La tacha por su proteccionismo agrícola fue el principal impedimento para que la Unión Europea superara esta semana el examen que la Organización Mundial del Comercio (OMC) prescribe de manera periódica a las políticas comerciales de sus estados miembro.
La agricultura europea sigue protegida por una compleja estructura de aranceles con altas tasas, además de elevadas subvenciones de ayuda interna y de exportaciones, dictaminó la tailandesa Puangrat Asavapisit, presidenta del Organo de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC.
Como era de esperar cuando se trata de la Unión Europea (UE), el enfoque de numerosos estados miembros se concentró en la Política Agrícola Común (PAC), dijo Clem Boonekamp, director de cuerpo de la OMC responsable de la revisión de las políticas comerciales.
Entre los miembros de la OMC existe la sensación de que, a pesar de los pasos a veces significativos que los europeos dan para liberalizar su régimen y en particular hacia la adopción de ayudas sin efectos distorsivos, ese bloque necesita avanzar todavía mucho más, resumió Boonekamp.
El negociador australiano, David Spencer, ofreció un ejemplo claro de la tendencia impresa a la política comercial europea. En los últimos años, las exportaciones de la UE en el rubro agropecuario han crecido a un ritmo superior que las importaciones, observó.
La Unión Europea argumentó siempre, como atenuante de su política de subsidios, que su economía reunía las características de una importadora neta. Pero ese rasgo ha comenzado a erosionarse, como ocurrió de manera significativa en los últimos años.
La balanza del comercio agrícola europeo pasó en un par de años de un déficit de 5.000 millones de dólares anuales al actual saldo negativo de apenas 500 millones de dólares, citó Boonekamp.
Esa tendencia se explica porque la política seguida por los europeos ha determinado que las subvenciones sean importantes para la exportación de ciertos excedentes, así como de algunos productos agrícolas elaborados, mencionó un estudio preparado por la Secretaría de la OMC.
Distintas formas de subvenciones otorgadas por la UE en la campaña agrícola 2000-2001, ascendieron a 43.654 millones de euros para el caso de la Medida Global de Ayuda, a 21.845 millones de euros para los subsidios del compartimento verde y 22.223 millones para los del compartimento azul. Las tres ayudas equivalen en total a unos 110.000 millones de dólares.
Algunos países miembros de la OMC sostuvieron que el proteccionismo agrícola europeo socava la eficiencia económica y perjudica a contribuyentes y consumidores del propio bloque. Por ese motivo, le reclaman que profundice la reforma de la CAP.
A pesar de que los pagos efectuados por la UE a sus agricultores continúan disociándose de la producción que entregan, la reforma de la PAC no ha logrado liberalizar la agricultura de la región, sostuvo el informe elaborado por la OMC.
También hubo solicitudes de otros países para que ese bloque suministre información sobre aspectos específicos de su política para el sector agropecuario, incluyendo referencias a las reformas de los regímenes de importación y comercialización de azúcar y banano.
Otro aspecto del régimen comercial europeo que preocupa a estados miembros de la OMC es el sistema de protección de indicaciones geográficas, que los europeos pretenden extender a numerosos productos agrícolas y reforzar en el caso, ya vigente en el sistema multilateral, de los vinos y bebidas espirituosas.
La negociadora de Estados Unidos, Linnet F. Deily, mencionó las normas europeas sobre etiquetado de vinos, en particular las disposiciones que prohiben la venta en Europa de vinos importados que lleven en el marbete de las botellas inscripciones que los identifiquen como clásico, fino o superior.
Las críticas alcanzaron también a los acuerdos comerciales de preferencia que la Unión Europea concertó con diferentes países, en particular con ex colonias de algunos de sus estados miembros o con naciones menos adelantadas, beneficiadas por la iniciativa Todo menos armas.
Un estudio de la OMC indicó que el grado de liberalización conseguido en los acuerdos comerciales preferenciales es menor del que cabría pensar. Esta conclusión podría ser válida para la mayor parte de los acuerdos de ese tipo concertados por la Unión Europea, dijo el documento.
El representante de la Unión Europea, Pierre Defraigne, subdirector general de Comercio, defendió el comportamiento de ese bloque como socio de comercio y de inversiones en el plano multilateral.
Esa conducta es satisfactoria porque combina un crecimiento sustentable de exportaciones e importaciones con una robusta balanza comercial, mientras que al mismo tiempo es una fuente principal de ahorro y de inversiones extranjeras directas para el resto del mundo, dijo.
La OMC examina y evalúa las políticas comerciales de los países miembros a intervalos regulares, aunque aquellos de alto desarrollo industrial acuden con mayor frecuencia, cada dos años, ante el órgano de revisión.
China, que ingreso a la OMC hace menos de tres años, tendrá su primera revisión en abril de 2006. Las siguientes se realizarán cada dos años porque el país asiático ya ostenta la posición de cuarta potencia comercial en el mundo, aclaró Boonekamp. (