Los precios del petróleo subieron unos centavos este viernes, al cierre de una semana marcada por la baja de hasta cuatro dólares por barril, apenas se enteraron los mercados que una nueva huelga está en marcha en Nigeria, el mayor productor africano.
El crudo West Texas Intermediate (WTI), marcador estadounidense, ganó hasta 23 centavos y se vendió durante la jornada entre 51,15 y 51,20 dólares por barril de 159 litros, en el mercado de Nueva York.
En Londres, el crudo Brent, referencia europea, ganó hasta 13 centavos por unidad y se vendió a 48,38 dólares, después de abrir la jornada a 48,25.
Los precios retrocedieron después de cotizarse el martes a valores récord, de 55,67 dólares el WTI y 51,94 dólares el Brent, luego que el Departamento de Energía de Estados Unidos indicó que en ese país los inventarios comerciales de crudo aumentaron cuatro millones de barriles en una semana, para ubicarse en 283,4 millones de unidades.
Los promedios semanales fueron de 53,63 dólares para el WTI, 50,59 dólares el Brent y 45,37 dólares para la cesta de siete crudos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), indicó el Ministerio de Energía en Venezuela.
El comportamiento a la baja se debió también a la prolongada liquidación de contratos de crudo en los mercados a futuro para toma de ganancias, y a la percepción de una amplia disponibilidad de suministro para abastecimiento en el corto plazo, indicó el reporte semanal del ministerio venezolano.
Esa percepción fue animada por el informe estadounidense, la recuperación en más de 100.000 barriles diarios de la producción cerrada en el golfo de México tras el paso de huracanes hace un mes, y por el incremento de las tasas de interés en China, lo que traduciría un intento de aminorar el ritmo de crecimiento de su economía y, con ello, su demanda de energía.
También se registró la reapertura de una plataforma noruega que extrae 55.000 barriles diarios y estaba afectada por una huelga de 16 semanas de sus operadores.
Pero esos movimientos, sobre volúmenes relativamente modestos de producción, dan cuenta de la extrema sensibilidad de un mercado que globalmente demanda 82 millones de barriles cada día, la cuarta parte de ellos sólo en Estados Unidos.
Por eso la reacción al alza en medio de un ambiente a la baja apenas se informó de problemas laborales en Nigeria, un país que produce 2,3 millones de barriles diarios y exporta alrededor de dos millones de unidades, la mitad de ellas a Estados Unidos, del que es el quinto proveedor después de Canadá, México, Venezuela y Arabia Saudita.
Owen Lakemfa, portavoz de la principal central sindical nigeriana, anunció que los sindicatos se reunirán este domingo para examinar una fecha en la que convocarán a una huelga contra el gobierno, para protestar por los precios internos del combustible.
Casi todos los productores extraen crudo a plena capacidad, por lo que globalmente casi no existe capacidad cerrada para atender contingencias.
No hay mucho que se pueda hacer. No hay mucha capacidad ni en la OPEP ni en los ajenos al bloque para producir más, por lo que es muy probable que los precios permanecerán altos el resto de 2004 y la mayor parte de 2005, comentó este viernes el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez.
La OPEP está formada por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela. Produce unos 30 millones de barriles por día y es responsable de aproximadamente la mitad del petróleo que se exporta en el mundo.
Portavoces de la OPEP han expresado interés en que el precio del petróleo baje, para sostener el crecimiento de la economía global y no sobrecargar los presupuestos de los países consumidores más pobres.
Purnomo Yusgiantoro, ministro petrolero de Indonesia y presidente de la OPEP, recomendó a Estados Unidos que utilice sus reservas estratégicas para impulsar a la baja los precios del crudo.
Además de sus existencias comerciales, Estados Unidos guarda en sus desiertos del sudoeste unos 670 millones de barriles de crudo, como reservas estratégicas, pero el gobierno del presidente George W. Bush rehusa emplearlas para deprimir los precios.
Su predecesor, Bill Clinton, lo hizo en 2000, cuando en medio de un aumento de precios autorizó la venta de 30 millones de barriles de ese crudo.
Nos hemos comunicado con ellos (las autoridades estadounidenses) y les pedí usar sus reservas, dijo Yusgiantoro.