El fuerte y discreto acopio de petróleo por parte de China e India —emulando una práctica tradicional de Estados Unidos— contribuyó en las últimas fuertes alzas del crudo, advirtieron expertos.
El precio del barril de 159 litros de petróleo se elevó 15 dólares en las últimas seis semanas, hasta alcanzar casi 50 dólares en la pasada. Este jueves, el barril del Brent del Mar del Norte, crudo de referencia de Gran Bretaña, aumentó 1,28 dólares hasta ubicarse en 42,75 dólares.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que reúne a 11 de los principales productores, hoy produce casi 30 millones de barriles diarios, por lo que los precios deberían oscilar entre 22 y 30 dólares por barril, según técnicos de la alianza.
Así que ¿dónde está desapareciendo el petróleo? Parece haber un fenómeno de acaparamiento sin el cual los precios deberían bajar hacia los 30 dólares por barril, dijo Michael Rothman, experto en mercados energéticos del banco de inversiones Merril Lynch.
Pero, por supuesto, no estamos ni cerca de eso. Estamos 15 dólares más arriba, agregó Rothman.
La Administración de Información sobre Energía de Estados Unidos (EIA) ubicó el miércoles la capacidad de producción de crudo mundial en alrededor de 99 por ciento de su máximo.
Cualquier industria en que la producción se ubique en 99 por ciento de su capacidad para cubrir la demanda sufriría la presión en los precios, indicó la EIA en su análisis semanal del mercado petrolero.
Los expertos advierten que no parece probable que los precios caigan a 30 dólares por barril, a pesar del elevado nivel de producción, especialmente ahora que China e India siguen los pasos de Estados Unidos en cuanto a aumentar, con discreción, sus reservas de petróleo.
Por su parte, los gigantes del mundo en desarrollo, alarmados por la inestabilidad en Medio Oriente y Venezuela y la crisis de la petrolera rusa Yukos prevén una posible caída del abastecimiento y crean una demanda artificial, agregan los analistas.
Cuando la gente cree que habrá desabastecimiento de algún bien, hace acopio y presiona sobre los precios. Eso es lo que sucede ahora con el petróleo, indicó Rothman.
Cuando el mercado pasa por estrecheces y los inventarios mundiales están en un nivel bastante bajo, hay un buen argumento para aumentar las reservas, agregó Jerry Taylor, director de estudios sobre recursos naturales en el liberal Cato Institute, de Washington.
Cualquier inversor sensible dará una mirada atenta a estas oportunidades, porque representa una póliza de seguros muy sabia, concluyó Taylor.
La economía de China está creciendo a un ritmo que duplica lo previsto. La demanda china es absolutamente fenomenal, dijo en Washington el experto sudanés Jamal Qurashi.
El gran aumento de la actividad industrial y del tránsito de automóviles en este país de 1.300 millones de habitantes, sumado a frecuentes cortes de electricidad, obligaron a elevar las importaciones de crudo, explicó.
Mientras, las refinerías de India al parecer compraron, sólo en junio, unos 25 millones de barriles de petróleo por pura precaución, según Merrill Lynch.
Pero este volumen de petróleo —-casi un millón de dólares por día— constituye un tipo de acaparamiento, a falta de una palabra mejor, indicó Rothman.
China parece estar haciendo lo mismo, y el volumen es significativo. Esto está creando un círculo vicioso en que los países de la OPEP están produciendo casi a todo trapo, agregó.
Los datos exactos sobre las reservas de los dos países no están disponibles en las organizaciones que más atentamente analizan la producción y el consumo de petróleo, la OPEP y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que cuenta entre sus 30 miembros con todas las economías industrializadas.
Antes de China e India, los países occidentales, en especial Estados Unidos, han hecho acopio de petróleo en nombre de la seguridad.
Lo que estos dos países hacen no es diferente de lo que nosotros hemos hecho durante años y años con las Reservas Estratégicas de Petróleo, dijo el analista independiente estadounidense del sector energético Steve Kretzmann.
Ellos decidieron apelar al enfoque que han manejado sucesivos gobiernos en Washington. Y francamente, dado lo que sucede con el precio del petróleo y con el nivel de producción, es lo más prudente que pueden hacer, consideró Kretzmann.
La OCDE cuenta hoy con una reserva estratégica de petróleo calculada en 1.430 millones de barriles de crudo y de productos refinados. La mitad se encuentra en Estados Unidos. Le siguen Japón y Alemania. Otros 10 países restantes tienen entre 12 y 13 por ciento de esa cifra.
La cantidad de crudo que puede volcarse al mercado de manera coordinada por la OCDE es de 9,6 millones de barriles diarios, poco más de la producción del principal proveedor mundial, Arabia Saudita.
Las normas de la Agencia Internacional de Energía, organización creada por la OCDE a raíz de la crisis de los precios del petróleo iniciada en 1973, obligan a los países del bloque a cubrir con sus reservas estratégicas por lo menos 90 días de consumo.
La mayoría del acopio estadounidense se encuentra en instalaciones de los meridionales estados de Texas y Louisiana, y suman hoy 660 millones de barriles, el equivalente a más de dos meses de importaciones.
A pesar de la presión sobre los precios, el gobierno de George W. Bush no tiene planes ni de detener el flujo a las reservas estratégicas —que tiene una capacidad máxima de 700 millones— ni de liberarlas para reducir los precios internos de la gasolina, que han alcanzado niveles sin precedentes.
Por su parte, el rival de Bush en las elecciones de noviembre, John Kerry, anunció que, de resultar elegido, usará las reservas para minimizar el impacto del precio internacional del petróleo en los consumidores.