La posibilidad de una leva militar debido a la sobreexigencia de las fuerzas armadas de Estados Unidos en Iraq amenaza con ser un factor decisivo en las elecciones presidenciales del 2 de noviembre.
El gobierno de George W. Bush descartó de plano el reclutamiento forzoso —eliminado por el presidente Richard Nixon en 1973, en los últimos años de la guerra de Vietnam—, pero el candidato del opositor Partido Demócrata, John Kerry, se esfuerza por mantener el tema presente en la campaña electoral.
A las advertencias de Kerry, que se opone a la leva, se suman diversos informes militares que indican una clara sobreexigencia de las fuerzas armadas y falta de tropas en Iraq.
El asunto tiene un claro impacto sobre los votantes de 18 a 29 años, que serían los primeros reclutados. Ese grupo demográfico era el que más apoyaba a Kerry antes de los últimos rumores e informes, pero también se considera el más impredecible.
Históricamente, los votantes jóvenes se han abstenido de sufragar en mayor proporción que otros grupos de edad, pero campañas especiales como Rock the Vote y Vote for change, encabezadas por estrellas del rock, podrían cambiar esa tendencia. Ambas campañas citaron una posible leva militar como motivo para votar.
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El Comité Nacional Republicano ha entrado en pánico por este asunto, afirmó el columnista Paul Krugman en el diario The New York Times. La semana pasada, el Comité envió una carta de queja a los organizadores de Rock the Vote por el uso del tema de la leva para atraer votantes jóvenes.
Una semana antes, los líderes republicanos de la Cámara de Representantes habían sometido a votación una propuesta demócrata de dos años de antigüedad para reinstaurar la leva, sólo para derrotarla por abrumadora mayoría, con la expectativa de cerrar el tema.
Sin embargo, como la votación fue esencialmente insignificante en términos jurídicos, no produjo el efecto deseado por el gobernante Partido Republicano.
Además, las pruebas de que las fuerzas armadas están sobreexigidas y necesitan más miembros se acumulan día a día.
Kerry arguye que, debido a esa situación, el gobierno recurre a una leva por la puerta trasera bajo la forma de extensiones involuntarias del período de servicio en Iraq y otros destinos, tanto a soldados de carrera como a reservistas, lo cual generó descontento entre los militares y sus familias y redujo el índice de realistamiento.
De hecho, la Guardia Nacional informó esta semana que su alistamiento es 10 por ciento menor del objetivo que se había fijado para 2004. En tiempos de paz, la Guardia Nacional actúa en desastres naturales, y en ocasiones es llamada para aplastar disturbios civiles, pero en tiempos de guerra, puede transformarse en parte del ejército, como ocurre ahora.
El fantasma de la leva forzosa cobró fuerza el mes pasado cuando la Junta de Ciencias de Defensa, un panel de asesores de seguridad nacional del Pentágono (Departamento de Defensa), en su mayoría de derecha y republicanos, concluyó que la falta de tropas hará que Estados Unidos no pueda sostener sus compromisos actuales y proyectados de estabilización mundial.
Mientras, una encuesta del ejército publicada esta semana reveló que los reservistas y miembros de la Guardia Nacional están cada vez más descontentos con su estilo de vida militar y que su disposición a ir a la guerra se redujo significativamente el último año.
La información está de acuerdo con un incidente ocurrido la semana pasada y que tuvo amplia difusión periodística, en el que una unidad de 19 reservistas se negó a cumplir una misión peligrosa en el llamado triángulo sunita de Iraq.
Altos oficiales militares advirtieron a la prensa en los últimos días de la necesidad de más tropas, pero fueron ignorados o intimidados por sus superiores. El ex jefe del ejército, general Eric Shinseki, fue obligado a un retiro anticipado el año pasado por estimar que que se precisarían varios cientos de miles de soldados para estabilizar Iraq después de la invasión.
The New York Times informó este lunes que el Servicio Selectivo, que supervisa el reclutamiento militar, inició el pasado verano boreal planes de contingencia para reclutar médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud en caso de una emergencia nacional.
Larry Di Rita, portavoz del Pentágono, replicó que el gobierno se opone a la leva militar para cualquier fin, el mantra de Bush y del secretario del Pentágono, Donald Rumsfeld.
Legisladores demócratas y algunos republicanos presionan para agregar al menos 40.000 soldados al ejército, una propuesta que el gobierno resiste férreamente, en especial porque pone en cuestión la idea de Rumsfeld sobre la transformación del ejército para rendir más con menos miembros.
Según Kerry, es esa doctrina estratégica, sumada a la idea de que las fuerzas estadounidenses (y no las de la OTAN o las Naciones Unidas) deben ser los garantes últimos de la estabilidad mundial, lo que impone una carga insostenible a las fuerzas armadas nacionales.