Fuerzas estadounidenses irrumpieron este viernes en una mezquita de Bagdad durante las plegarias y dispararon contra los fieles, con un resultado de al menos cuatro muertos y 20 heridos.
La declaración de un testigo ocular a IPS ofrece una gráfica descripción de lo que Estados Unidos considera una operación exitosa.
A las 12.30 p.m. hora local, después que el imán Muayid Al-Adhami terminó de hablar, unos 50 soldados estadounidenses entraron junto con 20 miembros de la Guardia Nacional Iraquí en la mezquita de Abu Hanifa, informó el testigo desde dentro del edificio.
Todos estaban allí para las plegarias del viernes, cuando cinco Humvees (jeeps blindados) y varios camiones con miembros de la Guardia Nacional entraron, contó Abú Talat a IPS por teléfono, cuando aún no había terminado el asalto.
Todos comenzaron a gritar 'Alú Akbar' (Dios es grande), porque tenían miedo. Entonces, los soldados empezaron a disparar contra los que estaban rezando, afirmó.
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Talat se encontraba entre un grupo de fieles retenidos a punta de metralleta por soldados estadounidenses, según contó. En el fondo se podían oír cantos de Alú Akbar y llantos de mujeres y niños.
Acaban de matar al menos a cuatro de los fieles, dijo el testigo en pánico. Al menos otras 10 personas están heridas. Ahora estamos boca abajo, agregó.
Talat ofreció su testimonio a través de breves llamadas telefónicas.
Estábamos rezando y ahora tenemos a 50 aquí apuntándonos. Nos tienen la cabeza contra el piso, y todo es un caos. Esta es la peor situación posible. No parecen notar que estoy hablando por teléfono. Están golpeando a un hombre ciego ahora, dijo, y tuvo que dejar de hablar.
Luego, los soldados liberaron a mujeres y niños junto con hombres emparentados con ellos. Abú Talat fue liberado porque un niño le dijo que fingiera ser su padre.
Otros testigos ofrecieron relatos similares fuera de la mezquita.
La gente estaba rezando y los estadounidenses invadieron la mezquita, declaró Abdulá Ra'ad Aziz, del distrito Al-Adhamiya de Bagdad.
Después, que entraron, los soldados se dirigieron a las puertas traseras y escuchamos muchos disparos… Había muertos y heridos, los vi con mis propios ojos, contó a IPS.
Los militares ordenaron a algunos de los fieles que sacaran a los muertos y heridos de la mezquita, según el testigo.
Un miembro de la Guardia Nacional Iraquí apuntó a la gente y les gritó: '¡Los mataré si no se callan!' Entonces, hicieron acostar a todos, la gente se quedó quieta, y sacaron a las mujeres y los niños del lugar, relató Rana Aziz, una mujer que quedó atrapada en la mezquita.
Alguien preguntó a los soldados si secuestrarían a los fieles. Uno le contestó con lenguaje grosero y ordenó a todo el mundo que se callara, contó Aziz. Entre sus lágrimas, comenzó a reir de repente. ¡Los estadounidenses han aprendido a ordenar callarse en árabe, 'Inchev'!, dijo.
Los soldados negaron a ambulancias y equipos médicos de la Media Luna Roja el acceso a la mezquita. Mientras los médicos negociaban con los militares fuera del edificio, se oían más disparos adentro.
Cerca de 30 hombres fueron sacados con sus manos atadas a la espalda y encapuchados. Los soldados los cargaron en un vehículo militar y se los llevaron a eso de las 3.15 p.m.
Un médico de la Media Luna Roja que finalmente pudo entrar en la mezquita confirmó que hubo cuatro fieles muertos y nueve heridos, y contó que había masa encefálica sobre una de las paredes, y las alfombras tenían grandes manchas de sangre.
Un portavoz militar estadounidense en Bagdad se negó a responder preguntas acerca de la incursión.