AMBIENTE-ISRAEL: Muro corta corredores ecológicos

La llamada «muralla de seguridad», que el gobierno de Israel construye para separar su territorio de Cisjordania, está destruyendo el ecosistema de la zona y arruinando las tierras cultivadas palestinas.

"El daño a la biodiversidad puede compararse con el producido por cualquier otro proyecto de infraestructura", afirmó el director de la oficina para Medio Oriente de la organización ambientalista Amigos de la Tierra, el israelí Gidon Bromberg.

Expertos israelíes y palestinos expresan preocupación por los efectos ambientales de la barrera, cuya edificación fue ordenada en 2002 por el primer ministro israelí Ariel Sharon con el propósito de impedir el ingreso de atacantes suicidas palestinos.

A ambos lados de la muralla hay pasajes para los soldados, y eso hace que toda la estructura tenga 80 metros de ancho, casi lo mismo que una carretera moderna. Esto la convierte en un importante obstáculo para el movimiento de animales y el desarrollo de plantas, dicen los ambientalistas.

La muralla es la cuarta mayor división de tierra de norte a sur entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, después de tres importantes carreteras.

Pero el ambientalista israelí Ron Frumkin sostiene que el daño ambiental provocado por el muro es "mucho peor" que el causado por cualquier carretera.

A diferencia de una autopista, a la barrera sólo la pueden atravesar animales "no más grandes que un ratón", y esto afecta el ecosistema, pues anula los corredores ecológicos.

Frumkin y su esposa Tamar aportaron la información ambiental de una petición presentada a la Corte Suprema a comienzos de este año que logró detener la construcción de varias partes de la muralla en el norte de Cisjordania.

La petición fue respaldada por la Autoridad de Reservas Naturales de Israel y luego aprobada por la Corte, que ordenó al gobierno revisar el recorrido de la muralla considerando los intereses de la población palestina y respetando el ambiente.

El gobierno de Sharon aún no ha anunciado cuál será la nueva ruta de la barrera.

"Creíamos que las personas que tomaban las decisiones al menos debían estar al tanto de las consecuencias, y por tanto en condiciones de asumir su responsabilidad", señaló Frumkin.

Sus investigaciones demostraron que en la planificación del muro no se tuvieron en cuenta los factores ambientales y predominaron los "argumentos de seguridad" del ejército.

El ambientalista sostiene que el ejército podría dejar espacios libres en la barrera como corredores ecológicos y vigilarlos, sin que ello comprometa la seguridad.

Mientras, organizaciones palestinas creen que la barrera es una muestra de "terrorismo ecológico".

La muralla busca destruir todo el potencial productivo de un eventual estado palestino, sostuvo el director del Grupo Palestino de Hidrología, Abdel Rahman Tamimi.

El mayor peligro es que la muralla obstaculice el suministro de agua para las tierras cultivadas, ya que separa grandes predios de sus recursos hídricos, señaló Tamimi.

La barrera dejó del "lado israelí" los principales pozos de agua de muchas localidades palestinas, en especial las del norte de Cisjordania.

Sin embargo, existen divergencias sobre este punto entre los expertos israelíes y los palestinos.

Bromberg sostiene que este problema es muy anterior a la muralla. Muchos asentamientos judíos en tierra palestina fueron establecidos en sitios estratégicos para aprovechar los recursos hídricos. Según él, la pared sólo es una protección más de esas colonias.

Esa agua controlada por los asentamientos, entre seis y siete millones de metros cúbicos al año, es "insignificante" para Israel pero vital para Cisjordania, según Bromberg.

Por su parte, Tamimi cree que la muralla es un deliberado "ataque contra el agua nacional" palestina, ya que impide el acceso de los recursos hídricos a gran número de palestinos, que deben recurrir a las faldas de las montañas cisjordanas, donde la perforación de pozos es más difícil.

Según el experto, Israel ya controlaba cerca de 80 por ciento de los recursos hídricos palestinos. Con la barrera se aseguró el dominio de 90 por ciento.

Tamimi calcula que 15 por ciento de la tierra irrigada de Cisjordania se arruinará por completo en el corto plazo porque será imposible restaurar los conductos de agua que fueron cortados por la muralla.

El Grupo trabaja para restablecer la irrigación de muchas áreas que rodean a la barrera. Para esa tarea cuenta con la colaboración de organizaciones internacionales humanitarias como Oxfam, con sede en Gran Bretaña.

Frumkin advirtió que el deterioro de las tierras agrícolas trastocará la vida cotidiana de la zona. "La agricultura, en muchos de estos lugares, es parte histórica del ambiente", añadió.

Por su parte, Bromberg lamentó el daño en el paisaje histórico de Cisjordania, "sobre todo en esas milenarias terrazas agrícolas" de las colinas, que "son casi patrimonio de la humanidad". (

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