventura, la moda y la emancipación de la mujer, y proponiendo que fumar era una parte esencial e integral de ese ambiente”, sostuvieron Knight y Chapman.

El resultado de esta campaña de entre 20 y 30 años de duración dejó un rastro de espeso humo entre mujeres de países como Japón, Corea del Sur, Malasia, Tailandia, Filipinas y naciones insulares del Pacífico como Fiji y Papúa-Nueva Guinea.

De acuerdo con los informes disponibles, 20 por ciento de las japonesas y 31 por ciento de las mujeres de Fiji fuman. En Malasia, según organizaciones que combaten el tabaco, 17 por ciento de las muchachas de entre 12 y 18 años tienen ese vicio.

”Al crear esta cultura del tabaco entre las mujeres jóvenes de Asia, la industria fue completamente específica en sus planes demográficos”, indica la publicación. (

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