En 10 estados en que las elecciones del día 2 en Estados Unidos fueron muy reñidas, el resultado final asignó muchos más votos al presidente George W. Bush de los que preveían encuestas a boca de urna. La diferencia despierta suspicacias.
"Algo estuvo definitivamente equivocado", dijo a IPS el encuestador John Zogby, al comentar una investigación del profesor de la Universidad de Pennsylvania Steven F. Freeman, según la cual la posibilidad estadística de que se registraran tales diferencias es de 250 millones a uno.
Zogby calificó los comicios presidenciales del día 2 en Estados Unidos de "las elecciones de Armaggedón". Y el candidato independiente Ralph Nader está seguro de que el gobernante Partido Republicano estaba en condiciones de cometer fraude.
Las especulaciones se concentran en asuntos tales como las irregularidades en las modalidades de voto electrónico y las dificultades para ejercer el derecho al sufragio en áreas donde el opositor Partido Demócrata tiene gran fuerza.
Los republicanos "se aseguran de que no haya suficientes máquinas de emisión de voto para áreas donde viven minorías", dijo Nader a IPS. "Los hacen formar fila durante horas, y la mayoría no espera."
"Hay muchas formas" de manipular un acto electoral, "y por eso dije que éste fue secuestrado de la A a la Z", sostuvo.
En su informe publicado el día 10, titulada "La inexplicable discrepancia de las encuestas a boca de urna", Freeman, experto en métodos de investigación en ciencias sociales, sugiere que el rival de Bush, John F. Kerry, pudo haber recibido, en realidad, más votos de los que marcó el escrutinio.
El comentarista del servicio de noticias de la cadena televisiva Fox Dick Morris, un connotado republicano, sugirió que la diferencia entre los sondeos a boca de urna y el resultado definitivo de las elecciones se debió a una conspiración entre los encuestadores y el opositor Partido Demócrata.
"Esas equivocadas encuestas a boca de urna fueron un sabotaje" fue el título de la columna de Morris publicada en diversos periódicos. Pero el propio comentarista dijo en ese artículo que "las encuestas a boca de urna casi nunca se equivocan".
El informe de Freeman destaca que, en 10 de los 11 estados clave para las elecciones presidenciales analizados en las encuestas a la salida de los circuitos de votación, Bush sacó muchos más votos en el escrutinio de los que indicaban los sondeos. Wisconsin fue el único caso de coincidencia estadística.
En el estado de New Hampshire, por ejemplo, la diferencia de la ventaja de Kerry entre los sondeos y el escrutinio fue de 9,5 puntos porcentuales. Las encuestas pronosticaban que Kerry triunfaría por 54,9 a 44,1 por ciento, pero finalmente lo hizo por 50,3 a 49 por ciento.
En Ohio, donde ganó Bush, la diferencia fue de 6,7 puntos porcentuales, y en Pensylvannia, donde ganó Kerry, de 6,5 puntos, también a favor del presidente reelecto. En Minnesota, estado en que ganó Kerry, Bush "recuperó" en las urnas 5,5 puntos que las encuestas no le reconocieron.
Morris recordó que, fuera de Estados Unidos, las encuestas en boca de urna son con frecuencia utilizadas como control de los resultados oficiales.
La creación de este tipo de sondeos es atribuida a Warren Mitofsky, responsable de la encuestadora Mitofsky International, una de las más respetadas. Zogby considera "imposible" la diferencia ocurrida en esta ocasión entre las encuestas y los resultados finales.
Según Zogby, un error de los encuestadores habría requerido "muestreos equivocados en áreas equivocadas en todo el país", o la manipulación intencionada de datos para obtener resultados significativamente diferentes a los oficiales.
Ninguna de las dos posibilidades es, según el encuestador, digna siquiera de consideración. Sin embargo, al preguntársele qué sucedió exactamente, Zogby contesta que hubo "un problema. Pero no sé dónde está. Hay algo equivocado, de todos modos".
Nader solicitó tres días después de las elecciones el recuento de los votos en 11 circuitos del estado de New Hampshire. Tiene, afirmó, "informes sobre irregularidades" en esos sitios.
En cinco de esos circuitos —una muestra de 45.000 votos, todos ellos emitidos a través de computadoras con sistemas ópticos (escáner)— el control manual comenzó el día 18, y concluiría en una semana. "Si se detectan irregularidades, podrían surgir implicancias más amplias en otros estados", sostuvo Nader.
Por su parte, los partidos Verde y Libertario gestionan un recuento de votos en el estado de Ohio, y en Florida hubo denuncias sobre manipulación de sufragios en sistemas ópticos.
"En lo que a mí respecta, esta elección fue claramente robada. Lo que hicieron en Ohio fue negar el voto sistemáticamente a miles de afroestadounidenses y otros ciudadanos sospechosos de demócratas", dijo a IPS el activista Harvey Wasserman, un conocido escritor del condado de Franklin en Ohio.
"Fue como Mississippi en los años 50, y fue deliberado. Si hubieran montado máquinas receptoras de votos suficientes y se le hubiera dado a la gente acceso equitativo a las urnas con un sistema confiable de escrutinio, no hay duda de que John Kerry hubiera ganado en Ohio", agregó.
Y, en ese caso, Kerry hubiera ganado la presidencia.