El presupuesto del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP) para este año podría ser el mayor de su historia, aun sin la contribución de Estados Unidos, que hace dos años retiró su asistencia. El mundo en desarrollo hace el mayor aporte.
Los avances de los últimos años dieron nuevas esperanzas sobre el cumplimiento de las metas en materia de salud reproductiva establecidas por la comunidad internacional para 2015, dijo a IPS la directora ejecutiva de FNUAP, Thoraya Ahmed Obaid.
Obaid agregó que hay razones para el optimismo a pesar de que Estados Unidos y el Vaticano se oponen ideológicamente y de hecho a la provisión de servicios de salud reproductiva esenciales al mundo en desarrollo.
Cuando Estados Unidos nos retiró el financiamiento en 2002, tuvimos una brecha, pero la cubrimos en 2003. El Congreso legislativo de Estados Unidos había aprobado un aporte de 34 millones de dólares, que era 12 por ciento de nuestro presupuesto, explicó la funcionaria.
Pero varios donantes aumentaron su contribución. En 2004, proyectamos que FNUAP tendrá el presupuesto más alto desde que se estableció, y sin dinero de Estados Unidos. Si esta es una señal de futuras tendencias, estamos en la senda correcta, concluyó.
La funcionaria analizó los resultados de Cuenta Regresiva 2015 – Salud Sexual y Reproductiva y Derechos para Todos, reunión de organizaciones de la sociedad civil celebrada en Londres este mes para analizar el cumplimiento de los objetivos fijados por la comunidad internacional en la materia en El Cairo en 1994.
Confío en que el financiamiento llegue en los próximos 10 años. Confiamos en que lo que sucedió el año pasado suceda en el próximo, pues nuestra base de donantes creció de 92 países cuando comencé en la dirección ejecutiva de FNUAP a 147, sostuvo.
El aumento de países donantes correspondió al mundo en desarrollo, pero también es una reafirmación su compromiso con la agenda de El Cairo, donde se celebró en 1994 la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo.
De acuerdo con esos compromisos, el presupuesto mundial para los derechos reproductivos debería ser hoy de 18.500 millones de dólares el año próximo. Hoy, el presupuesto asciende a 15.000 millones de dólares, de los cuales 12.000 proceden del Sur en desarrollo.
El resto del dinero procede de los donantes del Norte industrial, que pagan alrededor de 40 por ciento de lo que habían comprometido.
Pero para ser justos con los donantes (del Norte), ellos se están dando cuenta de que si no garantizan acceso universal a los servicios de salud reproductiva, tampoco cumplirán varias de las metas de desarrollo del milenio establecidas por la Asamblea General de la ONU en 2000, indicó.
Esta toma de conciencia está haciendo que vuelvan a analizar mayores inversiones en toda el área, así como el vínculo entre salud sexual y reproductiva, VIH/sida y metas del milenio, lo cual constituirá un ímpetu para avanzar en términos de financiamiento, agregó.
Pero el acento, según Obaid, debe estar fijado en la autosuficiencia. En los próximos 10 años, lo principal será fortalecer las respuestas nacionales, dijo. Lo otro es ampliar las respuestas para que haya salud reproductiva, centros atendiendo a las personas con VIH, etcétera.
Por lo tanto, en los próximos 10 años el área de mayores desafíos serán los recursos nacionales.
Debemos invertir para lograr que los países piensen, en el largo plazo, ser autosuficientes en términos de recursos humanos, de modo que las instituciones sean capaces de implementar sus programas, sostuvo.
Obaid confía en que las resistencias religiosas no constituirán un obstáculo. Nuestros programas avanzan aun en países católicos como Costa Rica, Guatemala y Nicaragua, agregó.
Los programas de FNUAP no están sufriendo tampoco grandes trabas en el mundo islámico. FNUAP no tiene problemas en ningún país islámico. Ninguno nos pidió que nos fuéramos, y tendrían derecho a hacer eso, porque estamos allí porque ellos nos invitaron, sostuvo.
Eso significa que nuestros programas en esos países son legítimos, son aprobados y están funcionando. No tenemos allí las reacciones que recibimos en Estados Unidos y en el Vaticano, indicó.