La concentración en la atmósfera de dióxido de carbono, el principal de los gases invernadero causantes del recalentamiento planetario, creció de manera inusual en los últimos dos años, según mediciones de la estadounidense Universidad de California.
Los diarios The Guardian y The Independent, de Londres, destacaron el informe en su portada, así como varios canales de televisión británicos.
El inusual aumento de la presencia en la atmósfera de dióxido de carbono, gas liberado por la quema de combustibles fósiles como los derivados del petróleo, el gas y el carbón, fue acompañado por un también inusual recalentamiento.
Los dos periódicos informaron el lunes sobre las mediciones del físico estadounidense Charles Keeling, de la Universidad de California en San Diego, en un observatorio ubicado a 3.350 metros de altura, en la cima del volcán hawaiano Mauna Loa.
Keeling es uno de los pioneros en el cálculo de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. En 1958, sus mediciones dieron 315 partes por millón (ppm). Las últimas dieron 376.
La mayoría de los científicos aseguran que el dióxido de carbono, al igual que el resto de los gases invernadero, dejan pasar la luz solar a través de la atmósfera rumbo a la superficie de la tierra, pero impiden que el calor resultante se disipe en el espacio exterior.
Keeling informó que el ritmo de incremento del nivel de dióxido de carbono pasó de 1,6 ppm en los primeros decenios de mediciones a 2,98 en 2001 y 2002, y a 2,54 en 2002 y 2003. Ningún aumento en las emisiones ni fenómeno natural explican el incremento.
Tal concentración de dióxido de carbono es aún demasiado poca y demasiado temprana como para ser más que potencialmente alarmante, según científicos del Centro Hadley de Predicción e Investigación Climática en Gran Bretaña.
El inusual aumento por dos años consecutivos está, por cierto, en la línea de lo que hemos pronosticado sobre las tendencias del siglo, dijo a IPS Christians Jones, investigador del centro.
El dato no es, por sí mismo, un indicador definitivo, así como dos veranos consecutivos inusualmente cálidos no representan una evidencia del recalentamiento planetario, estimó Jones.
Pero si este incremento inusual fuera a continuar por varios años, entonces sí, sería muy preocupante, advirtió.
Los científicos aún especulan las razones de este incremento. El aumento global de la temperatura durante los últimos años se debe, definitivamente, al uso de combustibles fósiles, dijo Jones. Además, parece haber una variabilidad atribuible a causas naturales.
Para el experto, sistemas naturales como los bosques, selvas y océanos absorben dióxido de carbono de la atmósfera, pero es posible que no lo hagan más y que, en cambio, hayan comenzado a liberarlo.
Estudios realizados por el Centro Hadley ya esbozaron esa hipótesis, pero los científicos continuarán analizando los niveles de emisión de dióxido de carbono en los próximos años para determinar si se trata de una fluctuación más que una tendencia, explicó Jones.
El hecho de que el aumento sin precedentes en la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera no sea consecuencia de un incremento en las emisiones no resta culpas a la industria, dijo a IPS la activista Catherine Pearce, de la red internacional Amigos de la Tierra.
Esto significa que una mayor presión sobre la industria para que detenga sus emisiones hará más, no menos, según Pearce.
Uno de los factores del aumento de la concentración podría ser el hecho de que muchos países se están industrializando con rapidez, y no informan sobre sus emisiones de dióxido de carbono como deberían, estimó.
Las señales de que la superficie sólida de la Tierra y los océanos son incapaces de absorber suficiente dióxido de carbono deberían dar una idea del sentido de urgencia en la atención del problema, agregó la activista. (
