Estados Unidos anunció este lunes que apelará un fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que declara ilegal la mayoría de los subsidios de Washington a la industria algodonera.
La apelación pone en tela de juicio el compromiso del gobierno de Bush de fortalecer las normas de arbitraje en materia de comercio internacional y sus frecuentes exhortaciones a los países en desarrollo a hacer lo mismo.
La OMC emitió su fallo en septiembre, ante un caso presentado por Brasil y apoyado por otros países en desarrollo contra varias medidas de apoyo del gobierno de Estados Unidos a la agricultura nacional, entre ellas el apoyo al sector algodonero.
Brasil alegó que los subsidios pagados a cultivadores de algodón estadounidenses de 1999 a 2002, así como los establecidos en el último presupuesto hasta 2007, violan las normas de la OMC.
Un panel de árbitros de la OMC determinó que 3.200 millones de dólares en subsidios pagados anualmente a los algodoneros estadounidenses y 1.600 millones en créditos a la exportación para este producto y otros contravienen las reglas del organismo multilateral.
El caso concitó la atención mundial, pues fue la primera disputa que involucra subsidios agrícolas masivos pagados por un país rico en perjuicios de naciones del Sur en desarrollo.
El algodón se incorporó con fuerza en la agenda de la OMC en la conferencia ministerial de septiembre de 2003.
Solo en Africa occidental, 10 millones de personas dependen del algodón para su supervivencia. Mientras, Estados Unidos concentrará este año 42 por ciento de las exportaciones mundiales, la mayor proporción desde 1960.
Activistas por el desarrollo de los países del Sur advierten que los subsidios son un acicate para la agricultura estadounidense, que inunda el mercado mundial con productos baratos.
Pero Washington considera que esos subsidios tienen efectos mínimos, y niega que distorsionen el comercio internacional.
Estamos en fuerte desacuerdo con algunos aspectos del informe del panel (de la OMC), por lo que apelaremos, dijo el representante comercial del gobierno de Estados Unidos, Robert Zoellick.
Los hechos no demuestran que los programas agrícolas estadounidenses hayan distorsionado el comercio y causado una caída en los precios del algodón. Por el contrario, algunos aspectos del informe del panel continúan en negociación y no son objeto de litigio, agregó Zoellick.
El funcionario consideró que esos asuntos son objeto de diálogo en la denominada Ronda de Doha de negociaciones comerciales multilaterales, y añadió que el proceso de apelación evitará que la decisión de la OMC tenga impactos inmediatos, en especial sobre los programas agrícolas estadounidenses.
La secretaria de Agricultura de EstadosUnidos, Ann M. Veneman, dijo a periodistas que esos programas cumplen por completo con las normas de la OMC, y que la posición de su país será defendida en forma vigorosa, para asegurar condiciones equitativas a los productores estadounidenses.
Pero la organización no gubernamental (ONG) británica Oxfam, dedicada a asuntos de desarrollo, afirmó en un informe divulgado este lunes que los subsidios estadounidenses estimulan la producción excesiva y el dumping (exportaciones con precios inferiores al costo de producción), un modo de competencia desleal que socava los medios de subsistencia de agricultores pobres en el mundo en desarrollo.
Un informe de Oxfam titulado Hallar la fibra moral: Por qué es necesaria con urgencia una reforma para que el comercio de algodón sea justo, insta a Washington a modificar sus programas de subsidio y poner fin al dumping.
Pero la apelación crea serias dudas de que Estados Unidos se proponga con seriedad reformar su injusta industria algodonera, comentó la activista Celine Charveriat, de Oxfam.
Las pruebas del dumping algodonero estadounidense son claras y abrumadoras, y han sido confirmadas por la OMC. Estados Unidos suscribió en julio un compromiso mundial para llevar a cabo 'ambiciosas' reformas del régimen de subsidios algodoneros, y esta apelación es una bofetada a ese compromiso, alegó.
Oxfam sostiene que Washington debe aplicar los criterios que maneja en sus propias quejas ante la OMC, y su prédica de que los compromisos multilaterales para reducir aranceles y subsidios son la clave para dinamizar los mercados mundiales.
Estados Unidos usa el mecanismo de resolución de disputas de la OMC más que ningún otro Estado parte de esa organización, de modo que no sólo tiene la obligación moral de cesar el dumping algodonero, sino que además le conviene aceptar el dictamen, adujo Charveriat.
Oxfam calcula que ese dumping determinó que países pobres africanos productores de algodón perdieran casi 400 millones de dólares de 2001 a 2003.
El nuevo informe rebate la noción de que el subsidio estadounidense ayuda a pequeñas empresas familiares de agricultores, al señalar que el 10 por ciento de las plantaciones formado por la de mayor tamaño recibe 78 por ciento de los subsidios.
También asevera que existen prácticas semejantes de dumping en la producción estadounidense de soja, trigo y arroz.
Oxfam insiste en que el fallo de la OMC, con independencia de la apelación estadounidense, estableció legalmente que los países industrializados no cumplen las normas que ellos mismos establecieron.
Según un informe titulado El dumping de Estados Unidos en los mercados agrícolas mundiales, publicado este año por el grupo de expertos estadounidense Instituto de Política Agrícola y Comercial, en 2002, el último año para el que se dispone de datos, el país exportó algodón a un precio 61 por ciento por debajo de su costo de producción.
El actual precio de exportación es 40 por ciento del de 1995, subrayó el Instituto.